Forbes Ecuador
Bryan Vasquez
Liderazgo

De mecánico de aviación a Gerente Financiero de Amazon Pay

Esteban Vivar

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Una variable común que tienen todas las personas que están en la cima es: la valentía. El valor de tomar una decisión, de iniciar una conversación, de sacar su sueño adelante o de unir el hilo invisible del destino a la fuerza. A sus cortos 30 años, Bryan Vasquez ha sabido aprovechar las oportunidades que le dio la vida. Este latino con camiseta tricolor es el nuevo Gerente Financiero de Amazon Pay. Te contamos su historia.

18 Enero de 2024 09.54

¿El American Dream todavía existe? Bryan Vasquez es prueba viviente que sí. De padres cuencanos, su rumbo se define como el de muchas familias ecuatorianas, a través de la migración. En 1993 y a pocos meses de nacido en Nueva York, EE.UU. su familia decidió volver a suelo ecuatoriano. “Crecí en el Ecuador hasta los siete años y después toda mi familia regresó para cumplir el 'sueño americano' cuando todos tuvimos los papeles. Tengo cuatro hermanas y soy el único varón”. 

El contraste entre Cuenca y la 'Gran Manzana' marcó su niñez. “Recuerdo mucho esa época porque era un estilo de vida muy diferente. Cuando vivía en Ecuador uno pasaba mucho tiempo con la familia. Cuando regresé a EE.UU., todo en Nueva York era muy rápido, todo el mundo trabajaba, todos tenían algo que hacer. Cuando entré a estudiar no sabía inglés, entonces me tocó coger clases. Fue difícil porque en Ecuador ya tenía amigos, ya hablaba español y aquí fue como empezar de nuevo”. 

Sin embargo, cada obstáculo iba forjando más su temple y su personalidad. Sus padres enrumbaron los primeros pasos de su sueño a través de la educación. “Fui muy afortunado porque mi colegio también funcionaba como una escuela de aviación. Me gradué con el high school diploma entre los mejores estudiantes y saqué mi licencia para poder arreglar aviones. Después empecé a investigar para ir a la universidad porque siempre quise estudiar finanzas y economía”. 

Al igual que muchos latinos en el exterior, a Vasquez le tocaba trabajar y estudiar full time. Empezó a trabajar como mecánico de aviación para British Airways en el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy, mientras cursaba su carrera de Finanzas y Economía en Queens College. “Mi trabajo era arreglar los aviones. Por ejemplo, el avión aterrizaba de Londres y yo tenía que inspeccionarlo, tenía que asegurarme que todo esté bien. El piloto vuela el avión, pero no sabe si algo lo golpeó, entonces yo llegaba y veía que por fuera no tuviera ningún daño, revisaba las llantas, todos los frenos, me aseguraba que no haya ningún objeto dañado por la turbulencia y subía a hablar con el piloto para comprobar que no tuvo problemas durante el viaje”. 

Y mientras atravesaba su camino, a muy temprana edad tuvo que asumir grandes responsabilidades. “Cada vez que uno verificaba el avión lo firmaba, decía 'yo certifico que el avión está listo para volar' y es un cargo muy fuerte porque si pasa cualquier cosa yo soy el último en firmar. Lo que recuerdo es que cuando recién entré a trabajar todos los ingenieros tenían la edad de mi papá o de mis tíos (risas) y yo era el único joven de 18 años. Y cuando iba a hablar con los pilotos no me creían, a veces no me hablaban y yo les decía: 'Yo soy tu mecánico y necesito saber qué pasa'. Eso me ayudó a madurar un poco más, al presentarme con ellos y darles confianza”.

Después de graduarse dio una vuelta de 180 grados y se lanzó de lleno al mundo financiero de la mano de Synchrony, una compañía de tarjetas de crédito de General Electric (GE), dentro de un programa especial rotativo. En dos años ocupó tres diferentes posiciones, empezó en planificación y análisis financiero en el Estado de Connecticut, luego contabilidad y reportes para Wall Street en el Estado de Georgia, hasta culminar el programa en el Estado de Ohio. “El programa me ayudó a hacer la transición de la aviación a las finanzas. También me enseñó el lenguaje financiero y cómo ganar más confianza en mí mismo. Durante este tiempo nuestro cliente más grande era Walmart, por lo que luego de culminar el programa me escogieron para trabajar en su portafolio en Bentonville, Arkansas, donde se encuentra la sucursal”. 

Después la compañía compró un portafolio de PayPal, por lo que pasó dos años en ese proyecto, mientras en su mente buscaba ganar experiencia en uno de los grandes bancos de Wall Street. “Me mudé a Citi Group y empecé a trabajar como Vicepresidente de Finanzas, fue ahí cuando cogí demasiada confianza. Aprendí cómo uno se prepara para los inversores, para las preguntas que iban a hacer. El rol era muy financiero, pero también tenía mucho que ver con la relación con los inversionistas y eso es lo que más me gustó”. 

Después de seis años dentro del sector financiero su siguiente objetivo era intentar abrirse campo en el mercado tecnológico. Un banquero amigo le dijo: 'estoy abriendo un grupo grande en Amazon, una fintech, ¿te interesaría?'. “Ahí fue cuando decidí tratar algo diferente en una gran compañía como Amazon y empezar a ayudarles a crecer con la experiencia que tenía de la banca, esa fue mi transición”. Amazon Pay funciona como un botón de pago para cualquier servicio o producto a la venta en línea. “Cuando le dan clic a Amazon Pay te pide una contraseña para verificar que eres tú y evitar el fraude. Y con ese paso ya sale tu nombre, tu dirección, tu método de pago, es como si estuvieras comprando algo en Amazon.com”. 

Este alto ejecutivo de raíces ecuatorianas se despide con un mensaje para sus compatriotas: “Hay que ponerse metas altas. Siempre es difícil que a uno como latino o ecuatoriano lo inviten a la mesa donde se toman las decisiones. Pero, uno mismo tiene que meterse a esas reuniones a la fuerza porque sabes que puedes llegar muy lejos. Cuando empecé mi primera semana en el programa de Synchrony, nos invitaron a una cena con todos los altos ejecutivos de la compañía. Durante ese tiempo, la CEO, Margaret Keane, estaba sentada sola y nadie se sentaba a su lado. Entonces tuve la confianza y me senté junto a ella y me presenté. Tuvimos una conexión muy fuerte y me presentó a dos mentores que hasta el día de hoy lo son. Creo que si hubiera tenido miedo y no me hubiera sentado con la CEO de la compañía, nunca hubiera tenido todas las posibilidades que tengo hoy”. (I)

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