Cuando era chiquita tuve muchos privilegios. Uno de ellos a más de ser hija única era el de poder contar con tías y tíos increíbles. Si recuerdo mi infancia lo primero que viene a mi mente son los incansables mimos que recibí y muchos de ellos fueron de estos tíos; algunos de sangre y otros de corazón. Pude compartir tradiciones familiares, veranos en Nueva York y aventuras en distintas partes del Ecuador y del mundo.
Me llenaba de orgullo cuando mis amigos reconocían que tenía tíos cool. Esos que se aguantaron las habladas de mi mamá por cubrirme, o los que hacían viajes por cumplirme el sueño de ayudar a alguien necesitado que no vivía en Quito. También esos que me cocinaban solo lo que me gustaba y hasta hacían poner celosos a sus propios hijos. Y como olvidarme de esos que estaban tan orgullosos como mis padres de mis éxitos y que nunca se olvidaron de una fecha especial.
Momentos que para mí se volvieron comunes con el paso de los años me di cuenta que eran lujos emocionales que no todos los niños tenían; menos aún los adultos. Yo siendo adulta sigo teniendo estas hermosas oportunidades. Hasta hoy mis tíos me siguen mimando y recordando que eso es realmente un lujo porque son amores que se transforman con el tiempo.
Años después la vida me dio la oportunidad de vivirlo desde el otro lado. No tengo el título oficial de tía, cosas de ser hija única, sin embargo, soy la tía adoptiva de algunos. Soy la tía de la hija una de mis mejores amigas, la hija de mi prima me llama Tía Vane y un vecino que me considera su tía. Ellos son mis sobrinos de corazón. Siento que ahora soy yo la tía cool o al menos eso espero. Que privilegio es ser escogida como tía y no serlo de cajón. Este también es un lujo de la vida adulta.
Compartir con ellos me recarga, me enseña y me permite vivir nuevamente esos momentos que tuve de niña; hoy desde otra perspectiva. Estoy consciente del impacto de los adultos en el desarrollo de los niños y por eso mis relaciones con ellos tienen no sólo amor sino propósito.
Recientemente pude compartir con mi sobrina momentos increíbles donde no se quien cuidó a quien pero dónde estoy segura que construimos recuerdos memorables. Salidas de belleza, salidas de deporte, salidas de chismes y conversaciones profundas. En general momentos que nos llenaron el corazón. Y ese es el rol de los tíos.
Si le preguntamos a ChatGPT cual es el rol de un tío te las resume en 6 puntos. Estos son: el de ser aliados y cómplices a la vez, el de ser mentores o guías, el de ser una red de apoyo para los padres, el de ser un modelo de vida alternativo, el de ser un apoyo emocional y finalmente el de ser herederos del legado familiar. Suena técnico y complejo pero si pensamos en lo que significan nuestros tío seguro sabe que han cumplido más de 3 de estos puntos. Los tíos también dejan huellas y hoy puedo decir que los sobrinos dejan huellas aún más profundas.
Y sí, soy feliz siendo la "tía cool". Porque en cada momento que comparto con ellos, también me conecto con mis propios tíos. Los que me marcaron. Los que aún están. Los que, sin quererlo, me entrenaron para ser lo que ahora soy: una adulta que cree en la tribu, en el afecto sin etiquetas y en los lazos que no se rompen. (O)