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Metro de quito
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Mientras más nos apropiemos del Metro y sepamos que es nuestro propio beneficio más estaremos pendiente para cuidarlo. No es solo un trabajo de las autoridades de turno, sino que debe ser nuestro comportamiento cada que lo usemos.

08 Marzo de 2024 16.04

Como toda gran ciudad, Quito por fin tiene su Metro operando. Pese a tener varias críticas por el costo de construcción del mismo y porque para muchos el tema del tráfico no estará solucionado; hoy podemos decir varias cosas positivas al respecto. 

Como buena quiteña novelera fui al Metro tan pronto lo inauguraron. Obtuve mi tarjeta ciudad y puedo ahorrarme las largas filas de aquellos que solo compran los tickets individuales. Les recomiendo que adquieran su tarjeta porque así no sólo ahorramos tiempo, sino que incentivamos a que sea un sistema de movilidad constante. 

Gracias al Metro en estos últimos meses he ido más al centro que en los últimos dos años. Ha sido siempre una chévere actividad pero que a veces por el tema de parqueaderos, seguridad y demás no se lo podía hacer tan frecuente. De esta forma dinamizamos el turismo local y los pequeños negocios del centro no dependen únicamente de los turistas extranjeros. Es una oportunidad de conocer más y mejor a Quito. Al caminar por la Carolina se escucha que mucha gente regresa con compras de varias cosas que pueden resultar más económicas en el centro y que antes no lo hacían por el trajín de movilizarse. 

Además, he escuchado a todos los que requieren hacer trámites legales en el centro o en la plataforma del sur que el metro les beneficia. A más del ahorro del tiempo, les permite ser más persistentes y constantes para cerrar estos asuntos. Todos sabemos que nuestra burocracia nos obliga a destinar más tiempo del normal en solventar algún trámite. 

Los empleados de oficinas en el centro norte de la ciudad se sienten beneficiados del ahorro del tiempo en el traslado de sus casas a sus oficinas y viceversa. Pero si pensamos un poco más allá el ahorro de tiempo también significa algo más importante. El Metro está logrando mejorar la calidad de vida de los quiteños. 

La gente puede dedicarle menos tiempo al desplazamiento o commute y con eso dormir más, compartir más con su familia, tener mejor ánimo en el trabajo o en la casa, dedicarle tiempo a un hobbie o emprendimiento. Además, es un medio de transporte más cómodo y seguro que el bus que solían tomar. 

Aunque en ciertas estaciones se quejan de la presencia de libadores en los exteriores, en otras de vandalismo; los usuarios no están acechados con las ventas ambulantes que existen en los buses, los olores de la comida o los altos volúmenes de parlantes, celular etc. por citar algunos ejemplos. 

Aún tenemos que reforzar la cultura metro. Es un trabajo que creo que nunca se acaba porque siempre tendremos visitantes que educar. Cuando estuve en Medellín quedé impresionada de lo ordenado, limpio y bien cuidado que está el metro. Que ese sea nuestro referente. 

Mientras más nos apropiemos de él y sepamos que es nuestro propio beneficio más estaremos pendiente para cuidarlo. No es solo un trabajo de las autoridades de turno, sino que debe ser nuestro comportamiento cada que lo usemos. 

Para que tengamos mejor calidad de vida debemos respetar los ingresos y salidas de los usuarios, el saber cómo y que se puede transportar y sobre todo entender que el estar en comunidad nos permite y nos priva de hacer algunas cosas. 

Frecuentemos el centro histórico ahora que es más cómodo llegar y poco a poco lograremos apropiarnos de esta bella ciudad. Conozcamos que hay en las otras paradas ya que quizás encontremos algo bueno que nos sorprenda. Nuestro centro histórico es declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad y eso debe ser nuestro orgullo. Por lo mismo, debemos apoyar su desarrollo, pero no su informalidad. Es nuestra responsabilidad también frenar la informalidad. (O)

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