De narrar historias a transformar realidades en la EPS
Con determinación, visión social y una estrategia clara, esta ecuatoriana logró que miles de emprendedores y familias accedan a financiamiento en condiciones justas, impulsando empleo y desarrollo en territorios donde antes el crédito parecía inalcanzable. Desde el liderazgo femenino, fortaleció un modelo que conecta capital internacional con la economía popular y solidaria, apostando por las mujeres, los jóvenes, la sostenibilidad y la generación de oportunidades reales en todo el país.

Años atrás, cuando trabajaba en la revista Líderes, recorría el país buscando historias de emprendedores que levantaron sus negocios desde un garaje, una cocina o un pequeño taller. Escuchar cómo superaban dificultades para crecer la marcó profundamente. Hoy, desde otro rol, siente que su trabajo cierra un círculo. Ya no cuenta las historias, sino que contribuye a que miles de ellas se escriban, con nuevos capítulos de crecimiento y oportunidades. Hoy, ella es la protagonista de esta historia. 

Nacida en Quito, con formación en Economía y estudios de posgrado en Estados Unidos y Portugal, María Belén Loor construyó una trayectoria marcada por el servicio público, la cooperación internacional y la promoción de oportunidades para emprendedores. Su carrera incluye pasos por el comercio exterior, la gestión de proyectos verdes, la banca de desarrollo y cargos directivos en instituciones clave del país.

Su visión combina disciplina técnica con un enfoque humano. A lo largo de su trayectoria trabajó en terreno, conociendo de primera mano las realidades de productores, comerciantes y familias que impulsan la economía desde sus comunidades. Cree firmemente que el desarrollo económico no puede desligarse de la inclusión social y la sostenibilidad ambiental.

Quienes trabajaron con ella destacan su capacidad de generar alianzas estratégicas, atraer recursos internacionales y convertirlos en programas concretos que fortalecen a las organizaciones locales. Su liderazgo, respaldado por resultados y confianza internacional, posiciona su gestión como un puente entre el financiamiento global y la EPS. 

Entre 2019 y 2025, la Corporación Nacional de Finanzas Populares y Solidarias (Conafips) colocó US$ 1.700 millones mediante 264.202 operaciones de crédito, lo que, se estima, generó 716.649 empleos directos. Bajo la presidencia de María Belén Loor, la entidad fortalece a cooperativas y mutualistas para llegar a zonas con altos índices de pobreza, ofreciendo recursos productivos, asistencia técnica y un sólido compromiso social y ambiental. "La Conafips nace en 2011 como Corporación Nacional de Finanzas Populares y Solidarias e inicia su gestión el 28 de diciembre del 2012 (...) nosotros somos una entidad financiera de segundo piso, es decir, no prestamos directamente a los beneficiarios, sino que lo hacemos a través de nuestros vehículos, que son las cooperativas y mutualistas".

En este periodo, se trabajó con 306 de las 398 organizaciones del sistema financiero popular y solidario: "Trabajamos con el 77 %", precisó. La cobertura territorial fue amplia y focalizada: "Hasta mayo del 2025, Conafips canalizó recursos hacia zonas con parroquias donde la pobreza, medida por las necesidades básicas insatisfechas, supera el 65 %, lo que representó el 49,17 % del total colocado en el período. Es decir, prácticamente la mitad de lo que nosotros colocamos va a cantones que tienen altísimos niveles de necesidades básicas insatisfechas".

En el periodo gubernamental actual, con corte a junio de 2025, se entregaron US$ 471 millones. Loor destacó la solidez del modelo financiero: "Nuestro índice de morosidad es nulo", un resultado que permite mantener la confianza de los organismos internacionales que otorgan financiamiento.

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Además de créditos, la entidad ofreció programas de fortalecimiento institucional. "Decimos que somos el mejor aliado del sector financiero popular y solidario porque no solamente les damos créditos, sino que les damos asistencia técnica", afirmó. Se impartieron capacitaciones en microcrédito, administración de cartera, educación financiera, prevención de lavado de activos, desarrollo de productos verdes, bioeconomía y gestión de riesgos.

Gracias a la cooperación del Gobierno italiano, se desarrolló la plataforma virtual Conafips Educa, que contará con diez cursos iniciales en este trimestre. "Nuestras capacitaciones son presenciales y virtuales y las damos no solamente a las cooperativas, sino también a los socios de esas cooperativas". En situaciones donde una organización presentaba indicadores débiles, "un equipo nuestro se desplaza a territorio o lo hace de manera virtual y le va guiando cómo bajar sus costos o mejorar su gestión".

El enfoque social también estuvo presente. Más de la mitad de las operaciones se destinaron a mujeres: "Cuando tú le entregas un crédito a una mujer, puedes romper los círculos de pobreza (...) es capaz de mandar a sus hijos a la escuela o llevarlos a los controles de salud, mantiene a su familia, emplea a sus vecinos". En este período desembolsaron US$ 77,7 millones a jóvenes y US$ 15,5 millones a adultos mayores, priorizando siempre el crédito productivo. Para incentivar a las entidades intermediarias, se aplicó una reducción adicional de medio punto porcentual en la tasa cuando el 60 % o más de su cartera estaba en manos de mujeres.

En el tema ambiental, la institución marca un precedente: "Conafips fue la primera institución financiera que contó con un Saras (Sistema de Administración de Riesgos Ambientales y Sociales), antes que la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria emitiera la disposición". Hasta la fecha, 103 cooperativas formalizaron su uso, con casi 1.200 usuarios y 37.161 operaciones evaluadas.

En su relación con socios internacionales, Loor subrayó: "Hay mucha confianza. Nosotros ejecutamos rápidamente los recursos, cumplimos siempre a tiempo y generamos impacto". De cara a los próximos años, fue directa: "La Conafips tiene que dar más créditos, aumentar nuestra llegada a los actores de la economía popular y solidaria, a costos más bajos".

El reto, dijo, es sostener el equilibrio entre crecimiento y responsabilidad: "La idea es seguir fortaleciendo a la corporación para que, a su vez siga ayudando a las cooperativas y mutualistas y así ayudar a los actores, que son los emprendedores".

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Más allá de cifras y programas, su trabajo refleja una convicción profunda de que el progreso de un país se construye impulsando a su gente desde la base. Para ella, cada crédito entregado es más que un número; es la oportunidad de transformar vidas, fortalecer comunidades y demostrar que, con confianza y trabajo conjunto, es posible abrir caminos hacia un futuro más justo y próspero para todos.

Loor cerró con un mensaje que resume su filosofía de trabajo y visión de país: "Crean más en sí mismos (...) Ecuador no es un país chiquito, es más del doble de Portugal, es muchas veces más grande que varios países de Europa. A veces nos falta creer más en nosotros mismos. Estamos aquí para ayudar a que sus sueños se hagan una realidad". (I)