Studio F es una marca especializada en crear modelos que resaltan la figura femenina con comodidad. Basta hablar con las amigas que compran allí para confirmar que son prendas cómodas, de calidad y con un precio competitivo en relación con otras marcas. Esas son algunas de las fortalezas de la marca colombiana que está en el Ecuador desde 2006.
La horma del jean es sin duda el distintivo con el cual Studio F alcanzó reconocimiento. Esta marca está en franca expansión no solo en Colombia, donde ya tiene una línea de hombres, sino también en América Latina y pronto en Estados Unidos y Europa.
En sus inicios Studio F era una empresa textil que producía todo tipo de prendas, pero luego desarrolló una de las mejores hormas de jean y empezó su 'boom'. Uno de los propósitos de la compañía fue crear “un jean que a las mujeres les guste, les horme
bien y principalmente les haga sentir cómodas”, dice el dueño de la franquicia de la marca en el Ecuador, el caleño Gustavo Peláez, en una entrevista por Zoom
¿Qué hace especial a Studio F? “Tiene un estilo muy propio y sobrio, la marca tiene un mix de tendencias, es muy fashion”, dice convencido y orgulloso Gustavo Peláez. La evolución de las telas permite que los moldes de los pantalones armen a la perfección y estén siempre actualizados con el último hito de la moda. Para ello, Studio F trabaja con diseñadores propios que están en constantes capacitaciones y viajes para recoger las nuevas tendencias y aplicar en sus prendas.
Ahora, por ejemplo, “están entrando mucho los linos, las lentejuelas, también los 'cargos', que son los pantalones con siete u ocho bolsillos. Los diseñadores y los dueños de la empresa están siempre pendientes de ver que el producto esté a la moda, que salga del horno y esté listo para entrar en vitrina”.
En 2006 Gustavo Peláez fundó una compañía limitada en el Ecuador y empezó a distribuir a clientes mayoristas. “Ya había un par de clientes que estaban funcionando y los potencializamos, a partir de allí empezamos con ese canal. Más o menos a finales del 2008 la compañía montó su primera tienda en Guayaquil, en el Mall del Sol”. Así nació Studio F.
Posteriormente abrió locales en los centros comerciales San Marino, en Guayaquil, Quicentro, Scala y Condado Shopping, en Quito. Hoy el modelo de negocio de las franquicias ha dado un giro, explica Peláez. “Antes la franquicia tenía un costo, ahora la inversión significa montar la tienda y eso tiene un valor diferente”.
Studio F nació en Cali, donde se mantiene su fábrica. La historia empezó en los años sesenta, con la firma Faride Fashion. Un par de años antes del comienzo de Studio F como marca, la dueña de la empresa cedió el mando a sus hijos y en 1994 nació Faride Studio, la marca que después se convirtió en la actual Studio F.
“El dueño de Studio F y yo nos conocemos desde los 25 años aproximadamente. Él empezó en las tiendas que tenía su madre, eran muy famosas en Cali, después fue expandiéndose con una visión inmensa; hoy es un emporio gigantesco”, cuenta Peláez, quien no ha perdido el entusiasmo por su negocio luego de más de 40 años de trabajo en el área textil.
Peláez es administrador de empresas y sus años de expericiencia en el mundo de la indumentaria y los contactos en este medio lo llevaron a tener una gran visión. “Hace muchos años empecé confeccionando vestidos de baño, fue una marca muy linda, y a raíz de eso conocí al dueño de Studio F”.
En Ecuador Studio F tiene alrededor de 65 empleados. El 80 % de la ropa es hecha en Colombia; los accesorios, bolsos y calzado se importan desde China, Vietnam y otros países del mundo entero. Las telas se compran en Italia, España y otros países.
El crecimiento de ventas online en el Ecuador ha sido lento, menciona Peláez, ya que nuestro país tiene baja respuesta en este tipo de compra, según un estudio realizado por los asesores de la marca colombiana. “Estamos apuntándole mucho a las redes sociales y estamos implementando todo lo que tiene que ver con Facebook, Instagram y Whatsapp. Estamos en ese proceso porque la casa matriz siempre tiene control sobre los procesos que se desarrollan en otros países”.
Peláez destaca la seriedad de la empresa y su responsabilidad con los trabajadores. “Tengo algunos empleados muy antiguos que tienen mucha gratitud con la empresa porque con la estabilidad laboral han salido adelante y eso a mí personalmente me llena de mucha satisfacción. También siento que la juventud hoy tiene una filosofía de vida diferente, no todos quieren trabajar a un ritmo intenso”.
La empresa hace un aporte importante al Ecuador, destaca este empresario, al explicar que, además de las plazas de trabajo en el país, “nosotros pagamos muchos impuestos por salida de divisas. Por cada 100 dólares llegamos a pagar hasta un 5 %; por cada cien mil dólares son cuatro mil dólares o más que se aportan de impuestos al país”.
Próximo a inaugurar su nueva tienda en Cuenca y con proyecciones de abrir otra el próximo año en Manta, Studio F mantiene políticas de descuentos especiales en sus productos. Por la devaluación del peso colombiano frente al dólar y por la influencia de los temas políticos en la toma de decisiones, la marca ha tenido que modificar las estrategias de venta.
Las proyecciones a futuro son alentadoras, dice optimista Peláez. “Queremos que empiecen a diversificarse las tiendas respetando a los buenos clientes mayoristas”.
A nivel global Studio F está armando sus primeras tiendas en Europa y Estados Unidos; también se planea abrir nuevas tiendas en Puerto Rico, donde ya funcionan dos tiendas. “Con esta visión macro, yo podría decir, sin temor a equivocarme, que hoy Studio F es la compañía de moda femenina más grande de Latinoamérica y se proyecta a ser una de las grandes en todo el mundo”.
La marca apuesta por la sostenibilidad desde distintos ángulos. Por ejemplo, menciona su vocero, el agua que entra a la compañía se procesa unas siete u ocho veces y se devuelve limpia a las alcantarillas. “Poco a poco en todos los procesos de producción se han implementado métodos para que el producto sea más sostenible”. (P)