Ubicada en la costa sur de Gran Bahama, está Coral Vita, la primera granja de coral terrestre comercial del mundo dedicada a restaurar arrecifes. Sus instalaciones no se limitan a cultivar coral, sino que forman parte de una industria completamente nueva. Este mes, Coral Vita cerró una ronda de financiación Serie A por US$ 8 millones, liderada por Builders Vision. Con este aporte, alcanzó un total de US$ 15 millones. Este capital servirá para expandirse en Medio Oriente, donde ahora diseñan la granja de coral más grande del mundo, y para impulsar proyectos de investigación y desarrollo.
La startup dedicada a la restauración de arrecifes nació en 2015 de la mano de Sam Teicher y Gator Halpern, quienes figuraron en la lista de los 30 emprendedores sociales menores de 30 en 2019. Aunque el coral cubre menos del 1% del fondo marino, sostiene el sustento de cerca de mil millones de personas y genera US$ 10 billones al año al ofrecer espacios para la biodiversidad, el turismo y la innovación médica. Teicher afirma: "Debemos empezar a considerar los arrecifes de coral como una infraestructura".
Pero la ya escasa reserva mundial de arrecifes de coral desaparece con rapidez por el cambio climático, la acidificación de los océanos y la actividad humana. Coral Vita se propuso revertir esta situación al ofrecer servicios de restauración a hoteles, desarrolladores inmobiliarios, gobiernos y otras entidades que dependen de los grandes beneficios del coral. Gracias al entorno controlado de sus granjas, cultivan coral en meses en lugar de décadas y luego replantan ejemplares nuevos en arrecifes degradados.
La startup alcanzó logros importantes, como obtener el premio Earthshot del Príncipe Guillermo, que entregó un millón de libras en 2021, y cerrar alianzas con marcas que apoyan la naturaleza, entre ellas Corona y Cariuma. Halpern señaló: "Si bien venimos insistiendo durante mucho tiempo en que la restauración de arrecifes es una industria comercial viable, finalmente hemos dado un giro y empezamos a ver millones de dólares en contratos destinados a la restauración de arrecifes".
Teicher y Halpern se conocieron mientras cursaban estudios de posgrado en la Facultad de Medio Ambiente de la Universidad de Yale. Al compartir una pasión por el océano, decidieron buscar una solución que generara un impacto concreto en la economía azul, más allá del ámbito académico y de las ONG tradicionales. "Me sentí como si estuviera escribiendo artículos que eran el obituario de estos ecosistemas y no como si realmente estuviera saliendo a intentar activamente cambiar ese destino", contó Halpern.
Un día, en un porche trasero de New Haven, Connecticut, Teicher y Halpern comprendieron que enfocarse en generar ingresos podía tener un impacto positivo en sus objetivos ambientales. Teicher afirmó: "Estamos demostrando que 'por el beneficio, por la naturaleza y por el bien' es un enfoque viable que nos permite hacer el bien y obtener buenos resultados".
El camino hacia esta financiación Serie A no estuvo libre de contratiempos. Como startup ambiental, el éxito de Coral Vita depende de circunstancias que escapan a su control. El huracán Dorian, una tormenta de categoría 5, destruyó toda su granja de coral en 2019. Aunque la tormenta causó daños devastadores, Teicher y Halpern se sintieron alentados al ver cómo sus trabajos de regeneración ya habían impactado en la comunidad local. Los arrecifes de coral funcionan como un dique natural durante las tormentas tropicales, porque rompen la fuerza de las olas antes de que las mareas lleguen a la costa.
Halpern remarcó que "literalmente vimos cómo los arrecifes sanos salvaron vidas en nuestra zona, mientras que a pocos kilómetros de distancia, donde el arrecife estaba agotado, se perdieron muchas vidas". Y agregó: "Decidimos que lo único que podíamos hacer era redoblar nuestro compromiso aquí en Gran Bahama para construir nuestra próxima versión del coral aún más grande y mejor que la anterior".
*Con información de Forbes US.