En Estados Unidos, Waymo, la empresa de Google, ofrece servicios de robotaxis en San Francisco, Los Ángeles, Austin, Atlanta y Phoenix. En China, Baidu —el equivalente local de Google— también opera con robotaxis a través de su filial Apollo Go. En las últimas semanas, Apollo Go alcanzó los 250.000 viajes semanales, la misma cantidad que Waymo dijo haber completado a principios de este año.
Waymo utiliza un Jaguar I-PACE eléctrico, ampliamente modificado. En cambio, Apollo Go desarrolló su propio vehículo junto a JMC (Jiangling Motors Corp), que también trabaja con Ford. Aunque Waymo no reveló cuánto cuesta cada unidad, se estima que supera los US$ 100.000. Por su parte, Apollo Go produce sus taxis autónomos por menos de US$ 30.000.
El vehículo que Apollo Go usa para este servicio es el Apollo RT6, el robotaxi de sexta generación de la compañía. Aunque todavía tiene volante, la empresa planea eliminarlo en los próximos modelos. El RT6 es un robotaxi autónomo de nivel 4, desarrollado exclusivamente para ese propósito. Cuenta con 38 sensores, alcanza una velocidad máxima de 135 km/h y su batería puede reemplazarse en apenas tres minutos.
Estas son las especificaciones principales del Apollo RT6:
- Capacidad: cuatro plazas.
- Acceso: puertas corredizas que facilitan el ingreso.
- Asientos: individuales en la parte trasera, con calefacción y función de masaje de diez puntos.
- Comunicación: control por voz para los pasajeros.
- Sensores: un total de 38, entre ellos 8 LiDAR, 6 radares de ondas milimétricas, 12 sensores ultrasónicos y 12 cámaras.
- Capacidad de cómputo: dos unidades de procesamiento de nivel automotor, aún sin especificar, que alcanzarían los 1.200 TOPS (billones de operaciones por segundo).
- Velocidad: 135 km/h.
- Batería: intercambiable, de fosfato de hierro y litio, sin datos confirmados sobre su capacidad.

Apollo Go asegura que su vehículo opera con autonomía de nivel 4, lo que en general indica que puede manejarse por sí solo dentro de una zona determinada o en condiciones específicas, sin necesidad de intervención humana. Esto significa que el auto se encarga por completo de la conducción: desde la dirección, el frenado y la aceleración, hasta la percepción del entorno y la toma de decisiones. Además, está preparado para detenerse de forma segura si surge algún inconveniente.
Ese nivel de autonomía está a la par con el Waymo One, en el que viajé en San Francisco.
El nivel 5, en cambio, implicaría que el vehículo podría manejarse por completo solo, en cualquier lugar y bajo cualquier condición. Por ahora, no existe ningún ejemplo real de un auto autónomo con ese grado de capacidad.
Apollo Go afirma en su sitio web que ya acumuló 200 millones de kilómetros de conducción autónoma segura. Si bien hubo reportes de algunos incidentes —como el atropello de un peatón que no sufrió heridas graves y el choque de un camión que impactó desde atrás a uno de sus vehículos—, no existen datos regulatorios públicos que detallen estadísticas de accidentes. La empresa sostiene que no registró "ni un solo accidente grave", y lo atribuye a sus "diez niveles de redundancia en materia de seguridad".
Apollo Go opera principalmente en grandes ciudades chinas como Wuhan, Pekín y Chongqing, aunque ahora apunta con fuerza a expandirse al exterior.
Baidu, su empresa matriz, acaba de firmar un acuerdo con Lyft para ofrecer viajes autónomos en Alemania y el Reino Unido a partir de 2026. Además, selló un convenio con Dubái para lanzar una flota de prueba con 100 vehículos autónomos este año, con el objetivo de llegar a 1.000 robotaxis en 2026.
No parece casual que Apollo Go haya comunicado que alcanzó los 250.000 viajes autónomos semanales justo ahora. Al fijar ese umbral, establece una comparación directa con Waymo —la compañía hermana de Google— y deja en claro que Baidu y Apollo Go están dispuestos a competir de forma agresiva en el mercado internacional.
*Con información de Forbes US.