“Lana saca mi lado paternal, significa un cambio de emociones. No hay nada mas lindo que llegar a casa, luego de una larga jornada y ser bien recibido, en el buen sentido. Cuando abro la puerta, ella está ahí y automáticamente afloran mis mejores sentimientos. Ella sabe que es la reina de la casa, más ahora que mis dos hijos no están porque estudian en el exterior. Confieso que a mi esposa Vanessa le ha transformado la vida, a ella no le gustaban las mascotas. Es una Golden Retreiver especial, muy cariñosa, inteligente, siempre esta pendiente de nosotros.
“Duerme en nuestro cuarto, al pie de la cama, porque sabe que no puede subirse, conoce muy bien sus reglas y sabe cuáles son sus espacios dentro de la casa, aunque hay veces que nos prueba para ver si cedemos a sus travesuras (risas). Cuando Juan Esteban y Melisa vienen de vacaciones le miman y le malcrían tanto que tengo que ponerme un poco más estricto y recordarle sus límites
“Todos los días tenemos que jugar con ella, te busca con sus juguetes, tres o cuatro días a la semana salimos a caminar. Muchas de nuestras actividades y tiempos son en función de qué podemos o no hacer por Lana.
“Compartimos casi todo el tiempo. A los dos meses fue su primer viaje a la playa Allá su distracción es perseguir a los pájaros, le encanta revolcarse en la arena, meterse al mar y nadar en la piscina, pero sabe que para entrar a la casa debe esperar que le limpien, le bañen y le sequen. Cuando me acompaña a los proyectos que desarrollo (al momento tengo cinco) se pone a jugar, con palitos o insectos, se aleja a ratos, pero siempre esta pendiente de regresar a mi lado. Una vez le llevamos al Cotopaxi, parecía un venado corriendo entre los pastizales.
“Al principio le costó acostumbrarse al carro, había prácticamente que obligarle, ahora es la primera en subirse. Cuando llegó a la casa, era una bolita dorada, fue la última de la camada, por lo tanto, la más chiquita. Escoger su nombre fue un dilema familiar, entonces a mi hija se le ocurrió hacer un tablero con mas de 100 nombres, fuimos escogiendo por grupos y seleccionando de cada uno el que más nos gustaba, hasta que llegamos a Lana y a todos nos encantó.
“Esta es la segunda Golden que tenemos, la primer Nina, llegó por insistencia de nuestra hija que entonces tenía unos 12años, nos pusimos a investigar, vimos que esta raza era ideal para niños, porque es muy dócil, pero sobre todo mansa, cuando murió, me dolió tanto que no quería otro perro y pensé que a ningún otro le podría querer tanto, pero me equivoqué. Lana nos llena la vida, desde el momento en que llegó a casa nos robó el corazón. Si bien es verdad que tener una mascota da trabajo, todo se compensa con lo que recibes en cariño y lealtad. Para ella, nosotros somos su manada”. (I)