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¿Será que las autoridades de ciudades o países ya están consultando a plataformas de inteligencia artificial sobre políticas sociales, económicas, de seguridad o salud y otras áreas vitales para cualquier Estado?

10 Febrero de 2023 17.35

La inteligencia artificial es parte del día a día. Está en el retail, en los servicios financieros, en la educación, en el arte, así como en el emprendimiento o en el deporte y en muchas otras áreas más por todo el planeta. Y lo más probable es que también sea parte de las decisiones de los gobiernos y de quienes desarrollan políticas públicas, aquí y en cualquier otro lugar de planeta.

Hace pocas semanas, luego de descubrir las posibilidades que trae esta nueva herramienta, con un colega le planteamos algunas preguntas a  ChatGPT. Las interrogantes fueron ¿Cómo sacar al Ecuador del subdesarrollo? ¿Qué hacer para acabar con el narcotráfico? ¿Quién será el nuevo Presidente del Ecuador? Más allá de las respuestas que recibimos, algunas bastante coherentes y otras muy radicales, surgió una duda: ¿será que las autoridades de un país están consultando a plataformas de inteligencia artificial sobre políticas sociales, económicas, de seguridad o salud y otras áreas vitales para cualquier Estado?

Hagamos un ejercicio. Imaginemos una profunda crisis social en un país latinoamericano con medidas económicas impopulares, manifestaciones de rechazo, represión de la fuerza pública, líderes de opinión confrontados, heridos, muertos, conmoción social, desplome de la economía y otros escenarios desastrosos. No existe una solución en el corto plazo y las autoridades a cargo no encuentran una salida, hasta que a algún asesor se le ocurre preguntar a su inteligencia artificial de confianza un par de soluciones, que pueden o no funcionar.

Aquí va otro escenario. En la administración pública los discursos, los mensajes que se transmiten son claves y generan (no siempre) una conexión con la gente, con los mandantes, con los votantes. De hecho existen comunicadores estratégicos que se encargan de elaborar los planes de comunicación, así como hay expertos en discursos y en el manejo de redes sociales. Pero muchas veces los mensajes no llegan. Allí aparece otra 'oportunidad' para la inteligencia artificial que escribe, con puntos y comas, discursos, copys o mensajes a la medida.

Otro tema en el que los administradores de una ciudad o provincia tienen frecuentes problemas es la movilidad. Solo recordemos los trancones y la congestión que se viven a diario en capitales sudamericanas como Ciudad de México, Lima, Bogotá, Quito, etc. ¿Este problema que involucra a decenas de miles de personas puede ser resuelto con inteligencia artificial? Claro, ya ocurre en otros países, pero acá en Ecuador aún está en veremos, aunque es posible que las nuevas autoridades ya tengan al menos un asesor de IA que esté pensando en soluciones.

Y qué decir de la educación, el campo en el que existen las más grandes dudas sobre los alcances de las herramientas de la inteligencia artificial. En la educación privada, hay que decirlo, las posibilidades de acceder a este nuevo mundo son mayores. Pero en la educación pública los retos son gigantes, aunque los niños y adolescentes de hoy tienen un dominio único de las nuevas tecnologías. ¿Qué están haciendo las autoridades educativas al respecto? ¿Qué políticas están desarrollando para evitar una nueva brecha? ¿Están ya experimentando plataformas o herramientas basadas en inteligencia artificial? ¿O están esperando un decreto o un reglamento burocrático para ser parte de esta ola? 

Gobernar una ciudad o un país no es fácil. La inteligencia artificial puede ayudar, sí, pero más importante es tener calle, ser empático, dejar el ego y la vanidad, salir de la burbuja, escuchar, aceptar consejos, hablar con quienes piensan distinto. Y luego usar las nuevas herramientas del mundo digitalizado. (O)

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