La Fórmula 1 creció con fuerza en Estados Unidos en los últimos cinco años, aunque el objetivo de la liga de carreras de conseguir un aumento sustancial en lo que cobra por los derechos de transmisión sigue trabado.
La temporada 2025 terminará en Abu Dabi el 7 de diciembre. Ese día vencerá el contrato que permite a ESPN emitir en EE.UU. la señal de Sky Sports. El acuerdo, que abarca desde 2022 hasta 2025, está valuado entre US$ 75 millones y US$ 90 millones anuales.
Distintos medios informaron que la F1, bajo control de Liberty Media, pretende un nuevo contrato por entre US$ 150 millones y US$ 180 millones. ESPN, según esas mismas fuentes, no está dispuesta a pagar esa cifra. Argumenta que el rating en 2024 fue prácticamente el mismo que el del año anterior. La cadena había adquirido los derechos por primera vez en 2018 por apenas US$ 4 millones, después de que NBC decidiera no renovar. Desde entonces, la popularidad de la categoría aumentó de forma sostenida.
Uno de los obstáculos para atraer más público en Estados Unidos es la variedad de horarios de largada que tiene la Fórmula 1, consecuencia directa de su calendario internacional. Muchas carreras comienzan los domingos a las 9 de la mañana (hora del Este), mientras que otras, como la de Azerbaiyán, arrancan a las 7. En el caso del Gran Premio de Las Vegas, Liberty —que también actúa como promotora del evento— programó la largada a la 1 de la madrugada del domingo durante las dos últimas temporadas. El objetivo fue mantener las calles abiertas al tránsito durante la mayor parte del sábado. Sin embargo, a partir de este año, la carrera se largará el sábado a las 11 de la noche, con la intención de sumar más audiencia en Estados Unidos sin perder a los televidentes europeos del domingo por la mañana.
Las cifras de audiencia del Gran Premio de Miami de este fin de semana, y también las de las carreras en Austin, Las Vegas y Ciudad de México —todas en franjas horarias más accesibles para el público estadounidense— serán clave para medir el interés real. La temporada 2025 resultó muy pareja, algo que, al menos en los papeles, debería traducirse en una mayor audiencia.
La gran incógnita es quién se quedará con los derechos de transmisión una vez que termine el campeonato y, sobre todo, cuánto estará dispuesto a pagar.
ESPN, que forma parte del conglomerado de Walt Disney, ya se opuso al aumento en los derechos de otras competencias deportivas de peso. La empresa admitió que deberá renegociar su acuerdo con las Grandes Ligas de Béisbol, y parece que tomará el mismo camino con la Fórmula 1.
Los nuevos jugadores que podrían meterse en la disputa por los derechos de transmisión son los servicios de streaming, cada vez más interesados en sumar contenido deportivo en vivo a sus catálogos. A simple vista, Netflix aparece como una opción lógica. El crecimiento de la Fórmula 1 en Estados Unidos está directamente vinculado con el éxito de Drive To Survive, su docuserie sobre la categoría. Transmitir las carreras en vivo y, al mismo tiempo, seguir produciendo la serie parecería una combinación natural. Sin embargo, la gran pregunta para la plataforma es cuántos suscriptores nuevos podría sumar si emite las carreras. En todo caso, el interés de Netflix pasaría más por retener usuarios que por captar nuevos.
Amazon Prime Video también está en carrera, sobre todo por su experiencia con Thursday Night Football, el paquete de partidos de la NFL que emite cada semana. Aun así, el candidato que parece tener el encastre más claro es Apple. La película F1, producida por Apple Original Films y protagonizada por Brad Pitt, llegará a los cines este verano. Para ese proyecto, la Fórmula 1 dio un nivel de acceso inédito al paddock. Lewis Hamilton participa como productor y varios pilotos actuales hacen apariciones en pantalla.
Si bien a Apple TV+ le costó atraer público al principio, títulos como Ted Lasso, Severance y Silo, junto con películas como Killers of the Flower Moon, muestran que la plataforma busca contenidos con peso propio. Con una capitalización de mercado que roza los US$ 3 billones, la compañía tiene espalda para hacer apuestas fuertes. Y si decide ir por los derechos de la F1, no lo haría como un capricho, sino como parte de una estrategia bien calculada.
Aunque Apple no se caracteriza por cuidar cada centavo, un contrato por entre US$ 150 millones y US$ 180 millones anuales, con una duración de tres a cinco años, podría servir para robustecer su apuesta por los deportes en vivo. Hoy, la compañía transmite partidos de la MLB los viernes por la noche y ofrece el MLS League Pass.
Del lado tradicional, ESPN sigue en carrera, aunque su postura viene siendo más conservadora. En el último tiempo, la cadena presionó para bajar los costos de varias competencias deportivas de alto perfil. Para seguir vinculada con la Fórmula 1, sería necesario que la categoría revise sus pretensiones económicas. Eso no parece probable a corto plazo, salvo que el tiempo corra y la F1 llegue a los próximos meses sin cerrar un contrato para 2026 y los años siguientes.
*Con información de Forbes US.