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¿Puede Ecuador ser una startup nation? La respuesta es: ¡debemos!

Andrés Zurita

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La alta innovación de los emprendimientos es el resultado del trabajo mancomunado de las universidades y el ecosistema privado, que genera investigación aplicada alrededor de la demanda del mercado global.

23 Septiembre de 2022 15.40

A inicios de este año fui parte de una misión de líderes del sector público, privado y de la academia, todos parte de la Alianza para el Emprendimiento e Innovación, en la que vivimos el Startups Nation Israelí durante 5 días en Jerusalem y Telaviv. La pregunta al final de la experiencia es ¿podremos, en Ecuador, llegar a generar 33 unicornios y 20.000 millones de inversión en emprendedores por año? ¿Qué debemos hacer para lograrlo? 

Para responderlas, debemos analizar 3 dimensiones clave del modelo de Israel: 

1) El desarrollo de un perfil emprendedor en toda la población
2) La industria de inversión de capital de riesgo para innovadores
3) La alta innovación sobre la cual se desarrollan los emprendimientos

Si bien el ecosistema de Israel es relativamente nuevo, comparado con varios europeos o con el de Estados Unidos, la decisión con la que el país afrontó el desarrollo de las competencias y capacidades de los emprendedores fue clave para su éxito. Por ejemplo, algunos conceptos que, además de estar impregnadas en la población, son públicamente reconocidos como positivos y se han establecido en su pensamiento diario:

Yallah: hagámoslo ya, aunque no esté perfecto.

Hutzpah: Tengamos el coraje de hacerlo, digamos lo que pensamos y actuemos según nuestras convicciones.

Tachles: No con rodeos, vamos al punto.

Fryer: Seamos nuestra mejor versión y exijamos que quienes trabajen con nosotros lo sean también.

Firgun: Compartamos sin envidia, entendiendo que no perdemos si los otros ganan, sino todo lo contrario.

Kibbutz: Hagámoslo juntos, tengamos éxito en comunidad.

En cuanto al financiamiento, hace algunas décadas el gobierno y los principales empresarios del país invitaron a fondos internacionales a coinvertir en sus emprendimientos y desde ese momento, hasta nuestra visita, el Gobierno brinda financiamiento permanente de capital semilla o fondos no reembolsables (cientos de millones) que son entregados a emprendedores para sus fases iniciales. Esto se genera a través del Innovation Autority, una institución técnica que trasciende los cambios de gobierno y que cuenta con un comité privado que determina las prioridades de financiamiento, acompañado de incubadoras y aceleradoras que desde las universidades dan seguimiento a los emprendedores en etapas tempranas. 

Finalmente, la alta innovación de los emprendimientos es el resultado del trabajo mancomunado de las universidades y el ecosistema privado, que genera investigación aplicada alrededor de la demanda del mercado global. 

Si consideramos la posibilidad de replicar estos 3 factores en Ecuador, mi respuesta a las preguntas iniciales sería ¡sí podemos y debemos hacerlo! 

Debemos empezar con el Gobierno, priorizando el emprendimiento y la innovación como ejes para brindar más y mejores oportunidades; con un Ministerio de Finanzas que canalice recursos para emprendedores innovadores; un Ministerio de Producción que promueva el desarrollo y fortalecimiento del ecosistema; un Senescyt que defina metas e incentivos a universidades; un Ministerio de Educación que desarrolle el perfil emprendedor desde niños; un sector privado y financiero que esté dispuesto a arriesgar en iniciativas que pueden mejorar sus industrias y, finalmente, legisladores que impulsen leyes que faciliten el emprendimiento e innovación. 

Existen acciones y experiencias desde AEI que nos dicen que sí se puede (ahora que estamos cerca del mundial) y que debemos emprender este camino. De nuestro lado queda la experiencia, los aprendizajes, la voluntad de apoyar y encontrar los mejores instrumentos para este reto nacional. 

¡No perdamos más tiempo! (O)

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