El St. Francis College intenta mejorar la situación. Tras operar con déficit desde el año fiscal 2017, esta universidad católica romana de 166 años de antigüedad en Brooklyn, Nueva York, cerró el año fiscal 2023 con US$ 66 millones en ingresos netos, gracias en gran medida a la venta por US$ 160 millones de su campus de 150.000 pies cuadrados en el número 180 de la calle Remsen. La venta se acompañó de recortes drásticos. Tras la asunción de la presidencia en 2023 del exejecutivo de recursos humanos Tim Cecere, este desechó el programa deportivo de la División I, compuesto por 21 equipos (lo que le ahorró a la universidad unos US$ 8 millones anuales) y despidió a docenas de empleados, incluyendo a 17 asesores académicos, secretarios y bibliotecarios en enero .

Aun así, los auditores se muestran escépticos sobre la capacidad de St. Francis para continuar sus operaciones. La universidad no cuenta con muchos recursos. Al final del año fiscal 2023, su dotación ascendía a tan solo US$ 46 millones, o US$ 16,4 por estudiante matriculado a tiempo completo. Para aumentar los ingresos y combatir la disminución de la matrícula, St. Francis expandió sus esfuerzos de reclutamiento en el mundo y está dando resultados. Entre 2022 y 2023, la universidad triplicó su número de estudiantes internacionales y pasó de 465 a 1,289. La mayoría de estos estudiantes extranjeros están matriculados en programas de posgrado, lo cual, en una auditoría de junio de 2024, las autoridades universitarias destacaron como "una fuente significativa de crecimiento de los ingresos".

Las recientes políticas de la administración Trump que limitan las visas estudiantiles pusieron en peligro ese plan y crearon un riesgo existencial para la pequeña universidad. Las solicitudes de Forbes para que St. Francis comentara sobre sus planes futuros, con la restricción de visas, no recibieron respuesta.

Pero St. Francis no está sola. Forbes identificó 16 universidades privadas sin fines de lucro que son particularmente vulnerables a las medidas drásticas de la administración Trump contra la matrícula de estudiantes extranjeros. Las 16 instituciones, enumeradas a continuación, dependen de estudiantes extranjeros para cubrir al menos un tercio de su matrícula, y la matrícula y las cuotas representan al menos la mitad de sus ingresos operativos. Estas instituciones también presentaban dificultades financieras desde el principio: cada una de las 16 obtuvo una calificación de C+ o inferior en la clasificación más reciente de Forbes sobre salud financiera universitaria. Las universidades privadas que obtienen una calificación de C o D en la clasificación de Forbes suelen tener dificultades año tras año para cubrir sus gastos. Los ingresos por matrícula de estudiantes extranjeros son fundamentales. En la Universidad de Ciencia y Tecnología de Harrisburg, en Pensilvania, y en la Hult International Business School, en Boston, que obtuvieron la calificación más baja, una D, en el ranking financiero de Forbes de 2025, más de tres cuartas partes de todos los estudiantes son de fuera de Estados Unidos. Los estudiantes de la Manhattan School of Music, centrada en las artes, y del California College of the Arts, que obtuvieron una C, son 51% y 42% internacionales, respectivamente.

Con el pretexto de combatir el antisemitismo en el campus y el terrorismo en Estados Unidos, el Departamento de Estado suspendió el mes pasado la programación de nuevas citas para quienes solicitan visas F-1 y J-1, los principales tipos de visa que utilizan los estudiantes para venir a Estados Unidos. A principios de este mes, el presidente Trump emitió una orden ejecutiva que prohíbe al Departamento de Estado emitir visas a personas de Afganistán, Birmania, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen, con solo unas pocas excepciones. Trump también retiró la certificación del Programa de Intercambio de Estudiantes Visitantes de la Universidad de Harvard (aunque la medida está actualmente bloqueada por una orden de restricción temporal), lo que impide que la universidad de la Ivy League matricule a estudiantes internacionales y alimenta el temor sobre sus planes de perseguir a los estudiantes extranjeros de otras universidades que se resistan a sus demandas.

Las 16 universidades de esta lista se negaron a hacer comentarios o no respondieron a las solicitudes de entrevista de Forbes . Su silencio no sorprende: la administración Trump se empeño en sancionar a universidades individuales, especialmente a aquellas que se manifiestan en contra de las políticas gubernamentales.

A medida que disminuye la población de estudiantes estadounidenses en edad universitaria, las universidades exploran nuevos mercados para aumentar sus inscripciones. Algunas se dirigen a estudiantes adultos que nunca se matricularon en la universidad o no terminaron sus estudios. Otras amplian la oferta de cursos en línea. Pero muchas, especialmente aquellas que necesitan cubrir plazas de grado y posgrado, así como las habitaciones en las residencias universitarias, aumentaron la captación de estudiantes internacionales. Los estudiantes internacionales no califican para ayuda federal y muchos tampoco reciben becas institucionales, lo que significa que la mayoría paga la matrícula completa. En otras palabras, cubrir una plaza con un estudiante internacional en lugar de uno estadounidense suele generar mayores ingresos netos por matrícula.

Los estudiantes extranjeros contribuyen a la economía estadounidense y también aportan decenas de miles de millones de dólares, crean empresas y lideran investigaciones invaluables. Una cuarta parte de los US$ 582.000 millones en empresas emergentes en EE. UU. fueron fundadas por estudiantes internacionales de una universidad estadounidense, según un estudio de 2022 del centro de estudios National Foundation for American Policy. Los estudiantes extranjeros que se educan aquí tienden a conservar su talento en EE. UU. Un estudio del Centro Nacional de Estadísticas de Ciencias e Ingeniería reveló que, de 44 450 titulares de visas temporales que asistieron a universidades estadounidenses entre 2017 y 2019, 32 650 aún vivían en EE. UU. en 2023. Dos de cada cinco científicos e ingenieros con doctorado en Estados Unidos nacieron en el extranjero.

En la Universidad de Campbellsville, en Kentucky, casi la mitad de sus estudiantes son internacionales, y la universidad, que obtuvo una C en la calificación financiera de Forbes 2025, depende de la matrícula y las cuotas para representar el 83% de sus ingresos operativos. La Universidad de Bridgeport, en Connecticut, tiene una matrícula de unos 3400 estudiantes, de los cuales el 36% son extranjeros. El 72% de sus ingresos operativos proviene de la matrícula y las cuotas. Al igual que St. Francis, Bridgeport también está trabajando para revertir una marcha de años hacia la insolvencia. En 2021, la universidad fue adquirida por la cercana Universidad Goodwin por una pequeña suma de 32 millones de dólares, aunque ha seguido operando como una institución independiente con su propio campus y junta directiva. Desde entonces, ha registrado ingresos netos de 13,6 millones de dólares al final del año fiscal 2023, y el aumento de la matrícula de estudiantes internacionales ha sido un elemento clave de su estrategia de reestructuración. (I)