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Hoy he querido resaltar que existen mujeres que desde donde se encuentran pueden demostrar que son las lideresas que con empeño, sacrificio y amor por lo que hacen pueden y están dispuestas a cambiar el mundo.

10 Marzo de 2023 14.56

Hace unos días asistí como invitada al conversatorio: "Lideresas, Resiliencia e Inspiración de Generación en Generación", el cual tuvo como expositoras a varias mujeres que han cumplido sus sueños, metas y propósitos. El evento estuvo organizado por la Universidad de Las Américas y la empresa IKIGAI. Desde que miré la invitación, reservé un espacio en mi calendario y me propuse asistir. Les puedo decir, que valió la pena y ahora les explico la razón.

El conversatorio estuvo integrado por varias mujeres que han destacado en diversos ámbitos: académico, gestión pública y privada, como líderesas en empresas, con amplia experiencia laboral o con algún emprendimiento con el que generan fuentes de trabajo para otras mujeres. También participó una estudiante de la Universidad.

Todas contaron brevemente su historia de vida y cómo habían alcanzado sus metas profesionales, muchas coincidían en que su inspiración fue su madre, su abuela, algún familiar cercano e incluso una maestra de bachillerato.

Todas sin excepción, mostraban sencillez, resiliencia, fortaleza, dedicación, compromiso y esfuerzo con cada cosa que hacen. Destacando que sin estos componentes no habrían alcanzado sus metas.

Una de ellas, Margarita Hernández, superintendente de Economía Popular y solidaria me sorprendió cuando mencionó que trabajar en el sector público era para ella la oportunidad de servir y ayudar a los demás, un testimonio tan auténtico que, me costaba encajarlo con lo que por lo general percibo o las noticias que leo de funcionarios que no saben valorar el para qué están en el sector público y se “sirven de él” y fue precisamente Margarita quien expuso que quien la había inspirado fue su maestra de ética, quien le enseñó el valor de la honestidad y de hacer las cosas para bien de los demás. Que una maestra esté entre quienes las haya inspirado, me sigue motivando a creer en la educación.

También, escuché atentamente el testimonio de la estudiante, una mujer que diariamente viaja de Otavalo a Quito para cumplir su sueño de estudiar, sí léalo otra vez, ¡de Otavalo a Quito! y verdaderamente me emocionó, porque además de mostrar el sacrificio que hace, cuando le preguntaron qué le gustaría tener si volvería a ser niña, ella mencionó que pediría más libros, para poder tener más cercanía con la lectura desde temprana edad, nos compartió su vida un testimonio de mucho sacrificio, acompañado de necesidades y dificultades, pero también resaltó el valor de su madre quien, con mucho esfuerzo y trabajo duro en el campo les había cuidado y ella y sus hermanos como jefa de hogar. Esta joven mujer, se llama Blanca Casco está casada y tiene un hijo y estudia ciencias administrativas, me he atrevido con su consentimiento a contar parte de su testimonio. Blanca tiene una beca Senescyt y el apoyo de la UDLA, pero es la excepción a la regla en su comunidad en la ciudad de Otavalo, donde además es un referente y me imagino que en varias comunidades más. Tengo que confesar que en varios aspectos me identifiqué con Blanca. 

Al finalizar este conversatorio, varias preguntas rondaban mi mente, entre esas aquella que decía, ¿por qué puede ser tan difícil y sacrificado acceder al derecho a la educación?  Blanca, también mencionó que era la única que continuaba estudiando de varios compañeros que también emprendieron este reto y ahí también me venía otro pensamiento ¿por qué estudiar puede ser cuesta arriba? ¿por qué la deserción? ¿qué conocimientos previos tienen quienes están fuera de las grandes cuidades? ¿están en desventaja? Y más que un análisis a la educación superior es a lo que viene antes de esta, la educación básica y el bachillerato, incluso al sistema educativo ¿qué está faltando para garantizar el acceso a la universidad y su permanencia? ¿por qué tanta desigualdad?

Tantas preguntas sin respuesta, pero me quedo con el testimonio de Blanca, solo pienso que, no debería ser tan difícil para quien quiere estudiar, pero me alegro mucho por ella, porque solo la educación le abrirá caminos donde pueda alcanzar mayores y mejores sueños cada vez y así, garantizar calidad de vida a su nueva generación y a su familia.

Hoy he querido resaltar que existen mujeres que desde donde se encuentran pueden demostrar que son las lideresas que con empeño, sacrificio y amor por lo que hacen pueden y están dispuestas a cambiar el mundo. 

Felicito la iniciativa y me quedo con ideas en mi mente que las escuché en este espacio y que me hacen sentir que puedo, que soy capaz y, además, que a través de la capacitación y formación constante podemos alcanzar nuestros sueños y solo así, dejar de estar invisibilizadas. (O)

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