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Fumata negra en el Vaticano: sin consenso entre los cardenales, todavía no hay sucesor de Francisco

Franco Della Vecchia

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Tras el fallecimiento de Francisco, los 135 cardenales habilitados se reunieron en la Capilla Sixtina para definir al nuevo Papa. El proceso, regido por reglas milenarias, enfrenta a sectores conservadores y progresistas, con figuras como Zuppi, Parolin y Sarah entre los principales candidatos.

7 Mayo de 2025 14.00

La esperada primera votación del cónclave concluyó hoy con fumata negra, señal de que los cardenales reunidos en la Capilla Sixtina aún no alcanzaron el consenso necesario para elegir al nuevo pontífice que sucederá al Papa Francisco, algo que se daba por hecho que ocurriría.

Según el procedimiento canónico, se requieren dos tercios de los votos —en este caso, 89 de los 133 cardenales presentes— para que un candidato sea proclamado como el Pontífice número 267 de la Iglesia Católica.

Las deliberaciones continuarán este jueves con cuatro nuevas votaciones posibles: dos por la mañana y dos por la tarde, hasta que se alcance el consenso necesario. Si ninguna da resultado, el proceso se repite diariamente bajo el mismo esquema.

Se trata del cónclave más diverso e internacional de la historia, con representantes de 70 países y una fuerte impronta de las "periferias" del mundo católico, una marca distintiva del papado de Francisco.

En caso de elección, el nuevo Papa será anunciado con fumata blanca, seguida del tradicional "Habemus Papam" pronunciado por el cardenal protodiácono desde el balcón de la Basílica de San Pedro.

 

La Capilla Sixtina se volvió a convertir así en el epicentro de uno de los rituales más herméticos del catolicismo: el cónclave para elegir al nuevo Papa. Este 7 de mayo, 135 cardenales menores de 80 años ingresan a puertas cerradas para definir al sucesor de Francisco, fallecido a los 88 años. El proceso, que responde a reglas establecidas hace siglos, se activa otra vez con una Iglesia atravesada por tensiones internas, disputas ideológicas y la incertidumbre sobre el rumbo que tomará el Vaticano.

Cuatro de cada cinco cardenales fueron designados por Francisco. Esto perfila al nuevo pontífice dentro de una línea de continuidad. Entre los 23 latinoamericanos habilitados para votar, esa proporción es aún mayor: solo tres fueron nombrados por Benedicto XVI. La composición de este grupo es determinante: la posibilidad de que el elegido mantenga una agenda parecida a la del Papa argentino es alta, aunque no está garantizada.

Argentina tiene cuatro representantes en el cónclave. Mario Aurelio Poli (77 años), creado cardenal en 2014. Víctor Manuel Fernández (62), nombrado en 2023. Vicente Bokalic Iglic (72), promovido en 2024. Y Ángel Sixto Rossi (66), también designado el año pasado. Todos cercanos a la mirada pastoral que marcó el papado de Francisco.

Cómo funciona el ritual de votación

El término "cónclave" proviene del latín cum clave ("con llave"), una referencia literal al encierro que se impone sobre los cardenales electores durante todo el proceso. Esta tradición, que comenzó en el siglo XIII, se mantiene con ajustes introducidos por diferentes pontífices, el más importante el de Juan Pablo II, que en 1996 firmó la constitución apostólica Universi Dominici Gregis. A ese documento, Benedicto XVI le sumó reformas menores.

Una vez iniciadas las deliberaciones, los cardenales realizan un juramento solemne. La frase que acompaña cada voto es la misma: "Eligo in Summum Pontificem" ("Elijo como Sumo Pontífice..."). Las votaciones pueden repetirse hasta cuatro veces por día en caso de no haber un resultado concluyente. En cada instancia, los sufragios se depositan en una urna bajo estricta confidencialidad. Si nadie alcanza la mayoría de dos tercios, los votos se incineran con una mezcla de productos químicos que genera el humo negro, señal de que la elección sigue abierta.

La Capilla Sixtina vuelve a convertirse en el epicentro de uno de los rituales más herméticos del catolicismo: el cónclave para elegir al nuevo Papa.
La Capilla Sixtina vuelve a convertirse en el epicentro de uno de los rituales más herméticos del catolicismo: el cónclave para elegir al nuevo Papa.

El recuento está a cargo de tres cardenales escutadores elegidos al azar. Cada papeleta es leída en voz alta, registrada y luego perforada con una aguja e hilo, una maniobra destinada a evitar cualquier tipo de fraude. Recién cuando un candidato alcanza los votos requeridos, las papeletas se queman otra vez, pero esta vez el humo es blanco. Esa columna se convierte en señal de celebración para los fieles reunidos en la Plaza San Pedro. Poco después, el cardenal protodiácono pronuncia el tradicional "Habemus Papam", revelando el nombre del nuevo líder de los más de mil millones de católicos en todo el mundo.

Quiénes son los cardenales con chances

En esta ocasión, los perfiles que se repiten en los pasillos del Vaticano marcan una división clara entre sectores conservadores y figuras consideradas progresistas, muchas de ellas cercanas a la línea impulsada por Francisco.

  • Uno de los nombres con peso es el del húngaro Péter Erdő (72), arzobispo de Esztergom-Budapest, teólogo de formación, ex rector universitario y nombrado cardenal por Juan Pablo II. Se opone a cambios doctrinarios profundos y respalda el celibato obligatorio. Es parte del Consejo para la Economía, un espacio creado por Francisco.
  • Otro perfil fuerte es el de Matteo Zuppi (69), arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana. Francisco lo elevó a cardenal en 2019. Promueve una Iglesia inclusiva, apoya la opción del celibato, respalda las uniones entre personas del mismo sexo y actúa como voz progresista dentro del cuerpo eclesiástico.
  • Entre los conservadores se destaca Robert Sarah (79), de Guinea. Ex prefecto del Culto Divino, con críticas abiertas al rumbo que tomó la Iglesia en la última década. Se posiciona contra la comunón a divorciados vueltos a casar, el celibato opcional y las bendiciones a uniones homosexuales.
  • El filipino Luis Antonio Tagle (67) también aparece como posible sucesor. Fue arzobispo de Manila, preside la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y responde al sector progresista. Es identificado como alguien con sensibilidad social, defensor del medioambiente y abierto al diálogo con otras culturas.
  • Desde Sri Lanka, Albert Malcolm Ranjith (77) mantiene una postura tradicionalista. Designado cardenal por Benedicto XVI, se opone a la ordenación de mujeres, al celibato opcional y defiende la misa en latín. En cambio, Pietro Parolin (70), actual secretario de Estado del Vaticano, representa una figura de transición posible: cercano a Francisco en lo pastoral, con experiencia diplomática y buen manejo interno.
  • Otro candidato de peso es Fridolin Ambongo Besungu (65), arzobispo de Kinshasa y único africano en el consejo de Cardenales. Tiene una visión firme sobre la moral sexual y rechazó las bendiciones a parejas del mismo sexo en una carta reciente.
  • El neerlandés Willem Eijk (71) mantiene una posición ortodoxa y se ha pronunciado en contra de los cambios impulsados desde Roma en los últimos años. En tanto, el sueco Anders Arborelius (75), si bien comparte posturas conservadoras sobre doctrinas claves, coincide con Francisco en la defensa de migrantes.
  • El patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa (60), nombrado cardenal en 2023, combina apego a las tradiciones con cierta apertura al diálogo interreligioso y temáticas ambientales. Desde Asia, Charles Maung Bo (76), arzobispo de Rangún, suma su nombre entre los posibles, aunque con pocas posibilidades reales.
  • Finalmente, el francés Jean-Marc Aveline (66), arzobispo de Marsella y próximo presidente de la Conferencia Episcopal Francesa, representa una mirada moderada: abierto al debate sobre el cambio climático y la acogida de inmigrantes, pero más reservado en temas litúrgicos y civiles.

El peso de América Latina

Los 23 cardenales latinoamericanos que integran el cónclave tienen un peso político indiscutible, en parte por la cantidad, pero también por su nivel de cohesión interna. Brasil, con siete cardenales, y Argentina, con cuatro, son los países con mayor presencia.

Cardenales, papa, iglesia
Los 23 cardenales latinoamericanos que integran el cónclave tienen un peso político indiscutible, en parte por la cantidad, pero también por su nivel de cohesión interna. Brasil, con siete cardenales, y Argentina, con cuatro, son los países con mayor presencia.

El perfil de los cardenales designados por Francisco en América Latina responde a un patrón similar: compromiso con los sectores populares, defensa del medioambiente, cercanía pastoral y una mirada menos doctrinaria. Aunque ningún nombre latinoamericano encabeza las listas de favoritos, el bloque podría jugar un papel decisivo en el armado de mayorías dentro de la Capilla Sixtina.

Durante los dos últimos cónclaves, el proceso concluyó en dos jornadas. No hay indicios de que esta vez se extienda mucho más. La estructura está aceitada, los sectores ideológicos están definidos y las negociaciones previas fueron intensas. El mundo vuelve a mirar hacia Roma, a la espera del humo blanco que marcará el comienzo de una nueva etapa para el catolicismo.

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