La IA se ha convertido en una de las herramientas académicas y creativas más poderosas disponibles para los adolescentes. Les ayuda a generar ideas, organizar las tareas escolares, perfeccionar la comunicación e incluso a experimentar con proyectos emprendedores tempranos. En el contexto escolar y laboral, la IA puede ser un auténtico acelerador.
Pero las investigaciones muestran que la IA está asumiendo un papel muy diferente: los adolescentes utilizan cada vez más los chatbots de IA no solo para obtener información o productividad, sino también como compañeros emocionales .
Un estudio de 2025 de Common Sense Media reveló que el 72 % de los adolescentes estadounidenses de entre 13 y 17 años ha probado un asistente de IA, y más de la mitad afirma usarlo con regularidad. No se trata de asistentes para las tareas escolares ni de sistemas centrados en tareas. El estudio examinó chatbots utilizados para conversaciones personales, relacionales y de apoyo emocional. El 13 % de los adolescentes chatea con un asistente de IA a diario, y otro 21 % los usa varias veces por semana.
El atractivo es obvio: la IA nunca juzga, nunca "eclipsa" ni supone un riesgo social. Sin embargo, los psicólogos advierten que esta fluidez y previsibilidad de un oyente siempre amable es precisamente lo que hace que la compañía de la IA sea preocupante desde el punto de vista del desarrollo.
La IA y el auge del amigo "siempre conectado"
Casi todos los adolescentes (95%) en Estados Unidos tienen un teléfono inteligente, y para muchos se ha convertido en la principal puerta de entrada a su mundo social. Los hilos de texto, los chats grupales, las plataformas de juegos y un flujo constante de redes sociales forjan amistades que se mueven con fluidez entre los espacios en línea y fuera de línea. Es en ese entorno donde los compañeros de IA han comenzado a consolidarse.
La encuesta de Common Sense Media ayuda a explicar esta tendencia. Algunos adolescentes abren un chat de IA simplemente porque sienten curiosidad por la tecnología. Otros la usan para entretenerse o para resolver un problema antes de contárselo a un amigo. Y hay un grupo que recurre a estos sistemas para una interacción más cercana a la socialización. Un pequeño pero notable número incluso afirmó que, en ocasiones, estas conversaciones les resultan más satisfactorias que las que mantienen con sus compañeros.
Lo que preocupa a los psicólogos no es la existencia de estas herramientas, sino el contexto en el que se utilizan. La adolescencia es una etapa de la vida en la que los jóvenes se conectan de forma inusual con sus iguales. Pasan tiempo en entornos sociales donde interpretan las señales faciales y procesan los tonos. Cuando esos momentos en persona se sustituyen, incluso ocasionalmente, por intercambios que imitan la respuesta emocional sin involucrarse realmente en ella, los adolescentes pueden estar adquiriendo una práctica que se percibe como relacional, pero que no desarrolla las mismas habilidades.
La IA como herramienta ayuda a los adolescentes. La IA como sustituto de la amistad, no.
La IA es enormemente útil cuando se utiliza como herramienta . Favorece la comunicación, aumenta la confianza académica y ayuda a los adolescentes a organizarse. Es un activo indiscutible para el desarrollo de habilidades.
La verdadera amistad exige a los adolescentes algo que la IA no. Cuando pasan tiempo juntos, tienen que superar momentos incómodos, señales perdidas, sentimientos heridos y los pequeños malentendidos propios de ser humanos. Esos momentos pueden resultar incómodos, pero también son los que fortalecen la empatía y enseñan a los adolescentes a gestionar la complejidad emocional.
Los compañeros de IA facilitan todo esto. La mayoría de los sistemas están diseñados para mantener al usuario involucrado, lo que a menudo implica aceptar, tranquilizar o redirigir. La interacción puede resultar de apoyo, incluso íntima, pero no requiere ninguna de las habilidades necesarias para comprender los sentimientos de otra persona o resolver una conversación tensa.
Esa diferencia es lo que preocupa a los psicólogos. Varios me dijeron lo mismo con diferentes palabras: la IA puede imitar la empatía de forma convincente, pero no puede reemplazar el intercambio real que ayuda a los adolescentes a aprender a expresarla por sí mismos.
El uso de IA no reemplaza a los verdaderos amigos, pero puede diluir el crecimiento real
Un hallazgo alentador es que el 80 % de los adolescentes que usan compañeros de IA aún pasan más tiempo con amigos de la vida real que con IA. Solo una pequeña minoría indicó lo contrario.
Pero incluso el uso complementario tiene un impacto. Si un adolescente recurre a un chatbot en lugar de hablar sobre una conversación difícil con un amigo, o usa IA para evitar una conversación incómoda, esas oportunidades perdidas de desarrollar la inteligencia emocional empiezan a acumularse. Los psicólogos describen esto no como que la IA "se apodere" de las amistades, sino como la eliminación gradual de las experiencias cotidianas (confusión, reparación, retroalimentación honesta) que ayudan a desarrollar la empatía.
Las preocupaciones sobre la seguridad de la IA están aumentando junto con los riesgos emocionales
Además de las preocupaciones sobre el desarrollo, existen crecientes problemas de seguridad. Algunas plataformas de acompañamiento con IA ya han enfrentado demandas , y las investigaciones de Common Sense Media y Stanford revelaron que ciertos chatbots podrían ser fácilmente manipulados para entablar conversaciones emocionalmente arriesgadas o dañinas.
Estos hallazgos han intensificado los pedidos para que las empresas implementen medidas de seguridad más estrictas, transparencia y protección para los usuarios jóvenes.
Preparando a los adolescentes para un futuro humano saludable + IA
Prohibir la IA no es realista ni práctico. Lo que los adolescentes necesitan es perspectiva y comprender dónde la IA beneficia, dónde perjudica y cómo mantener las relaciones genuinas como un elemento central en sus vidas.
La preparación de los adolescentes comienza con una conversación abierta, curiosa y sin prejuicios.
Un punto de partida útil incluye:
• Explicar los límites de la empatía de la IA y cómo las respuestas simuladas difieren de la reciprocidad emocional genuina.
• Hablar de situaciones reales donde la incomodidad, el desacuerdo o la reparación ayudaron a construir relaciones más sólidas.
• Ayudar a los adolescentes a identificar cuándo la IA es una herramienta y cuándo se está convirtiendo en un sustituto de la conexión.
• Fomentar y modelar la resolución de conflictos cara a cara o el seguimiento en persona después de malentendidos.
• Normalizar las conversaciones sobre la soledad, la sobrecarga digital y la dependencia emocional de la tecnología.
Estas conversaciones no alejan a los adolescentes de la IA. Les ayudan a comprender el papel que esta debería desempeñar en sus vidas.
Un camino a seguir con IA y conexión humana real
El objetivo no es prohibir la IA en la vida de los adolescentes, sino asegurar que no elimine las interacciones que realmente les enseñan a comprender a los demás. La intuición y la profundidad que los adolescentes obtienen de la conexión humana siguen proveniendo de las personas, no de los chatbots.
Las amistades verdaderas, con toda su imprevisibilidad, conflicto, vulnerabilidad y capacidad de recuperación, siguen siendo irremplazables. Son la base de la inteligencia emocional, y ninguna IA, por avanzada que sea, puede sustituirla.
La IA puede ayudar a los adolescentes a sobresalir. Pero solo los humanos pueden ayudarlos a ser plenamente humanos.
Con información de Forbes US.