"La escuela está dejando de ser atractiva" es la frase que se ha quedado en mi mente por algún tiempo, surge de una entrevista en la que se analizó el plan para prevenir el abandono escolar. El mismo que, tiene como objetivo crear entornos seguros para proteger los derechos de los estudiantes fortaleciendo el proceso de enseñanza- aprendizaje.
Su principal enfoque es prevenir nueve riesgos: violencia física, psicológica y sexual, acoso escolar, embarazo y paternidad temprana, consumo de drogas, suicidio, trabajo infantil y desapariciones. Esto juntamente con la comunidad escolar y la familia.
El plan consta de las siguientes estrategias que se llevarán a cabo hasta el 2030:
- Preparación de herramientas de prevención y el acompañamiento de 4244 instituciones educativas para mejorar la retención estudiantil.
- Plan piloto (2024) en 110 cantones, priorizando aquellos con mayor prevalencia de riesgos psicosociales y comunidades vulnerables.
La intención es reinsertar al sistema educativo a 119 000 estudiantes que no se matricularon en el último año escolar.
Entre noviembre de 2023 y agosto de 2024, se logró reinsertar al 66% de los 26,144 estudiantes que dejaron las aulas. Aunque se apunta a un enfoque integral con familia y escuela, el reto sigue siendo revitalizar la calidad y el interés por aprender.
¿Es suficiente este esfuerzo?
Me satisface que se esté implementando un plan para prevenir riesgos psicosociales, ya que es absolutamente necesario. Todavía, resuena en mi mente la frase de una adolescente de 12 años que le dijo a su madre: "¡Mami, ojalá no me saquen la madre en la nueva escuela!". Esto surgió porque la niña no pudo permanecer en su institución primaria y fue asignada a un nuevo centro educativo, conocido por su alta violencia escolar, evidenciada en videos de redes sociales. Así comenzó el año escolar esta adolescente: con miedo y esperando no ser maltratada.
Volviendo al tema, si pensamos en la escuela como un lugar seguro, es claro que los niños, niñas y adolescentes deben asistir y no abandonar sus estudios. Sin embargo, podrían estar dentro sin aprender o sentirse vulnerados. Las brechas no se reducen solo con la presencia en la escuela; es necesario mejorar la calidad educativa y darle sentido al aprendizaje.
Con una visión clara de por qué estudiar, hacia dónde dirigirse y qué se puede aportar al país, habrá proyección, visión de progreso y crecimiento. Quien aprende puede plantearse metas, aspirar a crecer. Pero el aprendizaje debe ser significativo para reducir brechas y brindar oportunidades que den sentido a la vida.
Si seguimos facilitando que las bandas delictivas atraigan a los adolescentes, quizá logremos mantener a los niños y niñas dentro de una institución, pero sin descubrir el "para qué" están en este mundo. (O)