El panel recibió a estudiantes de la prestigiosa universidad, que según Forbes es la segunda mejor calificada en Estados Unidos. El club es liderado por la guayaquileña, Domenica Pineda, y cuenta con más de setenta miembros. Al panel fueron invitados cuatro profesionales ecuatorianos, hoy posicionados en algunas de las compañías más influyentes de Estados Unidos. En dicho panel compartieron no solo sus historias laborales, sino también sus dudas, aprendizajes y convicciones sobre lo que significa “haber llegado”.
Los panelistas fueron Nixon Zúñiga, ingeniero de software en Apple; Jordi Padilla, ingeniero senior en HNTB; Gabriela Flores Romo, asociada en el estudio legal Cravath; y Ron Bautista, vicepresidente y gerente de producto en JPMorgan Chase. Sus trayectorias son distintas, pero están atravesadas por temas comunes: migración, esfuerzo sostenido, redes de apoyo y una relación activa, no nostálgica, con Ecuador.
Trayectorias que no fueron lineales
Nixon Zúñiga, ingeniero de software en Apple, habló con honestidad sobre la dificultad de formarse como ingeniero. Reconoció que durante sus primeros años académicos y profesionales no siempre destacó, pero que el aprendizaje acumulado, incluso en momentos de frustración, fue clave para llegar al siguiente nivel. Hoy trabaja en el equipo de pagos y comercios de Apple Wallet, utilizando inteligencia artificial y sistemas de “agentic AI” para automatizar procesos que antes eran manuales. Su mensaje fue claro: tomar cualquier oportunidad que permita aprender, incluso si no es la ideal, puede abrir puertas inesperadas.
Jordi Padilla, actualmente ingeniero senior en HNTB, recordó que su carrera comenzó con decisiones tomadas sin total claridad, pero con disposición a asumir retos. Hoy trabaja en un proyecto de infraestructura de más de dos mil millones de dólares para Metro-North, donde coordina equipos técnicos y toma decisiones que impactan sistemas críticos de transporte. Para él, las habilidades técnicas son indispensables al inicio, pero las habilidades interpersonales terminan definiendo el crecimiento profesional. “Si te sientes demasiado cómodo, algo tiene que cambiar”, afirmó, subrayando la importancia de buscar constantemente nuevos desafíos.
Gabriela Flores Romo, nacida y criada en Cuenca, compartió una trayectoria marcada por la exploración antes del compromiso definitivo. Antes de entrar a la gran firma legal en la que hoy trabaja, se permitió dudar, cambiar de rumbo y tomarse el tiempo necesario para entender qué quería hacer. Como abogada en una firma de alto nivel, su día a día es exigente, impredecible y en constante aprendizaje. Su filosofía se resume en una frase que repitió varias veces: “Si todos pueden, ¿por qué yo no?”. Para ella, el trabajo duro supera al talento y la clave está en sostener el proceso.
Ron Bautista, vicepresidente en JPMorgan Chase, relató una historia profundamente marcada por la migración. Llegó a Estados Unidos siendo joven y vivió etapas de gran precariedad familiar. Hoy lidera productos financieros orientados a pequeñas empresas y comunidades tradicionalmente excluidas del sistema crediticio. Su trabajo combina investigación, estrategia, análisis de datos y una clara intención de impacto social. Bautista insistió en que nadie progresa solo y que el acceso a redes, mentores y conversaciones honestas fue determinante en su camino.
El rol del networking y la comunidad
Uno de los consensos más fuertes del panel fue la importancia del networking, no como una herramienta superficial, sino como una forma de construir relaciones genuinas. Varios panelistas coincidieron en que muchas de sus oportunidades laborales surgieron de conversaciones aparentemente casuales, de eventos universitarios o de mentores que creyeron en ellos antes de que ellos mismos lo hicieran.
Lejos de romantizar el esfuerzo individual, los cuatro destacaron que pedir ayuda, cometer errores temprano y apoyarse en otros fue fundamental. La idea de “resolverlo solo” fue cuestionada repetidamente. En cambio, se propuso una noción de éxito más colectiva, donde crecer implica también abrir espacios para otros.
¿Cómo devolver a Ecuador desde lejos?
Hacia el final del conversatorio, surgió una pregunta central: cuando se está tan lejos de casa, ¿de qué formas se puede devolver al país?
Las respuestas coincidieron en que no se trata únicamente de volver físicamente o de contribuir económicamente. Para Bautista, “poner la bandera” significa visibilizar la identidad ecuatoriana en espacios corporativos de alto nivel, hablar abiertamente del origen propio y crear referentes. Contó cómo, al identificarse como ecuatoriano en JPMorgan Chase, otros compatriotas comenzaron a acercarse, generando comunidad donde antes no la había.
Padilla habló del impacto del activismo y del trabajo con organizaciones de base, especialmente en temas educativos. Señaló que la universidad y la profesión otorgan una voz que puede ser usada para quienes no la tienen. Zúñiga destacó la importancia de transmitir hábitos aprendidos: desde cómo prepararse para entrevistas hasta cómo entender el mundo corporativo y tecnológico. Flores subrayó la necesidad de hablar del origen sin complejos y de acompañar a quienes están empezando procesos migratorios o legales.