Forbes Ecuador
Luis Fernando García
Nómades
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El mexicano Luis Fernando García llegó al Ecuador hace ocho años, luego de casarse con una ecuatoriana. Asegura que este país tiene todo para despegar, pero que a la gente le falta creérsela y dejar a un lado el regionalismo. Para este partner y CMO de e-channel, empresa de marketing digital que el año pasado facturó alrededor de US$ 1,5 millones y tiene clientes en Ecuador, México, Panamá y EE.UU., el país tiene mucho talento que explotar.

27 Abril de 2023 16.29

En el fondo, en el fondo, llegó a Ecuador por amor. En 2005, el mexicano Luis Fernando García cursaba su primer año de estudios en el Tecnológico de Monterrey, en el campus de Querétaro, cuando conoció a su ahora esposa Daniela Rosales, quien había llegado desde Ecuador a esa ciudad para estudiar Marketing. 

Con una sonrisa y unos ojos que destilan amor, García recuerda que un día ella, por equivocación, asistió a la clase de fútbol de hombres, en lugar de la de mujeres. Cuando la vio quedó "impactado por su belleza. Nos conocimos dándonos un pase, enseguida hubo un click de mi parte, fuimos amigos y poco a poco la relación fluyó hasta que nos hicimos novios”. 

Para entonces, en el radar de este ejecutivo mexicano no existía Ecuador. Solo tenía alguna referencia acerca del país. “Era totalmente equivocada”, dice ahora entre risas. “Pensaba que era un país tropical, por lo que veíamos de su selección de fútbol. En 2009 fui por primera vez a Ecuador de vacaciones a conocer a la familia de mi entonces novia. Me impactó y mi visión dio un giro total. Visité Quito, Guayaquil, e hice un poco de turismo. Me sentí en familia, muy cobijado, con una atención increíble”.

García, graduado de ingeniero de sistemas en 2009, obtuvo un MBA en Marketing y Administración en 2012. Su carrera profesional empezó como director de proyectos en una empresa de tecnología y sistemas digitales en Querétaro, también trabajó como administrador de base de datos para plataformas educativas en el Tecnológico de Monterrey y emprendió varios proyectos, unos con éxito y otros que fracasaron en el intento. Mientras que Rosales trabajaba en Mars, una multinacional fabricante de alimentos.

Llegó 2014 y ella debía volver a Ecuador. García, enamorado “hasta los pies”, como él mismo lo dice, decidió que no podía perderla, así que delineó una estrategia para pedirle matrimonio. “Puse en práctica mi mejor actuación, le dije que me quedaría en Querétaro y veríamos lo que pasaría luego en el futuro. Pero, la verdad, ya tenía comprado mi boleto a Quito. Mi vuelo salía una hora después del suyo. Ya en Ecuador, un amigo me recogió en el aeropuerto, me escondió por tres días, mientras preparaba el lugar y el momento para pedirle que fuera mi esposa. Arreglé el sitio con velas y flores". 

Recibió un sí de respuesta y la pregunta siguiente saltó: ¿dónde vivirían: Ecuador o México? A sus 28 años y con su solo propósito de estar juntos para siempre, apostó por Ecuador. Se casaron en julio de 2015, pero García se mudó en febrero (seis meses antes) para ayudar en la preparación de la boda. “Vine con una mano adelante y otra atrás, dejé allá mi trabajo y unos negocios Tenía unos US$ 5.000 ahorrados, más lo de la venta de mi auto junté unos US$ 15. 000". 

Su familia política movió todos contactos para conseguirle un trabajo. Paralelamente, García distribuyó su currículo por donde podía, hasta que uno llegó a Martín Pinto, fundador de e-channel, una agencia de marketing digital, quien lo llamó para tomarse un café y conversar. Así empezó una relación profesional y de amistad que ya suma ocho años. “Ingresé como colaborador, tenía un sueldo de US$ 1.500 mensuales. Al poco tiempo logré hacerme socio con un 10 % de participación”.

Actualmente, García es el Chief Marketing Officer (CMO) y Partner de e-channel (42 empleados) que opera desde Ecuador y Colombia para una gama de 50 clientes en mercados como el ecuatoriano, el mexicano, el panameño y el estadounidense. El año pasado cerró con una facturación de alrededor US$ 1,5 millones.  Este ejecutivo de 36 años, además, mantiene la startup tecnológica Benefeats, que se enfoca en la reserva de mesas en restaurantes. Pero la pandemia le pegó duro y ahora está en modo zombie, no se ha logrado recuperar, pese a la inversión inicial de US$ 7.000. En cambio, con su esposa, crearon en 2019 DSL Consultores, una empresa de consultorías de marketing, para el desarrollo y ejecución de nuevas iniciativas y unidades de negocio. También dictan cursos de educación en temas digitales.

Padre de dos hijos, se ha empeñado en cambiar la perspectiva que en México tienen de Ecuador. Confiesa que es un país excepcional, con gente muy amable y cálida. “Ecuador tiene igual o más que otros países en ecoturismo, por ejemplo, no entiendo por qué el ecuatoriano se siente de menos, hay mucho talento que explotar. Percibo que es más fuerte ser quiteño, cuencano o guayaquileño, que ser ecuatoriano, hay mucho regionalismo, Si se unen como país, tienen todo para despegar.” 

Lo que más le ha gustado de Ecuador son las Islas Galápagos, las describe como algo único en el mundo. En 2017 estuvo en Puerto Ayora e Isabela. también ha recorrido en auto parte de la Sierra, desde Quito a Cuenca, pasando por Guayaquil y de la Amazonía ha llegado la Tena. “Siento que es un país que todavía no se lo cree en muchos aspectos. Estoy seguro que es un diamante que no se acaba de pulir. Por donde camino siempre escucho: somos chiquitos, lo de afuera es mejor, se comparan mucho con el exterior. Al ecuatoriano le falta nacionalismo y sentirse orgulloso de su país". 

De México extraña, además de su familia y amigos, la comida, especialmente los tacos al pastor y las gringas. Con nostalgia asegura que no hay nada parecido aquí, porque no se consiguen los ingredientes precisos. De Ecuador disfruta un buen plato de hornado o fritada. La inseguridad que hoy se vive le preocupa, relata que ha sido testigo de algunos robos en el sector donde está ubicada su oficina. No sabe qué pasará en el futuro.  Por ahora, para este mexicano se centra en hoy, en permanecer aquí, porque considera importante la parte emocional de su familia, que sus dos hijos disfruten de sus abuelitos, primos y tíos. (I)

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