El quiteño Jorge Luis Palacios lleva el emprendimiento en las venas, a pesar de que es el gerente general, desde 2017, de la compañía familiar Constricom, una empresa dedicada a la construcción y remodelación de proyectos industriales, comerciales e inmobiliarios.
Infatigable trabajador, graduado de Ingeniero Civil en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) en 2009, con una Maestría en Dirección de Empresas (MBA) en la Universidad Francisco de Vitoria en España, creó la empresa en 2009, junto a su familia. Entre risas cuenta que el primer trabajo de la firma fue un canje. “Tenía un carro viejo y había que arreglarlo, pero no tenía un centavo, entonces fui donde un mecánico y le ofrecí arreglarle el techo de su taller a cambio de la reparación de mi auto"
Al siguiente año, hicieron una inversión de US$ 60.000 para montar una oficina y comprar maquinaria. Hoy, la empresa que lidera este ejecutivo de 36 años cuenta con cuatro socios y en promedio 150 trabajadores. En 2022, la facturación superó los US$ 3 millones. “Trabajamos con 20 clientes, todas son multinacionales o empresas regionales. La utilidad bruta puede ser de un 25 %”.
Se mira a sí mismo como un generador de ideas y oportunidades, por lo que se ha embarcado en una nueva línea de negocio: la construcción de centros de distribución para empresas grandes. En estos momentos ya levanta dos (Quevedo e Ibarra), en terrenos de la propia constructora, quien asume todos los costos de edificación. "Una vez concluido el proyecto, se le concesiona a la empresa por 15 años, con opción a compra. Cada uno de los centros abarca alrededor de 6.000 metros cuadrados. La inversión total supera los US$ 3,4 millones. El alquiler mensual lo fijamos en US$ 13.000”.
Inquieto, en marzo de 2020, en plena pandemia por el Covid-19 su cerebro no paraba de dar vueltas, a mil por hora, buscando qué hacer. Quería tener algo por su propia cuenta. En esta búsqueda dio vida a Tesco, una empresa cuyo objetivo es representar marcas internacionales que deseen tener presencia en Ecuador en las áreas de construcción e industria. Con la idea materializada, generó un plan de negocios, hizo dos rondas de presentaciones tipo shark tank, vía Zoom, y consiguió tres socios. La inversión recibida fue de US$ 50.000. “Juntamos, no solo capital económico, sino el apoyo para hacer crecer el emprendimiento".
Como anécdota, cuenta que conseguir la representación de Fischer (Alemania) le costó un buen almuerzo con Erik Castanier, gerente de la firma en Latinoamérica, quien estaba de paso unas horas por Guayaquil. "Ellos buscaban un socio estratégico y me contactaron porque habían visto en mi perfil de Linkedin que por ocho años había laborado para una multinacional suiza que manejaba la misma línea de negocio. “Tomé el primer vuelo, ellos vieron que mis ideas eran buenas y que tenía claro el horizonte, entonces me propusieron hacer una primera inversión para asegurarse que iba en serio. Sin pensar dos veces me arriesgué y traje US$ 15.000 en tacos y otros implementos necesarios para la construcción”.
Tesco se ha convertido en estos años en el representante más grande de Fischer en Latinoamérica. Según las cifras que manejan, en 2022 la facturación cerró en US$ 400.000. Realizan entre seis o siete importaciones al año, la última fue de US$ 170.000. “Tenemos un proyecto de ampliación en Puerto Bolívar, es un sistema nuevo que nos permitirá duplicar nuestro objetivo de venta, podríamos llegar a US$ 1 millón". Esta empresa SAS arrancó con este todólogo, como se autocalifica, y ahora trabajan 10 personas. Si bien la representación de Fischer es la más grande, también cuenta con marcas de EE.UU. y España. Con estas proyecciones, el siguiente paso es ampliarse a Colombia y Perú en 2024.
Palacios reconoce que emprender no es fácil. En este camino ha fracasado algunas veces, ha quebrado, ha perdido plata, pero se ha vuelto a levantar. Aprendió a aprovechar las oportunidades cuando se presentan. (I)
