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Pamela Jimenez y sus mascotas Quito - Ecuador
Lifestyle
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Ambas mascotas son el apoyo incondicional de Pamela Jiménez. Son el abrazo que todos los días recibe al regresar de una larga jornada de trabajo en Impoventura Volkswagen, una firma que comercializó 10.000 unidades y facturó US$ 75 millones el año pasado.

10 Marzo de 2023 15.34

Pamela Jiménez  es la gerente de Logística y Desarrollo de Concesionarios de Impoventura, importador y representante de automóviles y SUV de Volkswagen para Ecuador. Ella tiene 38 años y suma más de 10 de experiencia en el mundo automotor.

Estudió ingeniería eléctrica en Purdue University y una maestría en ingeniería industrial y operaciones en Penn University, ambos centros de estudios en Estados Unidos.

Al volver a Ecuador trabajó por siete años en General Motors y desde el 2019 está en Impoventura donde es la encargada de supervisar la salida de los vehículos desde las fuentes, es decir desde México, Brasil y Estados Unidos, hasta la entrega en los concesionarios en el país. Entre sus responsabilidades también está coordinar las relaciones con los puntos de venta.

En 2022, Impoventura Volkswagen comercializó 10.000 unidades y la facturación fue de US$ 75 millones; y con la red de concesionarios las ventas fueron por US$ 80 millones. Este año la firma espera lograr un crecimiento del 9% con la introducción de un nuevo producto.

Al recibirnos en su casa en el sector de Miravalle, al oriente de Quito, sus dos mascotas están a su lado. Neo mueve su colita en señal de bienvenida, mientras que Coco se aleja un poco indiferente.

Jiménez es amante de los perros. Cuenta que en su casa siempre hubo uno, por lo que desarrolló una conexión inexplicable, sin que eso signifique 'humanizarlos', porque eso a la final les genera un daño psicológico, sostiene.

Pamela Jimenez y sus mascotas Quito - Ecuador
Foto: Pavel Calahorrano

Con su exesposo tenían un acuerdo matrimonial: adoptar una mascota al año de casados. Así llegó Neo, cuyo nombre viene del protagonista de la película The Matrix. Una vecina de ese entonces lo había encontrado perdido en la avenida Occidental y compartió su foto en el chat del conjunto donde vivía la pareja.  

“Yo fui la primera en alzar la mano, le fuimos a ver, estaba golpeado, con una cara de yo no fui,  estaba muy asustado. Le llevamos al veterinario, le hicimos  exámenes, teníamos miedo de que tenga parvovirus, por suerte sólo tenía amebas, nos costó US$120 la consulta.”

Enseguida la pareja adoptó a una perra labrador de dos años, que había sido rescatada con sus cachorros. Se llamaba Shina. Los dos se llevaron muy bien desde el principio. Año y medio después llegó Coco.

“A mi exesposo le gustaban mucho los perros falderos y pequeños, entonces le llamé a una amiga que maneja la fundación Camino a Casa y le pedí que me consiga una perra chiquita, porque necesitaba salvar mi matrimonio, al poco tiempo me escribió. Era una belleza, tenía mes y medio. El nombre le pusimos por la famosa diseñadora de modas.

Coco no logró el propósito esperado: hace cinco años esta quiteña se divorció, Shina murió el año pasado y Jiménez se quedó con Coco y Neo.

El día empieza con las pastillas de Eutirox para tratar el hipotiroidismo que sufren las mascotas. Luego los tres desayunan y en la puerta despiden a Pamela que sale a cumplir su jornada de trabajo. Coco y Neo pasan en casa  y al terminar la tarde la esperan con ilusión para recibir sus mimos y caricias.

“Al final del día procuro sacarles a pasear y los fines de semana salimos al parque o a caminar a El Chaquiñán. Neo siempre ha sido inquieto. Cuando era pequeño era muy travieso, se comió mis lentes y destruyó una alfombra nueva que nos costó carísimo. Coco es hiper cariñosa, pero  un poco malgenia con los niños, en la pandemia trabajaban conmigo, son mi cola”. (risas)

Mientras conversamos, Neo está acostado a sus pies y Coco en su falda, no quieren perderse ni un minuto, como si supieran que Jiménez está hablando de ellos. “Han viajado conmigo a la playa, al Pailón del Diablo en Baños, al Oriente. Me encanta hacerles parte de mis experiencias y algunas decisiones de mi vida, de hecho, están ligadas con ellos para bien o para mal. Los amo”. (I)

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