Forbes Ecuador
Ximena Bustamante
Liderazgo
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Ximena Bustamante eligió el acuerdo sobre la confrontación y convirtió esa decisión en su modelo profesional. Desde su propia visión, en la función pública y en su trabajo internacional, ella busca convertir a Ecuador en un referente regional en resolución colaborativa de conflictos. En 2016 creó Pactum, un estudio jurídico especializado en mediación.

26 Diciembre de 2025 22.00

Ximena Bustamante ha liderado procesos de resolución de conflictos complejos en el sector público y privado, abriendo espacio para una forma distinta de ejercer autoridad, sin gritos, sin confrontación, sin vencedores ni vencidos, sino a través de la mediación.

Ella nunca creyó en la pelea como camino, ni siquiera cuando era niña. Estudió en el colegio Spellman, porque su mamá quería que hiciera su primera comunión, pasó por el Tomás Moro y se graduó en el Liceo Internacional, con el objetivo de fortalecer su inglés. 

Su materia favorita era la física, nunca fue buena para los deportes. Participó activamente en Modelos de las Nacionales Unidas. “Llegué a presidir la Corte Internacional de Justicia. Queríamos cambiar el planeta”.

La mediación como una decisión estratégica

Creó Pactum junto a Jaime Vintimilla en 2016, como un estudio boutique especializado en resolución colaborativa de conflictos. Una definición clara que pocos abogados se atreven a sostener: no litigar, como un principio ético. “El cliente nos confía sus secretos. No sería ético luego ser su enemigo en una corte”.

Desde ahí ha cerrado 2.500 acuerdos. Atienden disputas comerciales, societarias, laborales y familiares. La facturación alcanza los US$ 1,8 millones. 

Reconoce que no siempre se logra acuerdos y que la carga emocional es alta. “Hay situaciones muy intensas que llegan a afectarme. Trabajo con un psicólogo para soltar la carga emocional”.

Para entender por qué eligió este camino hay que volver atrás.

Esta quiteña, de 42 años, estudió derecho en la Universidad San Francisco de Quito. En la clase de gestión de conflictos entendió que su manera de pensar no encajaba con el molde tradicional. “Me parecía lógico preguntar a los clientes qué querían realmente, no solo qué decía el código”. 

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La respuesta fue resistencia. No tuvo apoyo, ni compañeros, ni maestros respaldaron su decisión, aducían que eso no era ejercicio del derecho. “Es un extra”.  Nada la hizo cambiar de opinión.  Para ella, el verdadero valor estaba en crear espacios para que las partes construyan su propia solución 

Antes de graduarse realizó un curso de formación de mediadores y uno de negociación de Harvard. También participó en la estructuración del Centro de Mediación de la USFQ y en 2009 publicó su primer libro ‘El Acta de Mediación’.

Su pasantía en Ernest & Young marcó un antes y un después. “El colegio me dio la fuerza académica, la universidad me abrió la mente a lo imposible y la pasantía me generó un apego absoluto a la ética”.

Su primer trabajo formal fue como abogada corporativa en Pronaca, donde permaneció menos de un año. Pronto recibió una propuesta que cambiaría su rumbo. Asumió la subdirección del Centro de Arbitraje y Mediación de la Cámara de Comercio de Quito. De acuerdo con datos publicados por la entidad entre enero y junio de 2025, el CAM tramitó 105 demandas arbitrales, que representan una cuantía total de US$ 87 millones. En el ámbito de la mediación, en el primer semestre se gestionaron 493 casos de mediación. Las materias más solicitadas fueron bancaria, comercial, inquilinato y familiar.

“El facilitador no impone, guía en medio del conflicto, con personas que quieren pelear. Es un trabajo intenso y emocionalmente demandante, pero profundamente satisfactorio cuando ves a usuarios que entran enojados y se van con un acuerdo construido por ellos mismos”.

Aplicó a Pepperdine University, una de las mejores del mundo en resolución de disputas, y al programa International Fellows de la Fundación JAMS. Fue aceptada en ambos.

La universidad le otorgó media beca, el otro 50% fue cubierto por JAMS, que además negoció para que no le cobraran el tuition (matrícula). “Trabajé con 18 profesionales distintos, entre ellos el juez Daniel Weinstein, muy influyente en el sector. Fue una experiencia única, luego me invitó a colaborar con procesos, especialmente relacionados con América Latina”. 

Obtuvo su LL.M (maestría) en resolución de disputas y gracias a su OPT, trabajó en una firma de abogados en Los Ángeles. Tenía la opción de quedarse, pero su destino estaba en Ecuador.

Volver para cambiar las reglas

Entre risas cuenta a Forbes que la fundación JAMS y la organización global Mediators Beyond Borders International prácticamente le subieron al avión de regreso porque necesitaban una persona que desarrollara un proyecto de mediación en Ecuador. La inversión fue de US$ 75.000. “Trajimos mediadores estadounidenses y por un año nos enfocamos en romper el modelo tradicional que se aplicaba para demostrar que la mediación podía ser distinta, efectiva y más humana”.

Del 2013 al 2016 fue directora nacional de Mediación de la Procuraduría General del Estado. Ese año, se recibieron 421 solicitudes de mediación que involucraban al Estado.  En esos años por mediación se evitó pagos por más de US$ 40 millones. Este organismo continúa con esa línea de evitar confrontaciones en las cortes. Según publicación en su página web, el pasado 25 de agosto en el Centro de Mediación de la Procuraduría General del Estado, se firmó el acuerdo total entre las Fuerzas Armadas, el Ministerio de Defensa y la Compañía CETC Internacional de la República Popular China. Dicho acuerdo generó un ahorro al Estado ecuatoriano de US$ 250 millones. 

 “La gran mayoría de casos son confidenciales. En uno logramos evitar un arbitraje internacional, lo que significó un ahorro de US$ 15 millones para el país”. En el sector público explicas que el promedio de éxito bordea el 60%, mientras que en el ámbito privado oscilan entre el 80% y 90%. “Es muy complicado lidiar con el Estado porque implica muchas aristas. Conseguir que entidades y funcionarios se alineen en una misma postura y darles la seguridad de que lo que están haciendo es correcto. La Contraloría siempre está, aunque no parezca”.

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Hoy, además, es directora regional para América Latina y el Caribe de la Fundación Weinstein y desde 2021, está rankeada como la mejor mediadora del país por Leaders League de París.

En su tiempo libre, va al gimnasio y disfruta viendo películas de superhéroes. Le gusta cocinar, su plato favorito es el aguado de pollo, preparado con las recetas heredadas de sus abuelas.

Sueña con crear una organización similar a un hospital, con especialistas en distintas áreas, y convertir a Ecuador en un referente regional en resolución colaborativa de conflictos. (I)

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