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La fortuna personal de Tenev se multiplicó por seis en solo un año y ya suma US$
Negocios

El plan de Vlad Tenev, fundador de Robinhood, para reemplazar a Wall Street y atraer a la próxima generación de inversores

Nina Bambysheva

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Cambió las reglas del juego en el negocio del brokerage al eliminar las comisiones. Ahora, con una apuesta fuerte por las criptomonedas, multiplicó por seis su fortuna y ya acumula US$ 6.000 millones y va por más: la expansión global con servicios financieros que incluyen acciones tokenizadas e inversión con inteligencia.

2 Agosto de 2025 05.00

A simple vista, los criptofinancieros no parecerían encajar en el Château de la Croix des Gardes, una villa Belle Époque de 10 hectáreas que se impone sobre la bahía de Cannes desde una ladera privilegiada. Pero en una tarde soleada de junio, Robinhood tomó por completo la histórica propiedad —célebre por su aparición en Atrapa a un ladrón, de Alfred Hitchcock— para una jornada cripto que llamaron "Atrapa un token". La idea fue de Johann Kerbrat, vecino de la Costa Azul desde hace años y jefe de criptografía de la compañía.

El evento arrancó con una escena de película: un video mostraba al cofundador y CEO de Robinhood, Vlad Tenev, manejando un Jaguar E-Type azul medianoche de 1962 por una ruta sobre la cornisa, en claro guiño a la entrada de Cary Grant en el clásico de Hitchcock. Al terminar la proyección, Tenev apareció en vivo, vestido con un traje blanco a rayas finas de Tom Ford, pañuelo blanco y negro y un maletín verde en la mano. Saludó a las más de 300 personas invitadas, entre ellas, Vitalik Buterin —creador de Ethereum— y altos ejecutivos de gigantes como JPMorgan, Mastercard y Stripe.

El despliegue tiene sustento. Las acciones de Robinhood cotizan a US$ 111, un récord que representa una suba del 384 % frente a los valores del año pasado. Eso disparó la capitalización bursátil de la firma hasta casi US$ 98.000 millones y la ubicó entre las 250 empresas más valiosas del planeta. En 2024, ganó US$ 1.400 millones sobre ingresos cercanos a los US$ 3.000 millones y gestiona activos por US$ 255.000 millones. En el último año, creció un 44 % en depósitos netos. Con 26 millones de cuentas activas o con fondos, Robinhood le pisa los talones a Schwab, que tiene 37 millones y supera ampliamente a E-Trade, de Morgan Stanley, y a Merrill Lynch.

La fortuna personal de Tenev también despegó: se multiplicó por seis en solo un año y ya suma US$ 6.100 millones. A sus 38 años, el CEO no se queda quieto. A fines de mayo, estuvo en Las Vegas, donde habló ante 35.000 entusiastas del bitcoin sobre cómo las criptomonedas van a seguir transformando las finanzas a través de la tokenización, el proceso que convierte activos como acciones, bonos o inmuebles en tokens digitales que se pueden operar todo el día, todos los días, en redes blockchain. Luego viajó a Tampa para una conferencia con asesores financieros y semanas más tarde encabezó el discurso anual para accionistas en las oficinas de Robinhood en Manhattan. "Esta semana es Nueva York, después Francia y el Reino Unido", dijo mientras enumeraba más de una docena de oficinas de la empresa en Estados Unidos, Europa y Asia. "Tengo que visitar cada una al menos una vez al año, y no paran de crecer", agregó.

Aunque conserva un look juvenil —con un corte de pelo corto y una perilla que recuerdan al Robin Hood que interpretó Errol Flynn en 1938—, Vlad Tenev habla como un ejecutivo experimentado al frente de un gigante financiero. Aquella firma de corretaje nacida tras la crisis de 2008 y el movimiento Occupy Wall Street ya quedó atrás. Hoy, Robinhood apunta a ser una compañía financiera completa para las generaciones que crecieron con lo digital y que prefieren hacer todo desde el celular. En los próximos 20 años, según la consultora Cerulli Associates, se estima que van a recibir unos US$ 124 billones en activos, principalmente heredados de sus padres baby boomers.

Tenev
Tenev es confundador y CEO de Robinhood, que apunta a ser una compañía financiera completa para las generaciones que crecieron con lo digital y que prefieren hacer todo desde el celular.

 

El evento en el Château fue el primer encuentro internacional de Robinhood enfocado en criptomonedas y vino cargado de anuncios. Desde julio, los usuarios europeos podrán operar con "tokens bursátiles" basados en blockchain. Son derivados sin derecho a voto que replican cientos de acciones y ETF estadounidenses, incluidos pesos pesados como SpaceX y OpenAI. Se podrán comprar y vender sin comisiones, las 24 horas, cinco días a la semana.

En Estados Unidos, la novedad es que los clientes finalmente podrán hacer staking de criptomonedas, es decir, bloquear activos digitales en redes como Ethereum o Solana para generar ingresos. Además, la compra de Bitstamp —una plataforma cripto con base en Luxemburgo— por US$ 200 millones permitirá a Robinhood ofrecer futuros perpetuos sin vencimiento sobre bitcoin y ether para sus clientes en Europa. Y como si fuera poco, están desarrollando su propia blockchain.

"Como industria, nos encontramos ante un importante abismo", dijo Tenev a los invitados VIP mientras buscaban sombra en la Riviera. "Tenemos la oportunidad de demostrar al mundo lo que siempre creímos: que las criptomonedas son mucho más que un activo especulativo. Tienen el potencial de convertirse en la columna vertebral del sistema financiero global. Esperamos convertir esto de una posibilidad a una inevitabilidad", sostuvo.

Robinhood
Tenev dijo a los invitados VIP que están ante la oportunidad de demostrar las criptomonedas son mucho más que un activo especulativo.

Para entender el movimiento que Tenev está preparando, hay que mirar el pasado turbulento de Robinhood. En 2013, él y su socio Baiju Bhatt —ambos graduados en física y matemáticas en Stanford— vieron una oportunidad para sacudir el sistema. Después de la universidad, desarrollaron software para fondos de cobertura que operaban a alta frecuencia y movían los hilos de Wall Street. Desde ahí, tuvieron una vista privilegiada del apetito voraz de estos fondos por el volumen de operaciones, por el que estaban dispuestos a pagar bien.

Detectaron un hueco: los inversores minoristas, que solían pagar entre US$ 10 y US$ 25 por operación en plataformas como Charles Schwab, Fidelity o Merrill Lynch, podían ser una fuente enorme de volumen. Entonces, crearon una app móvil de trading pensada para principiantes, sin mínimos de cuenta y sin comisiones. Sabían que los fondos de cobertura pagarían por ejecutar esas operaciones. Con ese respaldo, salieron a vender la plataforma bajo el lema de democratizar las inversiones, con una estética y una puesta en escena que parecía la de un videojuego exitoso.

Robinhood generó ruido incluso antes de salir al mercado: ya tenía cerca de un millón de personas en lista de espera en la App Store de Apple. Para septiembre de 2019, las grandes del sector —Schwab, E-Trade, Fidelity y TD Ameritrade (que luego fue absorbida por Schwab)— eliminaron sus comisiones. Robinhood había marcado el nuevo estándar.

Pero el éxito duró poco. En 2021, con los confinamientos por la pandemia y los cheques de estímulo circulando, el uso de la app explotó. Ese boom coincidió con el fenómeno de las acciones meme, y Robinhood terminó en el centro de una tormenta regulatoria. El caso más famoso fue el de GameStop: impulsada por la comunidad de Reddit WallStreetBets, la acción subió de forma descontrolada, sin importar los malos números de la empresa.

La volatilidad fue tan extrema que la cámara de compensación de Robinhood le exigió una garantía enorme. Tenev no tuvo otra opción y bloqueó la compra de acciones desde la app. Esa decisión desató una ola de enojo entre los usuarios, generó una lluvia de críticas, el escrutinio del Congreso y hasta preguntas por el suicidio de un joven que operaba opciones desde Robinhood.

Pero en lugar de recular, el caos bursátil de GameStop —que dejó en evidencia lo anticuado, opaco y lento que es el sistema bursátil de Estados Unidos— terminó de darle forma a una idea que Tenev ya venía masticando. "¿Podríamos realmente poner acciones en blockchain?", se pregunta. "Creía que el valor residiría en comprar acciones las 24 horas del día, los 7 días de la semana", explica.

Robinhood intentó primero aggiornar el sistema tradicional. Se asoció con plataformas de trading alternativas, como Blue Ocean —con sede en West Palm Beach—, para ampliar el horario de operaciones. Pero el intento chocó con la realidad. "No me di cuenta de lo difícil que sería cambiar estos elementos básicos de la infraestructura, ya que muchas cosas dependen de ellos. Quizás fue un poco ingenuo", reconoce Tenev.

Mientras tanto, su jefe de criptomonedas, Johann Kerbrat, buscaba otra vía para poner en marcha la idea. Con reguladores estadounidenses cada vez más cautelosos frente a los activos digitales —sobre todo bajo la gestión de Biden—, el equipo trasladó el experimento a Europa, donde ya hay reglas claras. "A veces es más fácil empezar desde cero con una nueva infraestructura. Creemos que la tecnología puede escalar a cualquier país y, con el tiempo, vamos a encontrar la forma de llevarla a todo el mundo", dice Tenev. Sabe que su modelo basado en el volumen de operaciones podría multiplicarse cuando millones de personas en todo el planeta empiecen a comprar acciones de empresas estadounidenses como si fueran memecoins.

Mientras Kerbrat avanzaba con la tokenización en Europa, Robinhood también se transformaba en otras áreas. En marzo de 2024, Bhatt —que dejó de ser codirector ejecutivo en 2020— renunció formalmente para lanzarse a una nueva aventura: la energía solar espacial. Su fortuna ya ronda los US$ 6.700 millones.

Por su parte, Tenev, a pesar de seguir lidiando con los juicios derivados del escándalo de GameStop, apostó a una serie de lanzamientos: cuentas IRA, cuentas de ahorro con alto rendimiento, una tarjeta de crédito con 3 % de reintegro (ya hay 3 millones en lista de espera), un servicio de banca privada con entrega de efectivo a demanda y herramientas avanzadas para operar opciones que antes solo estaban al alcance de inversores institucionales. Todo eso convirtió a Robinhood en una "ratonera para operar con cualquier cosa", como la describió Brett Knoblauch, director general de Cantor Fitzgerald.

El frenesí de lanzamientos va al ritmo de su creador. En un momento de introspección, Tenev —nacido en Bulgaria— levanta las manos con gesto de asombro. "Simplemente me despierto, trabajo, como, hago ejercicio y me duermo. A mi esposa no le gusta que lo diga, pero la verdad es que prefiero integrar el trabajo con mi vida personal tanto como sea posible", reconoció.

Lo que admite no haber anticipado del todo durante el crecimiento explosivo de Robinhood es el vínculo tan fuerte que existe entre el trading accesible y el espíritu emprendedor. En un evento privado en Miami, el año pasado, entre los principales usuarios de la plataforma había desde day traders autodidactas hasta dueños de pymes y fundadores de startups. Gente que se metió en los mercados con la misma mentalidad con la que fundaron sus negocios: resolver por cuenta propia, sin esperar que alguien más les marque el camino.

Ese impulso individualista, cree Tenev, es el verdadero motor de Robinhood. "Los emprendedores no confían en que otros expertos hagan el trabajo por ellos. Les gusta resolver las cosas por sí mismos". Y para ellos está hecha la plataforma: un tablero de control pensado para manejar la plata sin pasar por intermediarios.

Su ambición va mucho más allá. Tenev tiene un plan en tres etapas, o "arcos", como él los llama, para conquistar a los inversores de la próxima generación. El primero apunta al público activo, el que busca retorno inmediato y ya viene mostrando resultados sólidos. El segundo, que proyecta para dentro de unos cinco años, busca abarcar toda la vida financiera del cliente: tarjetas de crédito, criptomonedas, hipotecas y cuentas IRA. El tercero es el más ambicioso: construir el ecosistema financiero global más importante, con la blockchain de Robinhood como columna vertebral. Mientras se prepara para la junta de accionistas del día siguiente, lo resume así: "Este arco será mucho más amplio que los dos primeros. Las oportunidades comienzan lentamente, pero se acumulan con el tiempo".

La tokenización puede ser el gran objetivo a largo plazo de Robinhood, pero su negocio principal en criptomonedas ya se convirtió en un peso pesado. En 2024, generó ingresos por US$ 626 millones en ese rubro, un salto enorme frente a los US$ 135 millones del año anterior. Ese monto ya representa más de un tercio del total por transacciones. Y en el primer trimestre de 2025, la cifra alcanzó los US$ 252 millones.

"Le están robando el pan a Coinbase en EE.UU.", sostiene Rob Hadick, socio general de la firma de capital de riesgo Dragonfly, especializada en cripto. En mayo de 2025, el volumen operado en criptomonedas desde Robinhood creció un 36 % respecto al mes anterior, mientras que Coinbase cayó, según el análisis de Brett Knoblauch, de Cantor Fitzgerald. Aunque Coinbase todavía lidera el mercado institucional —"su oferta es mucho más amplia y especializada en custodia", aclara—, la compra de Bitstamp, cerrada en junio, le dio a Robinhood 5.000 cuentas institucionales y más licencias para operar en Europa y Asia.

Coinbase
En mayo de 2025, el volumen operado en criptomonedas desde Robinhood creció un 36 % respecto al mes anterior, mientras que Coinbase cayó.

 

Tenev y Kerbrat insisten en que Robinhood juega un partido distinto al de los exchanges tradicionales como Coinbase. "En este sector, la gente habla de las ventajas de esta capa [de blockchain] frente a esta otra y, al final, se olvidan del usuario final. No queremos desarrollar una tecnología solo para hablar de ella. Queremos crear algo que la gente pueda usar a diario y que realmente vea la ventaja en comparación con el sistema financiero alternativo", dice Kerbrat.

Micky Malka, fundador de Ribbit Capital y uno de los primeros inversores en Robinhood, Coinbase y el europeo Revolut, cree que poner el foco en esa rivalidad es perder perspectiva. "Para mí, la pregunta para los próximos diez años es cuánta cuota de mercado les van a sacar a los jugadores tradicionales. No es una pelea entre ellas", afirma.

Knoblauch proyecta que los US$ 255.000 millones en activos que hoy tiene Robinhood bajo custodia podrían igualar a los de Interactive Brokers —que cuenta con US$ 665.000 millones— en un plazo de siete años. Después vendría Charles Schwab, firma a la que Robinhood le viene ganando terreno durante 14 meses seguidos.

Tenev también se toma en serio la diversificación. El viejo Robinhood fue duramente criticado por su dependencia del "pago por flujo de órdenes" (PFOF), una estrategia que lo ataba a un volumen enorme de operaciones y a los fondos de cobertura más agresivos de Wall Street. Las transacciones todavía representan el 56 % de sus ingresos —muy lejos del 77 % de 2021—, pero hoy la empresa tiene diez líneas de negocio que, según John Todaro, director general de Needham & Company, podrían generar más de US$ 100 millones cada una en los próximos dos años.

Un buen ejemplo es Robinhood Gold. Lo que arrancó como un servicio premium básico —US$ 5 al mes o US$ 50 al año— con acceso a margen, análisis de mercado y algo de rendimiento extra sobre los saldos, se convirtió en el centro del modelo de suscripción de Tenev. Hoy, entre sus beneficios figuran un 4 % de rendimiento sobre el efectivo en cuentas de corretaje, préstamos sin interés de hasta US$ 1.000 y un reintegro del 3 % en las contribuciones a cuentas IRA. La nueva tarjeta de crédito Robinhood Gold, que ofrece 3 % de reembolso en todas las compras, ya llegó a los primeros 200.000 clientes. "Si alcanzan los 15 millones de usuarios en Gold, hablamos de casi US$ 1.000 millones en ingresos por suscripciones. La clave está en pasar de un negocio cíclico a ingresos recurrentes y diversificar la base general", señala Knoblauch.

A eso se suma Robinhood Strategies, el nuevo servicio híbrido entre asesoramiento automatizado y humano que apunta directo a los gigantes tradicionales como Morgan Stanley y Merrill Lynch. El objetivo: capturar parte del negocio de gestión patrimonial en Estados Unidos, que mueve unos US$ 60 billones. Por una comisión de 0,25 % anual —con un tope de US$ 250 para los clientes Gold—, los usuarios reciben carteras personalizadas de acciones y ETF, gestionadas por algoritmos pero con monitoreo humano. Desde su lanzamiento en marzo, esta propuesta generó US$ 350 millones.

Tenev dice que en Robinhood trabajan los nuevos productos con un enfoque casi científico: equipos pequeños prueban hipótesis directamente con usuarios que dan su opinión al instante a través de las redes sociales. "Muchas empresas miran lo que pasa afuera y simplemente lo copian, como si hicieran benchmarking. Nosotros lanzamos productos o funciones nuevas porque nos gusta descubrir ideas nuevas", explica.

Un ejemplo claro es el reciente lanzamiento del servicio de hipotecas para vivienda, que ofrece una tasa fija del 6,1 % a 30 años y US$ 500 para cubrir gastos de cierre. Todo surgió de un piloto online que arrancó en junio sin mucha publicidad. "Se viralizó en redes sociales. Después lo reconocí en un tuit y terminó siendo uno de los más virales del año", cuenta Tenev.

El impulso por tokenizar acciones es otro de sus grandes planes. Europa, que ya avanzó con regulaciones sobre criptomonedas que en EE.UU. todavía están en discusión, funciona como campo de pruebas. "El experimento que estamos haciendo en Europa es: ¿cómo sería Robinhood si se construyera desde cero, completamente sobre blockchain? Después evaluaremos los pros y contras y llevaremos lo mejor de la app europea a EE.UU. y al resto del mundo", asegura.

Por ahora, la tokenización de acciones sigue siendo marginal. Una de las plataformas más avanzadas es xStocks, creada por la suiza Backed Finance, que ya convirtió más de 60 acciones —como Apple y Amazon— en tokens. Estos están disponibles en exchanges cripto como Kraken y Bybit, aunque su volumen diario ronda apenas los US$ 10 millones.

El desafío es técnico: estos tokens son derivados respaldados por acciones que están fuera de la blockchain. Eso complica las operaciones cuando ocurren eventos corporativos, como pagos de dividendos, splits o cualquier modificación durante los fines de semana, cuando los mercados tradicionales están cerrados. Esas situaciones pueden alterar los cálculos de garantía y provocar liquidaciones inesperadas.

"Algún creador de mercado tiene que asumir ese riesgo, ¿y cómo lo cubrirá si no hay mercado abierto? Si van a asumirlo, necesitan inflar sus diferenciales y cobrarle mucho dinero a la gente", advierte Rob Hadick, de Dragonfly. "La infraestructura fuera de la cadena no está lista, y el producto dentro de la cadena tampoco... Me preocupa que estos primeros intentos terminen siendo un fracaso", comenta.

Eso no impidió que otros se subieran a la ola. En junio, Gemini —la plataforma de los gemelos Winklevoss— empezó a ofrecer trading tokenizado con acciones de MicroStrategy para clientes de la Unión Europea. Coinbase, por su parte, ya está buscando el visto bueno de la SEC para lanzar sus propias acciones tokenizadas. Incluso Larry Fink, el CEO de BlackRock, que administra US$ 12,5 billones, está presionando al regulador para que autorice la tokenización de acciones y bonos.

Pero Robinhood fue más allá. No solo está tokenizando acciones públicas, también lo hace con compañías privadas. Ya anunció versiones tokenizadas de SpaceX y OpenAI, ambas valuadas por encima de los US$ 300.000 millones. OpenAI, sin embargo, se despegó públicamente del producto y dejó en claro que esos tokens no están autorizados ni reconocidos por la empresa. "Nadie, ningún fundador, quiere que su capital esté dando vueltas en la blockchain con tenedores que ni conoce", señala Hadick.

Robinhood.
Robinhood no solo está tokenizando acciones públicas, sino que también lo hace con compañías privadas.

 

Tenev, curtido en la polémica, responde sin rodeos. "Todavía es un poco cutre", admite, usando un término del mundo tech para referirse a sistemas innecesariamente complejos. "No creo que los brókers quieran facilitarnos la retirada de sus acciones. Pero, ¿qué pasa cuando entra en juego la autocustodia? Al tokenizar y autocustodiar, uno se independiza de la infraestructura del bróker. Así como podés cargar una wallet cripto en MetaMask, Robinhood o Coinbase, vas a poder guardar y operar acciones desde cualquier interfaz, en cualquier momento", asegura.

Por eso Tenev está obsesionado con hacer de Robinhood la herramienta definitiva para que los más jóvenes manejen toda su plata. En los servicios financieros minoristas, la inercia es lo más fuerte después del interés compuesto. Los clientes tienden a quedarse donde están. Pero Tenev cree que los pesos pesados de siempre —como Fidelity, Schwab y Merrill Lynch— están expuestos, sobre todo ahora que billones de dólares en activos de los baby boomers van a pasar a sus hijos y nietos, que ya viven online.

A su juicio, el verdadero desafío no es Coinbase ni Fidelity. Es otro. "Mi competencia más grande van a ser empresas como Anthropic y OpenAI", lanza Tenev. "Son las que se mueven más rápido y hacen cosas más interesantes. Aunque todavía es temprano para decir que ChatGPT está revolucionando las finanzas", señala.

Malka, uno de los primeros en apostar por Robinhood y a quien Tenev considera su mentor, es uno de sus mayores fans. Su firma ya ganó más de US$ 5.000 millones con esa inversión, según estimaciones de Forbes. "Robinhood tiene un líder que todavía no llegó a los 40, que es experto en inteligencia artificial, entiende hacia dónde va la IA, comprende la tokenización y está aprovechando ambas estrategias como muy pocos", afirma. "Estamos empezando a montar el sistema adecuado para vivir el 'momento internet' del dinero, en el que cualquier persona del mundo pueda ahorrar con el mismo producto. Los préstamos serán más baratos porque el sistema de evaluación de créditos va a mejorar. Todo eso", agrega.

Tenev está convencido de que Robinhood va a usar agentes de IA para replicar y mejorar los servicios de las oficinas familiares de alto patrimonio. La idea es simple y ambiciosa: poner una "family office en el bolsillo".

La inteligencia artificial ocupa un lugar tan central en su visión que, además de liderar Robinhood, no pudo resistirse a cofundar Harmonic, una startup de IA en la que también actúa como presidente. La dirige junto a Tudor Achim, un experto en computación que antes lideró Helm.ai, una firma de conducción autónoma. En julio, Harmonic recaudó US$ 100 millones en una ronda Serie B con fondos de Kleiner Perkins, Paradigm y Sequoia, y ya está valuada en US$ 875 millones. El laboratorio se presenta como un espacio de "superinteligencia matemática" y está desarrollando un motor de razonamiento avanzado que promete precisión y cero alucinaciones. Un diferencial clave en una era donde IA y dinero van cada vez más de la mano.

"Sería increíble resolver la hipótesis de Riemann, o alguno de los otros grandes problemas del milenio, desde una app en el celular", sueña Tenev. "No quiero ser un simple espectador, quiero ser parte del juego", sentencia.

Jamie Dimon, Larry Fink y Ken Griffin, atentos.

Con información de Forbes US.

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