Así llegó a exportar rosas preservadas y chocolate fino de aroma
A una hora y cuarto de Quito está Cayambe, una ciudad de la provincia de Pichincha, en donde parte de su dinámica económica está basada en la agroindustria. El equipo de Forbes Ecuador viajó hasta este lugar para conocer a Danilo Valencia, un empresario que inició desde abajo con un presupuesto justo, pero que fue recursivo y ahora dirige a dos grandes empresas que envían sus productos al extranjero. Esta es su historia.

Danilo Valencia tiene 40 años, estudió Ingeniería Agroindustrial en la Escuela Politécnica Nacional y siempre se consideró emprendedor. A inicios de septiembre nos recibió en la planta de producción de Takahashi Trading, la empresa que nació hace siete años y que elabora chocolate con cacao fino de aroma.

Mientras estudiaba creó su primer negocio: elaboraba helados con variedad de sabores y asegura que “le iba muy bien”, pero explica que -en la juventud- su círculo familiar “no le tenía mucha fe” a los pequeños emprendimientos y lo desanimaron a continuar.

Después de graduarse de la universidad tuvo la oportunidad de trabajar en una multinacional de alimentos y bebidas. Allí, durante cuatro años, se desempeñó en varias áreas relacionadas con calidad y el último cargo que ocupó fue como especialista de seguridad alimentaria. Para él, esta empresa fue una gran escuela. “La recuerdo con mucho cariño y amor, pero en ese entonces necesitaba más retos”, dice Valencia, luego de tomar la decisión de renunciar a su trabajo para comenzar un camino que estaba lleno de miedo. 

Este cayambeño asegura que emprender y convertirse en empresario ha sido uno de los retos más difíciles de enfrentar. Sin duda, es un recorrido que pone a prueba a las personas para medir la paciencia, tenacidad y cómo se logra hacer algo grande con pocos recursos. 

Luego de brindar varias asesorías Valencia decidió fundar su primera empresa. Armó un equipo de trabajo para comenzar a producir rosas preservadas. En las aulas aprendió a crear y diseñar nuevos productos, así que aplicó sus conocimientos. 

Con una inversión de US$ 2.500, el equipo construyó un pequeño laboratorio en una bodega. Los experimentos iban y venían en búsqueda de la fórmula ideal que permitiera la óptima preservación de las rosas. En su primera planta se podía producir hasta 5.000 rosas preservadas al mes con materia prima que llegaba de un proveedor. Cada rosa se vendía en US$ 3. Las ventas se realizaban a locales comerciales de arreglos florales y regalos, y a comercializadoras de productos de hogar. 

La inversión de todos los socios, luego de algunos meses, ya sumaba US$ 35.000. Pero, Danilo dice que, como en todo negocio, se necesita mucho más capital, así que comenzó a tocar puertas y llegó a la florícola Hoja Verde. Este grupo de empresas se convirtió en su socio mayoritario e inyectó a su proyecto un financiamiento de US$ 500.000 para tener la primera exportación de 20.000 rosas preservadas a Holanda, en 2017. Así nació Alinatura.

En la actualidad la empresa envía cada mes -principalmente a Estados Unidos- 90.000 rosas preservadas. En 2022, esta empresa facturó alrededor de US$ 1,3 millones y espera terminar este año con ingresos cercanos a US$ 2 millones.

Mientras el negocio de las rosas evolucionaba, este emprendedor fue incursionando en el negocio del chocolate. Recorrió el país entero en busca de cacao fino de aroma con un equipo técnico que le enseñó mucho de lo que sabe ahora. Ahora se describe como un chocolatero que sabe identificar el perfil del chocolate, percibiendo y saboreando mazorcas. 

Danilo encontró las fincas ideales para su nuevo proyecto en Manabí. “Los agricultores en este sector son muy apasionados por su trabajo. Quieren al cultivo del cacao y es una zona que mantiene la biodiversidad de este producto”, enfatiza. Pues sí, probar cada barra de chocolate resultó una experiencia enriquecedora para el equipo de Forbes Ecuador al diferenciar el aroma y sabor entre un cacao ancestral o uno frutal.

Actualmente Takahashi Trading trabaja con 29 fincas cacaoteras y cuenta con tres marcas: Nat Kaw, Noel Verde y Cacao Amor. Esta última llega a Inglaterra gracias a un proyecto con una empresaria a quien le envían 800 kilos al año de cacao ceremonial. 

Hoy en día este producto también llega a Australia y Estados Unidos. “Cada bloque tiene un costo de US$ 30. Es un mercado de nicho, pero es un cacao que representa todo el esfuerzo que hace la cadena de valor del mismo”, asegura y añade que la marca Noel Verde se vende principalmente en Japón. Nat Kaw, de su lado, ha recibido siete reconocimientos internacionales y llega a Estados Unidos. 

En lo que va del 2023, la compañía ha producido dos toneladas de pasta de cacao ceremonial y calcula cerrar con ingresos por US$ 100.000 este año y duplicar la cifra en 2024.

Hoy en día, las rosas preservadas y los chocolates de cacao fino de aroma son parte de la vida de Danilo Valencia. Para él, cuando no tienes un producto de calidad, las puertas se cierran. Por ello, ha puesto su empeño y capacidad de obtener empresas que destaquen en el mercado nacional e internacional. (I)