No le gustaba vender y ahora factura US$ 94 millones
Pedro Maldonado Ordóñez Editor
Pedro Maldonado Ordóñez Editor
Patricia Castañeda-Méndez dejó Ecuador y migró a Estados Unidos en agosto de 1989. Ella quería algo diferente a la vida que llevaba en el país. En ese entonces trabajaba en un consorcio de empresas que se movían entre la exportación de camarón y pescado, así como en la venta de equipos de riego y compresores.
Estaba aprendiendo sobre negocios y decidió probar suerte en el extranjero. Su primer destino fue Miami, donde tenía familia, pero luego se dirigió a New Jersey. No fue una decisión fácil, cuenta en una entrevista virtual con Forbes Ecuador. "Mi primera hija se quedó en Ecuador y la extrañaba mucho".
Castañeda-Méndez tenía tres trabajos. "Era joven y a esa edad haces lo que sea, cualquier trabajo decente". Con un trabajo de oficina de lunes a viernes, más un part-time por las noches de miércoles a domingo y otro trabajo a medio tiempo los sábados y domingos esta ecuatoriana tenía "un ritmo muy sacrificado".
Su destino dio un giro en 1990 cuando empezó a trabajar en una distribuidora de alimentos, en Florida. "Allí estuve cinco años hasta que una empresa de New Jersey me ofreció la posición de gerente de compras, que era lo que yo hacía en Miami". El sueldo le animó a mudarse y dejar el calor de Miami. Con cambios personales y nuevos retos, Castañeda-Méndez se animó a emprender con el apoyo de su segundo esposo.
Recuerda que juntos decidieron montar una distribuidora de alimentos aplicando los conocimientos que había acumulado. Esta mujer valoraba la relación con sus jefes anteriores e incursionó en el negocio, aunque con distintos productos. Eran los inicios de 2002 cuando creó Family Food Distributors, una compañía a la que hoy describe como una importadora y distribuidora de alimentos secos y congelados. "Éramos tres socios al comienzo: mi esposo John, mi hija mayor Andrea Castañeda y yo. Empezamos una pequeña distribuidora".
¿Cuál fue el primer producto que distribuía? "Fueron las galletas Amor y hasta la fecha tenemos relación directa con el proveedor en Ecuador. El primer mercado que atendimos fue Connecticut, allá había menos competencia. Luego entramos a Queens. Los tres hacíamos de todo: vender, cargar, descargar, manejar el camión...".
La primera bodega fue un apartamento en el que vivía la familia. Allí y en el sótano se guardaba la mercadería que llegaba desde Ecuador. "Pero duramos hasta que llegó un tráiler de jalapeños mexicanos. Rentamos una bodega apropiada y desde entonces nos hemos mudado cuatro veces".
Hoy en día Family Food Distributors importa a Estados Unidos alimentos secos y congelados desde Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Brasil, Honduras, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Tailandia, Vietnam, Malasia, Egipto y España. La gran mayoría de los ítems llega desde Sudamérica y Centroamérica.
Después de 23 años la empresa cuenta con más de 200 empleados y cubre 15 estados con distribución propia. Tiene cuatro centros de distribución seis bodegas y los cuarteles generales se ubican en New Jersey. "La bodega ocupa 150.000 pies, casi 14.000 metros cuadrados".
La empresaria revela algunos detalles de su crecimiento. "Nunca vendí, era la parte que menos me gustaba, en realidad trabajé mucho en compras". Cuando emprendió desarrolló nuevas habilidades. "Tuve que vender, era lo que menos me gustaba".
Recuerda también que haber trabajado en otras distribuidoras le ayudó a entender el negocio. "Supe que era importante fijar un precio razonable para seguir creciendo. A veces veo que hay gente que lo único que le interesa es vender barato. Yo conocía cómo se hacían las importaciones, el mercado, salía a visitar mercados y luego en el camino fuimos aprendiendo con qué productos trabajar".
Cuenta que la empresa se expandió luego de la pandemia y que hoy suma cuatro centros de distribución en New Jersey, Illinois, Florida y Texas. Comparte más números: Family Food Distributors ofrece 1.400 productos, tiene 160 proveedores activos y cerca 4.000 clientes. "El año pasado cerramos en US$ 94 millones en ventas y este año vamos a cerrar con US$ 110 millones".
Castañeda-Méndez añora Ecuador, pero tiene claro que los hijos, los nietos y el negocio están en EE.UU. ¿Qué tan complicado o qué tan fácil es trabajar con la familia? "A veces puede tener su complejidad, sin embargo, estoy segura de que ellos cuidan con el negocio muchísimo, más que yo a veces". (I)