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Más de US$ 600 millones para descontaminar el 89 % del río Machángara

Nicole Morales

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Recuperar el río Machángara es la meta de Irina Moncayo, Coordinadora de la Gerencia Técnica de Infraestructura del programa de Descontaminación de Ríos de la EPMAPS. Para alcanzar esta meta, el proyecto contempla crear cuatro plantas de tratamiento de aguas residuales con una inversión de cerca de US$ 600 millones que se estima que tratarán más del 89 % del agua del cauce y se espera que estén listas hasta el 2035.

26 Junio de 2024 09.36

En la actualidad Quito trata solo el 3,42 % de las aguas servidas. El río Machángara es una fuente hídrica que atraviesa de sur a norte la ciudad de Quito. Durante 60 años ha sufrido una fuerte contaminación por la descarga directa de materia fecal, químicos, grasas, aceites y metales que amenazan a la salud pública y a los distintos ecosistemas. 

La afectación no solo está en la capital, pues al continuar su recorrido al océano Pacífico, este río contaminado se une a otros cauces y se convierte en el río Guayllabamba, Monjas, río Blanco hasta formar el Esmeraldas que abastece de agua a la provincia que lleva el mismo nombre. Este líquido impuro es utilizado para consumo de las personas, en la cocina, los baños y para el riego de los alimentos que luego retornan a la ciudad. 

“Nosotros estamos contaminando una fuente que afecta a todas las poblaciones aguas abajo”, afirma Irina Moncayo, Coordinadora de la Gerencia Técnica de Infraestructura del programa de Descontaminación de Ríos de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento de Quito (EPMAPS). Desde pequeña buscaba maneras de cuidar el ambiente y se inspiraba al escuchar los recuerdos de su padre, quién se bañaba en el río Machángara cuando aún estaba limpio. 

En su carrera profesional se especializó en el tratamiento de aguas residuales, el diseño y operación. Se graduó de Ingeniería en Biotecnología en la Universidad de las Fuerzas Armadas (ESPE), hizo una maestría en Ingeniería Hidráulica y Saneamiento en la Universidad de São Paulo, tiene un máster en Gestión Ambiental y otro en Gestión de Proyectos. 

Hoy lidera el programa para descontaminar ríos en Quito que creará cuatro plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR) para procesar las aguas servidas de diferentes sectores de la ciudad. Actualmente está en funciones PTAR Quitumbe que presta el servicio a 15 barrios con una cobertura de 2,5 %. Las nuevas plantas: PTAR Quito, Calderón, Río Monjas y Tumbaco van a permitir tratar más del 89 % del agua en su conjunto. 

En una primera instancia se construyeron 235 kilómetros de interceptores, que son tubos que redirigen las aguas servidas a las plantas de tratamiento, con una inversión de más de US$ 100 millones. 

En cambio, el costo de las plantas varía según el sector. La planta de tratamiento de aguas residuales Quito tendrá un valor aproximado de US$ 300 millones, la primera fase de la planta de Calderón está avaluada en US$ 90 millones y todo terminará costando US$ 200 millones; Mientras la plantas de tratamiento de aguas residuales del río Monjas costará cerca de US$ 64 millones y la de Tumbaco tendrá un precio de cerca de US$ 75 millones. 

Se estima que PTAR Quito esté operativa en el 2035. “Estamos haciendo todo lo posible para reducir ese tiempo y comenzar a operar a finales del 2032”, apunta Moncayo. Sobre la forma de financiamiento, Moncayo señala que están pendientes de la nueva Ley de Recursos Hídricos, de la cual se espera que permita las alianzas público privadas.

La construcción de estas plantas de tratamiento reemplazan al proyecto Vindobona que buscaba “conducir todas las aguas residuales del sur de Quito, centro y norte hacia una planta que se ubicaba en San Antonio de Pichincha”, apunta Moncayo. (I)

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