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Cada empresa es un mundo aparte y que van a tener problemas y urgencias diferentes. Por lo que la principal recomendación es analizar bien donde pueden estar los errores y atacarlos inmediatamente. Antes que sea demasiado tarde.

22 Mayo de 2024 13.46

La falta de liquidez en la economía ecuatoriana se evidencia en un cuantioso déficit fiscal, en la reducción de la producción petrolera, racionamientos por falta de mantenimiento y el aumento de impuestos. Esto, a su vez desemboca en el aumento de las tasas de interés bancarias y en las dificultades para obtener crédito productivo. Todo esto empeorado por el anémico crecimiento económico de los últimos años. 

 Si bien se ha difundido mucho sobre las consecuencias que la iliquidez causa en el sector público, poco se habla acerca de cómo esta situación afecta a las empresas. Cada empresa es un mundo diferente y en los últimos meses hemos visto en nuestra práctica de finanzas corporativas varios indicadores acerca de cómo la iliquidez en la economía se refleja en el entorno empresarial del Ecuador. 

 Así, vemos empresas en las que las ventas se han frenado, otras con problemas en las cuentas por cobrar, unas en las que los inventarios se han acumulado de manera desproporcionada. También nos hemos encontrado con empresas que sufren porque la banca no les quiere renovar los créditos, proveedores del Estado que llevan tiempo esperando que les paguen y empresas que hicieron grandes inversiones, apostando por un crecimiento del mercado que no se cristaliza.  

 Pero, en estos momentos, también estamos viendo las herramientas y estrategias que los gerentes, empresarios y emprendedores están utilizando para salir adelante.  De esta manera, vemos empresarios que están haciendo cosas más interesantes que el típico mantra de los consultores de “recortar gastos y aumentar ingresos”. 

 En cuanto al frenazo de las ventas, en períodos de incertidumbre económica las compañías necesitan adaptarse a nuevas condiciones del mercado, ya sea con precios más bajos o con una diferente gama de productos. Y los empleados que están en mayor contacto con los clientes tienen la capacidad de notar estos cambios de una forma rápida. Consecuentemente, los empresarios que le dan un mayor peso a la opinión de los empleados que están día a día tanteando el mercado son capaces de adaptarse eficazmente a la nueva situación. 

 En las empresas donde las cuentas por cobrar son el problema, hemos visto a gerentes acercarse al equipo de cobranzas, tanto para aumentar la presión sobre el equipo como para ayudar a formular alternativas de pago para clientes, para evitar que la cartera se deteriore. Si se han acumulado productos en el inventario, los empresarios optan por sacudir el mercado con combos y ofertas para salir de producto guardado, lo cual representa oportunidades para los consumidores que buscan opciones más baratas. También han optando por revisar las políticas de compra para que este aumento de inventarios no se repita. 

 Se ha visto también el caso de empresas que venían invirtiendo en expansión, pero debido a la situación económica, estas inversiones no se traducen en mayores ingresos. Este tipo de empresas ha optado por un reperfilamiento en sus planes de inversión, priorizando los segmentos donde sus productos han tenido acogida. Y muchas veces se ha visto también a las compañías vender los activos que quedan fuera de sus prioridades estratégicas para generar efectivo. 

 En cuanto al financiamiento, la liquidez es lo más importante. Si la empresa tenía un endeudamiento bajo y buena posición de efectivo antes de la crisis, usualmente utilizan esta oportunidad para entrar en nuevos mercados o fortalecer su posición. En la orilla contraria, muchas empresas están optando por acceder a nuevas modalidades de financiamiento como el factoring, o el ingreso en bolsa. Para lograr estas nuevas fuentes de financiamiento, se necesita empezar por ser transparente con todos los involucrados y detallar la manera en que estos nuevos fondos van a ayudar a la empresa a repagar tanto a los antiguos como a los nuevos inversionistas. Sin transparencia y sin planificación es muy difícil lograr financiamiento de algún tipo en la situación actual. 

 Al finalizar, cabe recordar que cada empresa es un mundo aparte y que van a tener problemas y urgencias diferentes. Por lo que la principal recomendación es analizar bien donde pueden estar los errores y atacarlos inmediatamente. Antes que sea demasiado tarde.  (O)

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