Cómo las redes sociales nos convirtieron en peces de colores
Lo que más me preocupa no es que estemos en la pecera. Es que nos estamos olvidando de que hay un mundo afuera. Un mundo donde no hace falta un filtro para verte lindo, ni un hashtag para sentirte vivo. Un mundo donde puedes equivocarte sin que te cancelen, donde puedes estar triste, donde puedas ser tu sin que un algoritmo te diga quién eres.