La mujer power que abrió puertas financieras en Ecuador
Durante cuatro años, Tatiana Rodríguez estuvo al frente de una de las instituciones más técnicas del país, la Junta de Política y Regulación Monetaria. Con formación jurídica y experiencia en el sistema financiero, lideró un proceso marcado por la defensa de la dolarización, el impulso a los medios de pago electrónicos y la búsqueda de estabilidad en un contexto económico frágil. Esta es su visión, sus decisiones y su camino recorrido.

Tatiana Maribel Rodríguez Cerón, abogada, presidenta de la Junta de Política y Regulación Monetaria del Ecuador, cierra su gestión con un testimonio amplio y transparente. Desde su infancia en el norte de Quito hasta su rol al frente de una de las instituciones más sensibles del país, su historia es una mezcla de determinación, rigor, voluntad social y orgullo por lo logrado. En esta entrevista, Rodríguez repasa exhaustivamente cada etapa de su vida y su trayectoria.

Desde pequeña fue una niña apacible, rodeada de una familia amorosa. "Crecí con mis dos papás y mi hermano menor, en un barrio muy tranquilo al norte de Quito. Tuve una infancia normal, gracias a Dios". Le gustaban las papelerías y los cuadernos de colores. "Siempre jugaba a la escuelita".

A los 14 años ya sabía que quería ser abogada. "Me llamaba la atención la diplomacia, quería conocer el mundo", cuenta. Se graduó en 1991 del colegio Sagrados Corazones de Rumipamba y entró a estudiar Derecho en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, a pesar de que su padre había sido profesor en la Universidad Central. "Él me decía: 'Inscríbete en la Central', y yo: 'No, voy a ser abogada de la Católica'".

Su paso por la Católica la cambió profundamente. "Fue una experiencia maravillosa. De ahí salieron embajadores, ministros, profesionales de altísimo nivel. Recuerdo que el papá de una compañera nos decía: algún día ustedes van a gobernar este país". Sin embargo, no fue una etapa sencilla. "En ese momento, todavía nos decían que el derecho no era para mujeres. Un profesor nos dijo: 'No le haga gastar la plata a su papá, estudie corte y confección'. Éramos 10 mujeres en un curso con 40 hombres".

Su primer paso profesional fue en una fundación que ayudaba a mujeres y niños. "Siempre me gustó la ayuda social". Pero el giro definitivo llegó en 1994, cuando una amiga le ofreció reemplazarla en un banco privado. Tenía 21 años. 

"Entré y me quedé en el mundo financiero", recuerda. Empezó desde lo más básico en Produbanco y ascendió hasta llegar a ser subgerente legal. Encontró en el banco un espacio de formación sólida. "Tuve dos jefas maravillosas y una mentora, Marcela Barberis, que me enseñó a ser una profesional íntegra". En un entorno dominado por hombres, nunca se sintió menos. 

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En 1998 obtuvo una beca para hacer una maestría en Derecho Empresarial en la Universidad Católica de Chile. "Era la mejor facultad de Derecho de Latinoamérica. Mi recorrido allá fue maravilloso, pertenezco al voluntariado del Hogar de Cristo, donde salíamos a dar de comer a los mendigos en la calle. Eso también me marcó".

Regresó al Ecuador en el 2000, justo en plena dolarización. "Fue un sacrificio para mi familia porque el tipo de cambio había subido a 28.000 sucres". Desde Chile vivió la crisis y el colapso financiero. "El sistema financiero es frágil. Todo se basa en la confianza".

Al volver, retomó su trabajo en Produbanco. "Me encargaba de todos los títulos de crédito. La dolarización fue un cambio brutal. Había que entenderlo todo de nuevo".

Luego de varios años, Rodríguez fue llamada para ser la abogada interna del Lloyds Bank en Ecuador. "Fue salir de la zona de confort. (...) Pero gracias a esa salida, mi carrera tomó otro rumbo". Vivió desde dentro el cierre del banco, ya que en 2010 decidieron cerrar su operación en suelo ecuatoriano. 

En 2012 ingresó al sector público como asesora jurídica del BIESS. "Pasar del sector privado al público es complicado. (...) Pero logré sacar una reforma legal para que el BIESS pudiera comprar hipotecas del sistema financiero privado". Un acto que permitió que mucha gente salvara su casa.

Luego pasó a la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria (SEPS), donde fue parte del equipo fundador. "Formamos una superintendencia. Era conocer otro mundo. Uno, desde la banca, veía a las cooperativas como algo lejano, sin entender el verdadero potencial que tienen. La naturaleza del sector cooperativo es distinta, no es ni mejor ni peor: es otra cosa. Me encontré con gerentes que llevaban 20 o 30 años al frente y decían 'mi cooperativa', y tocaba aclararles: 'No, señor, no es suya. Es de todos los socios'. Porque cada socio tiene un voto, sin importar cuánto capital tenga. Eso, es reconocer que todos son dueños por igual, es una democratización brutal."

La depuración fue dolorosa. "Pasamos de 1.000 cooperativas a cerca de 400. Tuvimos que liquidar varias, con altísimo costo social. Por eso luego se estableció el seguro de depósitos. (...) Creamos una entidad con un liderazgo técnico". Un espacio donde se enamoró del sector popular y solidario. Ella observó a la institución desde la Dirección Nacional de Revisión y Registro del SFPS hasta la Intendencia General Jurídica en más de seis años de carrera. 

Durante la pandemia cuidó de su madre diabética. "Gracias a Dios nunca le dio COVID". Luego trabajó como asesora de estas instituciones desde el sector privado. "Nunca perdí mi vocación de supervisora. Les decía: tienen que empoderarse".

En 2021 recibió una llamada del equipo económico del presidente electo. Poco después fue nombrada presidenta de la Junta de Política y Regulación Monetaria. "Cuando me posesionaron en la Asamblea, yo lloraba. Sentía que estaba recibiendo la responsabilidad de 18 millones de ecuatorianos".

Durante su gestión, el Banco Central tuvo:

  • Reservas internacionales: US$ 8.458 millones en 2022 y US$ 6.900 millones en 2024.
  • Capital social: US$ 100 millones y US$ 500 millones en reservas.
  • 2021: cobertura del 100 % del primer sistema de balance (encaje de las entidades financieras) y del 94 % de los pasivos del segundo sistema de balance (recursos de la banca pública y del Biess).
  • 2022: cobertura del 100 % de los depósitos de las instituciones financieras públicas, privadas y populares y solidarias. Cobertura del 19,9 % del segundo balance.
  • 2023: cobertura del 100 % del primer balance y del 43 % del segundo sistema de balance.
  • 2024: cobertura del 100 % del primer y segundo sistema de balance, y el 13 % del tercer balance.
  • Implementación de la norma de interoperabilidad para el sistema de pagos, con participación abierta de todos los actores.
  • Eliminación del costo por transferencias interbancarias, lo que generó millones de dólares en ahorro para la ciudadanía.

Además, se lograron acuerdos con organismos internacionales para acceder a líneas de contingencia. "Nunca las usamos, pero están ahí. Y eso se llama confianza". Bajo su liderazgo se aprobó la primera Sociedad Especializada en Depósitos y Pagos Electrónicos, llamada Payphone. "Jóvenes ecuatorianos que pensaban irse del país, ahora pueden desarrollar su proyecto aquí". También promovió la educación financiera en las escuelas, el uso de pagos electrónicos y un área de innovación dentro del Banco Central. "Tenemos que estar un paso adelante. No podemos seguir legislando para el pasado".

Durante su mandato, Rodríguez fue una de las pocas mujeres en liderar un banco central en Latinoamérica. "Por cuatro meses fui la única. Nadie lo sabía. Ni yo". No cree en las cuotas de género. "No soy un número. Estoy aquí por mis capacidades. Eso es lo que debemos transmitir a las niñas, que pueden llegar, pero hay que prepararse".

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Con la aprobación de la Ley de Integridad Pública, la Junta Monetaria desaparece. Rodríguez afirma que entregará la posta con orden. "Seguiremos en funciones hasta que se posicionen los nuevos miembros. Haré la transición con total apertura". Su futuro inmediato está en el sector privado. Rodríguez afirma que quiere "darlo todo voluntariamente" y potenciar "a las mujeres. Y a los hombres". Quiere, dice, devolver lo que recibió, preparando a nuevas generaciones. 

Al cerrar su gestión, deja una reflexión clara: "La dolarización no se mantiene por sí sola, todos tenemos que hacer un esfuerzo por mantenerla". (I)