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André Jaramillo My bike mobile
Negocios
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André Jaramillo emprende desde hace 30 años con la bicicleta como pretexto. En Ecuador fundó y vendió dos cadenas de tiendas de bicis y accesorios; migró a España en 2018 donde desarrolló la franquicia My Bike Mobile, que ya tiene presencia en España, Francia, Bélgica y México. El negocio está valorado en 4,2 millones de euros.

19 Mayo de 2023 12.45

André Jaramillo hizo de la bicicleta su insumo para emprender. Este ecuatoriano lleva cerca de 30 años haciendo negocios con pedales: a finales del siglo pasado creó Bicisport y la vendió a un grupo empresarial; luego migró a Estados Unidos donde mantuvo su amor por el ciclismo y los negocios alrededor de este deporte; y de regreso al país montó My Bike, la tienda con la que llegó a tener 14 locales.

Su nuevo 'paseo' empezó en 2018, en España. Jaramillo había vendido el negocio de My Bike a un socio, pero conservó la marca y desarrolló un nuevo modelo para vender bicicletas: “en una tienda tradicional hay muchas personas, poca tecnología y son espacios fijos. Yo creé un concepto diferente: con menos gente en la atención, mucha tecnología, un servicio a domicilio y un manejo diferente del capital de trabajo. Me di cuenta de que se podía llevar el taller a los lugares donde estaban las bicicletas, era una idea que podía escalar e innovar”. Entonces migró a Madrid con su familia para recorrer un nuevo camino.

Así nació My Bike Mobile, un negocio de talleres móviles para bicicletas, e-bikes y scooters. Se trata de una idea que se expande bajo el modelo de franquicia, según explica en una videoconferencia desde su casa en Bonalba, cerca de Alicante, en España, a donde se mudó hace poco con su familia para apuntalar la expansión de la marca. “Creé la franquicia en 2019 y ese mismo año vendí la franquicia máster en México y en Francia. Acabo de vender la franquicia en Bélgica y en este año iremos también a Andorra”.

El negocio de Jaramillo se detuvo momentáneamente en 2020 por la pandemia. Pero se reactivó cuando se levantaron las restricciones de la cuarentena. “Hubo un boom de bicicletas a escala mundial. La gente descubrió que hay vida fuera de casa y es mejor andando en bicicleta”. Y fue así que My Bike Mobile aceleró su crecimiento.

Los valores de la franquicia varían: las individuales cuestan 15.000 euros, las regionales 35.000 y las de país comienzan en 75.000 euros. “Es el valor del fee y nosotros entregamos los talleres-furgonetas llave en mano. Cada furgoneta franquiciada es una suerte de leasing mercantil. En principio, el franquiciado debía invertir en una furgoneta, pero ahora paga los 15.000 euros del fee, más un alquiler mensual de 1.499 euros y recibe la furgoneta lista, la app móvil, la página web de su zona, los manuales, la capacitación y un mecánico”. 

Hoy la marca está en 15 ciudades entre Francia y España. En Francia, por ejemplo, la franquicia está en ocho ciudades y una furgoneta en cada ciudad. “En un día atendemos cerca de 10 bicicletas en cada taller-furgoneta”, detalla Jaramillo y agrega que hoy en día la marca está valorada en 4,2 millones de euros.

En cinco años la meta de Jaramillo es llegar a 10 países y sumar 100 furgonetas. Con esto espera alcanzar una valoración de 100 millones  de euros. Para crecer, My Bike Mobile participa en rondas de inversión. En octubre próximo tiene previsto participar en una nueva, donde aspira a que la franquicia alcance una valoración de 10 millones de euros. Mientras la marca crece, este ecuatoriano de 51 años disfruta de su amor por la bicicleta y participa en carreras de mountain bike en España, en las que ha logrado seis podios.

En la expansión cuenta con un equipo clave: una persona en la parte administrativa, dos en el área financiera, un departamento legal externo, una persona de marketing digital más un creador de contenido. El área de tecnología está tercerizada, además una persona evalúa a los mecánicos que ingresan a la red y existe un asesor que fundó una startup que ahora es un unicornio español.

¿Cómo llegaste a este punto? “Esto es el resultado de un ciclo de aprendizaje. Los negocios son una maratón y en cada kilómetro uno va aprendiendo, hay etapas dolorosas, tramos que nos dejan contentos, momentos de euforia y otros complicados. Hay que darse cuenta que la satisfacción no es el destino sino el camino”, asegura este emprendedor.

Uno de esos aprendizajes llegó desde el campo legal. Jaramillo ha sido representante legal de varias compañías en el pasado y en una de ellas no se logró un acuerdo con la inmobiliaria a la que rentaba  un local comercial. “Esta empresa siguió adelante con una demanda en la cual yo personalmente había dado una garantía al alquilar la tienda en cuestión. En esta compañía yo tenía el 50% de acciones y mi ex-socio sigue operando sus ocho tiendas con otro nombre. Este tema se limita exclusivamente a un tema entre compañías por un finiquito de contrato de alquiler en una plaza comercial”. (I)

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