Manuela Duchi nació en 1926 en Riobamba, Chimborazo, y fue vendida cuando tenía tres años para saldar una deuda de su familia. Fue ama de casa puertas adentro. A pesar de que nunca aprendió a leer ni a escribir, siempre fue muy hábil, fuerte y decidida. A los 18 años se independizó, se casó y se mudó a Quito. Tuvo una familia numerosa y sus hijos hicieron lo que ella no pudo, estudiar. Este camino los llevó a cruzar el océano Atlántico y construir un nuevo hogar en Inglaterra, Reino Unido. De sus ocho hijos vivos, solo uno permanece en Ecuador. La primera en emigrar fue Nelly Sarmiento (apellido de casada) en 1988, estudió obstetricia y su plan era vivir en Londres por un tiempo hasta conseguir capital suficiente para ponerse una clínica en el país. Nunca regresó, se casó y sus hermanos siguieron sus pasos.
La historia de estas dos generaciones, resumidas en pocas líneas, es indispensable para entender la vida de Diego Armando Duchi Llumigusín, un ecuatoriano que trabaja para el Gobierno británico y ha estado en lo más alto de la palestra política mundial. Nació en Quito, en 1987, y cuando cumplió un año su madre lo dejó al cuidado de su abuela. Se reencontraron dos años mas tarde, cuando volvió por él. Desde los tres años, Duchi vive en Londres, una ciudad multicultural que le dio oportunidades que nunca hubiera conseguido en nuestras fronteras.
Nos conectamos de manera virtual, tiene un aspecto sobrio y un poco reservado. Habla pausado, pero con un perfecto español. En la entrevista mencionó a las mujeres de su vida, quienes le enseñaron, literalmente, a comerse el mundo. Su abuela viajó con él en 1990 y estuvieron juntos hasta su fallecimiento, en 2006. Es uno de los personajes más importantes en su desarrollo, y en su honor se cambió el apellido y ahora usa Duchi con mucho orgullo. Las memorias de sus primeros años en Ecuador son escasas, pero tiene una cicatriz en la mano que mantiene vivos estos recuerdos.
Tiene 36 años, está soltero y tiene una perra que se llama Pacha. A pesar de que vive a mas de 9.000 kilómetros de distancia, la esencia ecuatoriana perdura porque casi toda su familia del lado de su madre vive allá (entre 80 y 100 personas). Es una comunidad que festeja cumpleaños, matrimonios, primeras comuniones, bautizos... al puro estilo nacional y en español, esa es la razón por la que no ha perdido su lengua materna. Nunca falta la musica chichera en una fiesta y Duchi confiesa que lo único que cocina es comida ecuatoriana. “En Inglaterra tienes una vida más estable. Ya estamos mas de 30 años en este país porque todos vieron la diferencia salarial que tenia mi madre con respecto a lo que ganaba la gente en Ecuador”. Sin embargo, tantos años han hecho que Duchi se considere más británico que ecuatoriano; su forma de pensar y ver el mundo va mas acorde con las costumbres y las tradiciones que adquirió en aquel país.
En su niñez y adolescencia no conoció a muchos latinos. Según el entrevistado, es una población olvidada e invisible. Sus compañeros eran indios, negros, filipinos... de todo, menos de América Latina. No tenía modelos a seguir, pero eso no lo detuvo para ser el mejor estudiante de su colegio, tenía habilidades académicas destacables. Un profesor le dio el empujón que necesitaba y lo inscribió en un programa destinado para gente de pocos recursos para ver cómo es vivir en Oxford. “Yo era uno de los mejores en ciencias y pensé que podía aplicar a estas universidades que son muy competitivas y donde normalmente solo asiste gente de otros backgrounds. Opté por aplicar a Bioquímica en Oxford, que tiene el mejor programa del mundo”.
El proceso de admisión es toda una aventura. Este workaholic aseguro que estaba muy nervioso en las jornadas de entrevistas. Le preguntaron: ¿Cuánto tiempo se demoraría una bacteria en cubrir todo el planeta?. Su respuesta no fue la correcta, pero si su forma de pensar. Es una institución que busca personas que solucionen problemas por medio de análisis y conocimiento. “Me aceptaron y no conozco ningún otro ecuatoriano que haya estudiado el pregrado en Oxford. Nosotros aquí tenemos muchas desventajas porque, normalmente, la comunidad vive en zonas con problemas sociales, con poco dinero y es casi imposible ingresar a las buenas universidades. Soy el primero y es un gran mérito porque existen como 500 aplicaciones para un puesto y compites con personas de escuelas privadas, yo por ejemplo nunca pude ir a un colegio prestigioso”.
Vivió hasta los 18 años en Londres, salió de su casa y se mudó por nueve años a Oxford, una ciudad universitaria, con grandes bibliotecas y museos. Estudió cuatro años, tres de pregrado y uno de maestría, en Bioquímica Molecular y Celular. “Después de ser el número uno en el colegio, llegué al puesto 18 de 100. No me esperaba ese cambio y encontré a genios de verdad. Me esforzaba mucho en competir. En el tercer año llegué al puesto 11 y en el último llegué a ser el sexto mejor de la clase. Fue una experiencia que me ayudó a aprender de todo y de todos”. Entre sus pasatiempos favoritos están capturar el cosmos con su cámara, salir a caminar y practicar calistenia.
En su último año realizó prácticas en un laboratorio de bioquímica y biofísica a nivel molecular, un área mas avanzada de la ciencia que lo motivó a estudiar su PhD en Biofísica, con una beca completa para los tres años y medio. Es un científico que no solo ha presentado el resultado de sus investigaciones en varios países, sino que tiene cinco publicaciones en medios especializados con alcance mundial. Los temas relacionados con la polimerasa, las bacterias, el ARN... eran su pasión, pero una devoción por el impacto social y la comunidad latina lo llevaron a dar un giro de 180 grados. “En el campo de la ciencia puedes ayudar a las personas a largo plazo, necesitas 20 o 30 años para descubrir algo que en verdad marque una diferencia. Así que decidí irme al campo de la política en Reino Unido”.
Estudio su segunda maestría en Políticas Públicas, en la misma universidad, con otra beca total. Ingresó a una esfera donde estaban los futuros lideres políticos del mundo. “Yo era el único científico, la mayoría tenía formación en leyes o política, pero las ciencias son indispensables para proponer políticas con evidencia y soluciones efectivas”. Después realizó una pasantía en Mckinsey & Company, en Madrid y Oslo, donde se involucró con el gobierno digital y la influencia del boom de las redes sociales y del internet de las cosas en los gobiernos.
Al terminar regresó a Londres e ingresó al Ministerio de Economía y Finanzas de Reino Unido (HM Treasury) como asesor de políticas publicas. Este ecuatoriano de nacimiento se ha desempeñado en diversos equipos y proyectos, desde 2015 hasta 2021. Participó en las reformas financieras después de la crisis de 2008 y fue asesor en política pública del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB) en el G20. También estableció un nuevo sistema de aduanas después del Brexit y trabajó en la ciberseguridad del sistema financiero del Reino Unido, representando al país en el G7 y el G20. En la época del Covid-19 colaboró con varias empresas para tener una pronta respuesta a la pandemia. “Siempre es un honor re-presentar a este país adoptivo, que ahora se siente como propio”.
A finales de 2021, Duchi, que habla cuatro idiomas y conoce mas de 30 países, fue elegido como asesor del ministro de Economía y Finanzas de Indonesia, ya que tuvieron la presidencia del G20 en 2022. “Me enviaron en una misión diplomática para representar a UK y ayudar a que Indonesia alcance sus metas en este periodo a la cabeza. Fue un año increíble, fui el único enviado, viví en Yakarta y aprendí su idioma. Además, cuando se inició la guerra entre Rusia y Ucrania mantuvimos al G20 unido para mandar una respuesta contundente”.
Actualmente, se desempeña como jefe de las políticas públicas de la economía digital. Este cargo se enfoca en mantener el liderazgo de Reino Unido en el manejo de la inteligencia artificial, una tecnología que está revolucionando el mundo. “Aconsejé hacer una inversión, este año, de 1,5 billones de libras esterlinas en nuevas súper computadoras. Asimismo, traigo inversión, con políticas y regulaciones que aseguren el funcionamiento del ecosistema”.
Su equipo esta conformado por cinco personas, aunque siempre trabaja en alianza con otros departamentos e instituciones. Duchi enfatizó que su empleo actual no está tan lejos de la ciencia. “Estoy trabajando por el bien de Reino Unido, pero no descarto hacerlo algún día por Ecuador. Tengo muchas ideas que pueden cambiar su futuro y luchar en contra de la inseguridad y el narcotráfico”. Lleva a nuestro país muy cerca de su corazón y se unió a la caridad Empower Latam UK, que impulsa la visibilidad de la comunidad latina en esa isla. El quiere entender su demografía y apoyar a que el Gobierno levante datos para saber qué pasa con estas personas y con su situación económica.
Este bagaje le permitirá, en un futuro, cambiar las leyes y ayudar a los latinos que están luchando en estas tierras inglesas. Su objetivo es alcanzar una silla en el parlamento para representar su identidad y su cultura. Los 10 años que pasó en el gobierno le sirvieron para soñar en grande y ser un hacedor de cosas que ayuden a las personas que están en desventaja. “Los latinos pueden llegar al nivel de cualquier persona, no se olviden de eso”. (I)
El artículo original se publicó en la edición impresa número 17, de abril-mayo de 2024.
