Antonio Mendoza llegó al Ecuador cuando tenía seis años. Su padre recibió una propuesta para venir a montar el negocio de los licores anisados en Quito. El proyecto era por un año y se quedaron más de 40.
Este consultor mira al Ecuador como un gran país para vivir, con muchas oportunidades. Mendoza asegura que se siente un ecuatoriano más, aunque reconoce que al principio fue difícil porque los colombianos eran estigmatizados negativamente por la delincuencia, la guerrilla y el narcotráfico.
Apasionado por el fútbol, reconoce que cada vez que juega Ecuador contra Colombia es un dolor de cabeza y un sufrimiento, por lo que ha preferido apostarle al empate. Cuando iba al estadio no la pasaba muy bien y ahora prefiere ver los toros de lejos.
Mendoza obtuvo un Bachelor en Publicidad y Relaciones Públicas y cursó una primera Maestría en Artes liberales con énfasis en Comunicaciones en Texas Christian University, EE.UU. En ese entonces, 1995, trabajó en el periódico de Fort Worth y creó la primera sección en español. Regresó a Ecuador por dos años, hizo nuevamente maletas y viajó a Chile para obtener un MBA en la Universidad Adolfo Ibáñez. Sus planes eran quedarse en ese país, incluso tuvo dos propuestas de trabajo, pero el destino le tenía preparado otro camino.
“Vine a Ecuador a recoger mis cosas y arreglar papeles, porque tenía dos propuestas de trabajo en Santiago. A los pocos días que llegué me reencontré con mi amor de juventud. Dejé todo por ella, me quedé en Ecuador y nos casamos en 1999”.
Padre de dos hijas, trabaja como consultor y facilitador para empresas desde hace 25 años. Se enfoca en programas de formación integral de equipos de alto rendimiento, ventas estratégicas y servicio al cliente. Hacer el diagnóstico de una empresa grande puede tomarle hasta un mes en el marco general. Consultores hay muchos y por eso le peguntamos ¿qué le diferencia del resto?
“Lo que funciona es la metodología del sastre, es decir un trabajo a la medida. Antes de cualquier recomendación uno debe meterse en la empresa, entender cómo opera y vivir la experiencia. Eso me da la autoridad y la propiedad para hablar y recomendar a las altas gerencias lo que sucede dentro y proponer cambios. Lo que me diferencia del resto de consultores es que me enfoco mucho en el factor humano”.
Con su empresa AM Team Consulting trabaja con por lo menos 15 empresas entre ecuatorianas y extranjeras como clientes recurrentes en sectores como medicina prepagada, cadenas de retail, en los sectores agroindustrial, financiero, automotor, hotelería en Ecuador, Panamá, Perú y Colombia. Al momento trabaja simultáneamente con seis clientes. “Una asesoría a una fuerza de ventas para una compañía entre mediana y grande, que incluye acompañamiento y formación, trabajando 12 horas a la semana, vale entre US$ 4.000 y US$ 5.000”. Pero el camino no ha sido fácil y recuerda que una vez le negaron un contrato por ser extranjero.
Este ejecutivo de 53 años lleva a Cali, su ciudad natal, en las venas y eso se percibe a lo largo de la conversación. Profesor de liderazgo y manejo de la Escuela de Empresas en la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) desde 2014 asegura que el ecuatoriano ha aprendido a ser resiliente y que pese a los momentos de quiebre y de crisis que se han vivido en diferentes épocas, siempre le pone ganas para salir adelante.
¿En la situación actual, con la muerte cruzada y la crisis política se percibe ese empuje? “Al día siguiente del Decreto recibí un mail de una empresa que me pedía parar el trabajo hasta ver qué pasaba. Más tarde recibí un mail de otra empresa que me pedía ir con todo en las fuerzas de ventas. Lo que estamos viviendo tenemos que verlo como una oportunidad. La batalla hay que ganarla luchando, pero sin tomar decisiones apresuradas”.
Para finalizar sentencia que Ecuador es un país espectacular para vivir, con muchas oportunidades y mucho talento que explotar. (I)
