Forbes Ecuador
24 Julio de 2025 05.29

Doug Gollan

Guerra de millonarios en el aire: el dueño de Louis Vuitton invirtió US$ 800 millones para competirle a Buffett en el negocio de los jets privados

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A través del fondo L. Catterton, que mantiene lazos con LVMH, Bernard Anault, dueño del imperio del lujo con la que también maneja marcas como Christian Dior y Givenchi, entra al negocio de la aviación privada con una jugada que busca diferenciarse del modelo más tradicional que impulsa el dueño de Berkshire Hathaway.

"Número 8, les presento al número 10". El anuncio que confirmó que el fondo privado L. Catterton cerró una inversión de capital de US$ 800 millones en la empresa de aviones privados Flexjet, Inc., llevó al magnate del lujo Bernard Arnault -dueño del conglomerado, además de marcas como Louis Vuitton, Christian Dior y Givenchi, entre varias otras-, hoy en el octavo puesto del ranking de Forbes de las personas más ricas del mundo, al terreno donde Warren Buffett, actualmente en el 10° lugar, reina sin competencia desde que compró NetJets en 1998. Según Flexjet, se trata de "la mayor inversión de capital jamás realizada con un proveedor de viajes en jet privado".

A diferencia de Buffett, que le compró toda la compañía a su fundador, Richard Santulli, por US$ 725 millones en efectivo y acciones para integrarla a Berkshire Hathaway, Flexjet, Inc. continuará como empresa independiente. Su presidente, Kenn Ricci, sigue siendo el mayor accionista. Todd Boehly, quien figura en el puesto 379 de la lista de Forbes, mantiene una participación en la firma. Los nuevos inversores se quedaron con alrededor del 20%, lo que ubicaría el valor de la empresa, con sede en Richmond Heights, Ohio, en unos US$ 4.000 millones.

En 2023, el fallecido Charlie Munger dijo ante los accionistas durante la asamblea anual de Berkshire Hathaway: "NetJets ha sido excepcional. Se puede argumentar que vale tanto como cualquier otra aerolínea actual". American Airlines, la de menor valor entre las cuatro principales, estaba tasada en unos US$ 9.000 millones.

Ricci compró Flexjet a Bombardier en 2014 por US$ 185 millones y la fusionó con Flight Options, una empresa que fundó en 1998, vendió en 2003 y volvió a adquirir en 2008. Además de comercializar acciones fraccionarias de aeronaves y arrendamientos bajo la marca Flexjet, Flexjet, Inc. también controla Sentient Jet, creadora de las tarjetas jet, que Ricci le compró a Macquarie Global Opportunities Partners en 2012. La compañía incluye además un corredor de vuelos chárter bajo demanda, FXAir, que surgió tras la compra de PrivateFly en 2018, y tiene operaciones en Europa, donde Flexjet viene creciendo. También cuenta con una amplia red de bases MRO que se ocupan del mantenimiento y reacondicionamiento de su flota.

Los ingresos de Flexjet, Inc. más que se duplicaron: pasaron de US$ 1.800 millones en 2020 a US$ 3.800 millones el año pasado. En paralelo, el EBITDA creció de US$ 202,8 millones a US$ 398,3 millones, según datos de la empresa. Para 2025, proyectan que ese indicador llegue a los US$ 425 millones.

Bernard Arnault
Bernard Arnault

L. Catterton anunció en mayo que había recaudado un total de US$ 11.000 millones en una nueva ronda de financiación. La firma nació en 2016 a partir de una alianza entre Catterton, LVMH y Groupe Arnault. Bernard Arnault, presidente y CEO de LVMH, está al frente del mayor conglomerado del lujo, dueño de más de 75 marcas como Louis Vuitton, Dior, Fendi, Tiffany & Co., Hublot, Tag Heuer, Rimowa, Dom Pérignon, Krug y Sephora. También controla el grupo hotelero Cheval Blanc, además de los hoteles, barcazas fluviales y trenes de Belmond, que compró en 2018 por US$ 3.200 millones.

En 2022, Arnault vendió su jet privado, según se dijo, para esquivar a los rastreadores de vuelos. Ricci, junto con ejecutivos de NetJets y VistaJet, contó que sus compañías sumaron ventas entre personas de altísimo patrimonio y empresas que, aunque no siempre se desprenden de sus propios aviones, eligen servicios de propiedad fraccionada o suscripciones de vuelos cuando buscan discreción o necesitan más disponibilidad. NetJets sostiene que cerca del 40% de las empresas del Fortune 500, muchas de las cuales tienen jets corporativos propios, también figuran entre sus clientes.

En el comunicado de prensa oficial Ricci afirmó: "L Catterton, con su relación especial con LVMH y su familia de marcas, brinda la oportunidad perfecta para colaborar en áreas como conocimiento del consumidor, estrategias de marca, expansión minorista y entrega de productos de lujo". Cuando le preguntaron qué podía venir más adelante, respondió: "No voy a revelar nada, porque hay otras cosas por venir. Tenemos que ir desarrollando poco a poco todo el concepto".

Kenn Ricci por Doug Gollan
El presidente de Flexjet, Inc., Kenn Ricci, en la sede mudial de la empresa en Richmond Heights, Ohio - Doug Gollan.

 

Antes, LVMH instaló spas Dior en los trenes Belmond, trabajó junto a Marriott International para lanzar hoteles con su marca de joyería Bvlgari y colaboró con desarrolladoras inmobiliarias en residencias de lujo con sello Fendi. Por su parte, Flexjet se unió con Bentley y Riva para diseñar interiores a medida en sus Gulfstream G650 de ultra largo alcance y helicópteros Sikorsky.

Es un punto que, según Ricci, marca una diferencia clave respecto a lo que ofrece Berkshire Hathaway. En una entrevista el sábado desde Italia, donde estaba de viaje, Ricci explicó: "Hace años, cuando creamos Red Label, veíamos a NetJets como una empresa muy utilitaria, un gran proveedor, con buen servicio, pero una empresa utilitaria. Siempre los llamo la empresa Greige; son grises y beige".

El comunicado oficial remarcó: "La visión de Flexjet incluye una experiencia más personalizada que comienza con el acceso a través de terminales privadas y termina brindando acceso exclusivo a destinos, productos y eventos seleccionados que no están disponibles fuera de la comunidad Flexjet".

Flexjet tiene 11 terminales privadas en ubicaciones de alta demanda, ya sean operativas o en construcción. Están reservadas exclusivamente para sus clientes, lo que le permite ofrecer una experiencia más privada y con servicios diferenciados. En Naples, Florida, por ejemplo, brinda estacionamiento seguro de larga estadía para quienes visitan la zona durante la temporada. Algunos propietarios de jets fraccionados que viven en la zona usan las salas de reuniones de esas instalaciones para encuentros improvisados. Otros simplemente se acercan a pasar el rato, en una suerte de versión de la aviación privada del bar de la serie Cheers.

Ricci sostuvo que el acuerdo también tiene que ver con cómo imagina el futuro de Flexjet. "Nuestro modelo de negocio es el de un club. Pagás una cuota para unirte: el costo de adquirir una participación en un jet privado, una cuota mensual de gestión (para cubrir los gastos generales) y una tarifa por hora (para volar). Para mí, eso se parece al modelo de un club de campo", explicó Ricci. Y agregó: "¿Qué podría hacer para que no quieras dejar el club, incluso cuando volás menos o ya no volás? Mi analogía sería: te unís a Augusta (National Golf Club, sede del Masters), jugás al golf, pero cuando ya no podés, no te das de baja de Augusta, porque es un club muy prestigioso. Está bueno ser miembro".

También dijo: "Si pensás qué puede hacer única a esta comunidad, podría ser, obviamente, el mundo de los viajes, del lujo. Existe el lujo de la longevidad". Actualmente, Flexjet ofrece beneficios con Fountain Life y Health Nucleus, que, según Ricci, son los más elegidos por sus clientes.

Interior del Flexjet por Doug Gollan
El interior de un Flexjet Gulfstream G650, diseñado en colaboración con Bentley.  Doug Gollan.

 

Ricci señaló que los planes apuntan a un crecimiento controlado. "Si sos parte del club, ¿de verdad querés que te diga: '¡Dios mío, tenemos un montón de miembros nuevos!'? No. Querés pensar que el club es algo especial, así que no querés ver un crecimiento enorme. Todo lo que hagamos tiene que ser casi aspiracional. No puede estar al alcance de todos. No necesito que mis competidores fracasen para que a mí me vaya bien. De hecho, hasta cierto punto, ni siquiera quiero que todos mis competidores trabajen conmigo. Quiero un tipo de negocio específico y enfocarme en eso".

Ese tipo de negocio, muy probablemente, está compuesto por clientes que buscan jets más lujosos, vuelos más largos y servicios puerta a puerta en zonas urbanas densas. En febrero, Flexjet encargó 182 jets privados a Embraer por US$ 7.000 millones, con foco en los modelos de alta gama Praetor 500 y Praetor 600, ambos con cabinas espaciosas para estar de pie. Si bien NetJets opera unos 800 aviones en su programa fraccional, frente a los poco más de 300 de Flexjet, la diferencia se achica cuando se trata de jets de largo alcance. A comienzos de este mes, NetJets contaba con 83 jets Bombardier Global, mientras que Flexjet operaba 67 aviones de ese segmento, en su mayoría Gulfstreams.

Flexjet también desarrolló un servicio de helicópteros con su propia marca. Hoy vuela en las áreas metropolitanas y suburbanas de Nueva York y Londres, además del sur de Florida y las Bahamas. Recientemente sumó operaciones en el norte de Italia y a lo largo de la Riviera Francesa. Los dueños de jets fraccionados pueden canjear horas de vuelo por traslados en helicóptero, lo que les ahorra tiempo y, en algunos casos, los deja en sus patios traseros, helipuertos en terrazas, yates o islas privadas.

Ricci habló también sobre la colaboración con LVMH y el equipo de Arnault: "Me enseñarán mucho, porque saben mucho de marca. No pretendo saber lo que ellos saben de marca, precio y posicionamiento", aunque bromeó: "Sé que no estamos hablando de eso en nuestra página web, pero gracias a LVMH, podrías comprar una botella de Dom Pérignon".

Flexjet ya programó un anuncio para septiembre, cuando espera presentar su primer Gulfstream G700, un modelo que suma espacio, confort y mayor alcance respecto al G650. Ricci contó que al principio no tenía interés en avanzar con un acuerdo cuando L. Catterton lo contactó en diciembre. "Me presentaron que LVMH cree que el lujo del futuro gira en torno a la longevidad y el tiempo. Están haciendo grandes inversiones en longevidad y extensión de la vida, y cuando compartieron ideas sobre dónde invertir tiempo, volvieron a la aviación corporativa".

El ahorro de tiempo puerta a puerta, en comparación con las aerolíneas, es la principal razón que dan los viajeros privados para pagar tarifas tan altas, según una encuesta entre suscriptores de Private Jet Card Comparisons, una guía que analiza más de 500 programas de tarjetas de jets y sistemas fraccionarios. Entre los intereses relacionados con el estilo de vida, esa misma encuesta mostró que los viajes por placer ocupan el primer lugar, y la salud y el bienestar, el cuarto.

Ricci aclaró que el anuncio de esta mañana no guarda relación con la emisión de bonos por US$ 550 millones —que tuvo sobredemanda— realizada a fines del año pasado. Explicó que, tras cancelar la salida a la Bolsa mediante una SPAC prevista para abril de 2023, la empresa se comunicó con 18 firmas de capital privado y terminó conversando con seis de ellas. L. Catterton figuraba entre los posibles candidatos, pero no respondió. La búsqueda no arrojó resultados concretos. "Analizamos la SPAC, luego el capital privado, después los bonos, pero en realidad todo se centró en la liquidez para Todd Boehly. Esta es una visión completamente diferente", aseguró Ricci.

De todos modos, el interés en trabajar con LVMH viene de mucho antes. Según Ricci, se remonta a un intercambio de mails en 2008 con Darnell Martens, su director de estrategia. "Para que vean lo poco que rendí, me llevó 17 años cerrar el acuerdo", bromeó.

Por su parte, Scott Dahnke, CEO global de L Catterton, declaró: "Flexjet personifica nuestro enfoque de categoría primero y, aunque este año celebran su 30.º aniversario, su historia es la de nunca conformarse con la búsqueda de la innovación reflexiva para satisfacer mejor los deseos de los consumidores dentro de su mercado único y emocionante".

KSL Capital Partners, LLC y el Grupo J. Safra también participaron de la operación junto a L. Catterton. Jefferies, Morgan Stanley & Co. LLC y Goldman Sachs actuaron como coasesores de Flexjet.

En cuanto a la aviación comercial como industria, a menudo cuestionada por defensores del medio ambiente y activistas que critican la concentración de riqueza, el anuncio de esta mañana implica que dos de los hombres más ricos del planeta están apostando fuerte por los aviones privados. Durante la primera mitad de 2025, los vuelos en jet privado a nivel global revirtieron una caída de dos años que comenzó tras el pico alcanzado en 2022, impulsado por la pandemia. En lo que va del año, las salidas subieron un 3% frente a 2024.

Los integrantes de la lista de los más ricos siempre mostraron interés por el mundo de las aerolíneas, tanto públicas como privadas. Laurance Rockefeller fue uno de los primeros inversores en Eastern Airlines. Howard Hughes dirigió TWA entre 1939 y 1966. Kirk Kerkorian fundó su propia compañía, MGM Grand Air, para trasladar celebridades y grandes empresarios entre Nueva York y Los Ángeles. En 1987 incluso intentó comprar Pan Am.

Cuando le preguntaron si la llegada de Arnault y LVMH podría incentivar a otros multimillonarios, como Elon Musk —número uno del ranking de Forbes— o Jeff Bezos —hoy en el cuarto puesto—, que ya invierten fuerte en viajes espaciales, a meterse en el negocio, Ricci respondió: "Bueno, mirá, espero que sí porque es bueno para nuestra industria. Sería realmente bueno si lo hicieran".

Entre quienes hicieron fortunas en el lujo, vendiendo moda y joyas, pero ahora podrían mirar con más atención la aviación privada al expandirse hacia activos vinculados al estilo de vida y las experiencias, aparece la familia francesa Pinault, que ocupa el puesto 93 de la lista Forbes. Dueños de Gucci, Saint Laurent y Brioni, desde 2015 compraron tres líneas de cruceros de lujo y tienen participaciones en Château Latour, la casa de subastas Christie's y la agencia Creative Artists Associates. Si la alianza entre Flexjet y LVMH logra mostrar resultados concretos, es probable que los multimillonarios detrás de Chanel, Hermès y Richemont SA —propietaria de Cartier, Montblanc y Van Cleef & Arpels— tampoco tengan dificultades para reunir el capital necesario y lanzar sus propios proyectos.

El respaldo de Arnault también podría motivar a otros emprendedores a conseguir financiamiento para desarrollar proyectos vinculados a vuelos en jets privados. Ricci ya había reconocido que le debe a Warren Buffett el impulso que necesitaba para lanzar Flight Options. A comienzos de este año, recordó durante un seminario online: "La idea de las opciones fraccionadas a mediados de los 90 con aviones usados fue mía... Calculamos que necesitábamos entre 60 y 80 millones de dólares... Acudimos a los bancos con mi gran idea... y quizá teníamos entre 7 y 10 millones de dólares en deuda disponible... Luego, en 1998, Warren Buffett compró NetJets. Y de repente, todos los bancos en los que había estado pensaron que era un genio. Todos buscaban entrar en el sector y teníamos 500 millones de dólares. En cierto modo, si no fuera por el respaldo de Warren a nuestro sector, nunca habría encontrado el capital de deuda para poder aumentar el inventario y crecer tan rápido como lo hice".

Ricci también aclaró que ni Flexjet ni sus nuevos inversores están detrás del misterioso pedido en firme de US$ 1.700 millones que Bombardier recibió a fines del mes pasado.

 

Nota publicada por Forbes US.

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