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Las SAS son un gran cambio que marca un antes y un después en el Derecho Societario ecuatoriano, quizás debemos pensar en discutir si debemos dar el siguiente paso hacia compañías sin estatuto (únicamente con un certificado de incorporación) o incluso compañías sin accionistas como alternativa para hacer negocios.

07 Octubre de 2021 10.18

Para mayo de 2016, más de 10,000 personas de diversas partes del planeta y de manera anónima habían invertido más de 168 millones de dólares en lo que se conoce como una Organización Autónoma Descentralizada o DAO (Decentralized Autonomous Organization), por sus siglas en inglés. Las DAO son fondos de inversión que tienen la singularidad de que no están controladas por humanos. Es una red de máquinas que operan bajo el mismo principio básico del ya famoso bitcoin. Su funcionamiento se parece a una plataforma de crowdfunding y consiste en que el fondo recibe dinero de inversionistas para después invertir, a través de algoritmos, en distintos negocios. 

Pero si esto parece un futuro alucinante, hay que advertir que el futuro llegó hace rato y las DAO´s, inclusive, han evolucionado y están aquí con otras derivaciones como las Dapp´s, DO´s y DAC´s. Todas entidades de diversas características sin la interacción de humanos que funcionan a través del uso de Smart Contracts y blockchain. Se podría decir que son compañías sin accionistas (ni administradores).

Pero esto no se limita a los accionistas. Por otro lado, en 2014, Deep Knowledge Ventures, un fondo privado de Hong Kong nombró director a un algoritmo que denominó VITAL (Validating Investment Tool for Advancing Life Sciences). Si bien todavía se discute si fue un nombramiento como director o no (porque en realidad es sólo un soporte técnico de las decisiones del directorio en lo que se refiere a cuestiones de inversión), el hecho es que la tecnología está marcando la tendencia a nivel mundial en las compañías. 

Esto es únicamente un par de casos de lo que está pasando en el mundo. El surgimiento de las tecnologías digitales está forzando a que tengamos que reconsiderar la forma de organizar una empresa. ¿Se podría pensar en una empresa sin humanos? ¿Acaso los algoritmos podrán tomar mejores decisiones de inversión o contratación que los humanos? Al parecer, esto se va convirtiendo en una realidad. Estonia planteó en el 2017 un proyecto de ley que reconocía a los robots-agentes y la Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo presentó un informe para dar estatus de persona jurídica a los robots con el fin de delimitar la responsabilidad que podrían tener en la toma de decisiones. 

Hoy en día, las discusiones más avanzadas y de vanguardia no están en si la compañía es un contrato o un acto (discusión que se ha vuelto anticuada y estéril), sino en encontrar un sentido práctico a las cosas, que es justamente lo que los empresarios quieren. Al final del día, al hombre de negocios le interesa llevar el pan a la casa y para eso hay que proveer de las herramientas más adecuadas para que lo logre, utilizando su empresa como canal y vía para aquello. Por eso, el uso de tecnología ha hecho más evidente el sentido práctico de las cosas. 

Si bien nuestro país se ha puesto a la vanguardia del Derecho de Compañías a nivel regional con la incorporación de la Sociedad por Acciones Simplificada (y la posibilidad de la constitución en línea) y las reformas a través de la Ley de Modernización a la Ley de Compañías que incluyó normativa que permite el uso de blockchain en las compañías y abrió la posibilidad de llevar los libros sociales y contables a través de estos instrumentos y la posibilidad de tokenizar acciones dando un paso gigantesco para el uso de tecnología digital, recién estamos empezando un camino que en otras latitudes empezaron hace décadas. 

Por eso, si bien las SAS son un gran cambio que marca un antes y un después en el Derecho Societario ecuatoriano, quizás debemos pensar en discutir si debemos dar el siguiente paso hacia compañías sin estatuto (únicamente con un certificado de incorporación) o incluso compañías sin accionistas como alternativa para hacer negocios. La tecnología tiene la capacidad de revolucionar nuestras vidas. Y como vemos, en este momento se está discutiendo la posibilidad de tener herramientas de inversión sofisticadas y sin la presencia de humanos. Quizás estos mecanismos de simplificación ayuden a los empresarios locales. (O)

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