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Debemos ser intolerantes con las injusticias y con los actos de corrupción sin importar quien lo haga ya que un género, una profesión o un estatus no debe ser motivo para disminuir el impacto de estas malas decisiones que no sólo involucran a un círculo cercano sino a todo un país.

12 Abril de 2024 12.01

El país entero estuvo pendiente el jueves 28 de marzo de las declaraciones anticipadas de Mayra Salazar. De hecho, pese al feriado de Semana Santa las noticias y memes se volvieron todas sobre ella y sus declaraciones. Sin embargo, hay personas igual o más involucradas que ella que no han sido parte de este linchamiento mediático. 

El caso de Pablo Muentes, principal cerebro de toda esta trama donde está involucrado no solo un partido político de mucho peso en el país, sino distintas autoridades de toda índole no han tenido tantas críticas. Su detención no ha causado tanto revuelo en redes como lo hizo la detención de Salazar. Esto me lleva a pensar en el machismo que aún vivimos como sociedad. 

No quiero desmerecer la implicación y culpabilidad de la detenida, pero si me lleva a cuestionarme si como sociedad evaluamos a los hechos por sí solos o por quien los comete.  No estamos tan sorprendidos por la astucia de Muentes para articular todo lo que artículo. ¿Quizás porque nos sorprende más que una mujer sea la involucrada y no la magnitud de sus culpas? 

Lamentablemente el mensaje que estamos dando como sociedad es que la dureza con la que se juzga un comportamiento de una mujer es bastante estricto mientras que a los hombres les damos una holgura en nuestra vara sobre sus acciones y comportamientos. 

Muentes es acusado de delincuencia organizada por controlar la justicia en Guayas, por la apropiación de un terreno a favor de un primo, tuvo un fallo a su favor por $3.9 millones por una deuda con el Banco Pichincha y tras las declaraciones de Salazar él controlaba todo lo que ella hacía, así como otros involucrados en este caso Purga. 

El mismo día de las declaraciones de Salazar el compañero de celda de Leandro Norero, Marcelo Lasso declaró que Norero hablaba y se escribía con Correa, que negociaban la salida de Glas y esto solo ratifica lo que muchos ya pensábamos, pero no nos sorprende como sociedad. No los juzgamos con la misma vara pese a que la magnitud de sus delitos son igual o incluso peor.  Los autores intelectuales de los delitos son igual de culpables que los peones que cometen la acción corrompida. 

Mientras no nos quitemos los prejuicios y los estereotipos no podremos tener una opinión auténtica sobre los hechos. No solo opinamos, sino que juzgamos basados en estos conceptos que en vez de avanzar y corregir los daños nos retienen en una superficialidad que nos impide ver la real magnitud de los mismos. 

Debemos ser intolerantes con las injusticias y con los actos de corrupción sin importar quien lo haga ya que un género, una profesión o un estatus no debe ser motivo para disminuir el impacto de estas malas decisiones que no sólo involucran a un círculo cercano sino a todo un país. La forma en la que catalogamos estos actos es reflejo de lo que permitimos en nuestros pequeños entornos.

Si no pagamos el internet y nos apropiamos de la clave del vecino, si no pagamos la cuenta del servicio de cable, pero vemos los programas desde un programa ilegal, si no afrontamos nuestras deudas, sino que les restamos importancia estamos dando este ejemplo a los pequeños que conviven en nuestro círculo cercano. Las dificultades financieras no deben ser ignoradas ni avergonzarnos; pero el no afrontarlas sí. Estas pequeñas acciones tienen un gran impacto en la formación de los pequeños, así como lo tiene el “perdonar” ciertos errores a una persona por su género o su estatus. 

La permisibilidad nos está llevando a volvernos más machistas en ciertos temas que parecen no tener impacto. Antes de compartir una noticia o un chiste preguntemos si haríamos lo mismo si el autor fuera un hombre o una mujer, si le daríamos la misma importancia si es un hombre o una mujer y si le daríamos la misma credibilidad a esa persona tras la veracidad de la noticia. Hay comportamientos que se vuelven tan naturales que no nos damos cuenta de los pensamientos y estereotipos que tenemos de fondo.  (O)

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