La historia de Andrés Cerisola es la de un empresario que no temió cambiar de rumbo cuando la vida y su vocación lo llevaron en una nueva dirección. De joven tenía interés en la Economía, pero, aconsejado por un catedrático, decidió estudiar Derecho en Uruguay, un camino que le abriría puertas internacionales.
Se formó en las aulas de Harvard y en la VUB de Bruselas, forjando una carrera que lo llevó a dirigir Ferrere Abogados. Durante cerca de 30 años, Cerisola trabajó liderando un equipo de más de 1.000 personas y expandiendo las operaciones de Ferrere en cuatro países.
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A pesar de una vida plena como abogado, a los 52 años Cerisola sintió que era el momento de cambiar. En paralelo a su faceta legal, comenzó a realizar inversiones en tecnología, un área que siempre lo apasionó y que cada vez ocupaba más su atención. No podía esperar hasta tener 60 años, edad de retiro obligatorio en la firma, para dedicarse a esta nueva pasión. Así que, con la valentía de los emprendedores, dejó su carrera en la abogacía para adentrarse en el mundo de la inversión en tecnología.
"Le tuve mucho miedo a esa transición porque era dejar algo que ocupaba toda mi vida y que me mantenía en un avión nueve meses al año". Para adaptarse, tomó tres meses sabáticos en Nueva Zelanda, donde reflexionó y se preparó mentalmente para un futuro diferente. Cambió la corbata y el terno, por ropa más cómoda y que va más con su carisma. En la entrevista confiesa que evita ir a eventos formales para no usar corbata.
En el mundo de la inversión, Cerisola continuó demostrando el compromiso que lo caracterizó en su carrera como abogado. Hoy, con su fondo privado IC Ventures, enfocado principalmente en tecnología B2B Saas, apoya a emprendedores en etapa inicial, participando en sus procesos de crecimiento y asesorándolos desde la trinchera. Su monto máximo de inversión es de US$ 1 millón y realiza entre dos y tres inversiones al año. Su estilo de inversión es uno de cercanía, involucrándose en los directorios de las empresas en las que invierte y guiando a los emprendedores en los momentos críticos de sus negocios.
En cambio, en su fondo EMTV, que es un holding familiar, se enfoca en empresas grandes, serie A, para invertir desde US$ 1 millón en adelante. Cerisola manifiesta que busca emprendimientos de alto impacto, que tengan la capacidad de crecer rápido y diferenciarse del resto. Aquí nos deja seis consejos:
Enfócate en la ejecución, no en la idea
Una de las lecciones que ha aprendido Cerisola en su carrera de inversor es que "las ideas son trampas". Él afirma: "si uno se ciega ante una idea muy buena, puede perder de vista los problemas de ejecución". Para este uruguayo, una idea, por brillante que sea, no asegura el éxito. La capacidad de un equipo para llevar esa idea a la práctica es lo que realmente importa. La ejecución técnica y comercial son esenciales; un equipo debe demostrar habilidades tanto en el desarrollo de su producto como en su posicionamiento en el mercado.
Se necesita un equipo excepcional
Cerisola, a sus 60 años, destaca que la clave de cualquier emprendimiento de alto impacto es su equipo fundador. "El capital de riesgo es sobre emprendedores, no sobre empresas privadas". Según él, un buen inversor debe evaluar profundamente las capacidades del equipo y no solo enfocarse en el producto. Esto implica revisar las habilidades técnicas, la capacidad de atraer talento excepcional y de ejecutar planes de ventas y estrategias de mercado.
Identificar las necesidades urgentes
Es necesario centrarse en resolver una necesidad urgente y bien definida en el mercado. "Cuando se trata de una necesidad real, los clientes buscan soluciones, están dispuestos a hacer presupuesto para adquirirlas e integrarlas rápidamente en sus sistemas". Esto es vital para que el proceso de ventas no se alargue indefinidamente, un error que puede llevar al fracaso de muchas startups.
No te olvides de las barreras de entrada
En un mundo tan competitivo, Cerisola aconseja a los emprendedores que piensen en la sostenibilidad a largo plazo de su proyecto y en las barreras de entrada que podrían construir. "Un error común es tener un producto fácil de replicar, lo que permite a otros entrar rápidamente en el mercado y competir a nivel de precios". Crear barreras de entrada puede significar la diferencia entre el éxito y el fracaso a largo plazo.
Tener un sentido de urgencia
Una de las características más importantes en un emprendedor es el sentido de urgencia. Cerisola explica que, en un contexto tan dinámico como el actual, el tiempo es uno de los activos más valiosos. "Para emprender hoy hay que tener la sensación de que el momento es ahora, que no hay tiempo que perder y que hay que avanzar a toda velocidad".
Consolidar un ecosistema regional
Este uruguayo también enfatiza en la importancia de apoyar y fortalecer el ecosistema emprendedor de la región. Como miembro del director de Endeavor y mediante sus roles en IC Ventures y EMTV Holding, busca que los emprendedores no solo tengan éxito en sus proyectos individuales, sino que aporten al desarrollo de un entorno de colaboración y crecimiento en América Latina. Su misión va más allá de la inversión: quiere construir un círculo virtuoso donde los emprendedores exitosos compartan su experiencia, su capital y su red de contactos para ayudar a otros a prosperar.
"Lo que le falta a la región no son ideas, sino modelos de rol y un ecosistema maduro" señala Cerisola, quien considera esencial que los emprendedores devuelvan a la comunidad ese conocimiento mediante mentorías, inversiones y la creación de redes de apoyo. Él visualiza un futuro donde, en lugar de enfrentarse a un camino solitario, los emprendedores de países como Ecuador puedan contar con un ecosistema que los acompañe y los impulse. "He visto muy buenos emprendedores en Ecuador que están un poco solos; es necesario construir una red que facilite la transmisión de experiencias".
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Para terminar la entrevista, Cerisola enfatiza que estos principios ayudan a los emprendedores a evitar errores costosos y a construir empresas sostenibles. Él y su equipo no solo invierten, sino que se involucran activamente en el desarrollo y asesoría de los emprendimientos en los que creen. A medida que Ecuador y otros países de la región continúan fortaleciendo su ecosistema emprendedor, consejos como los de Cerisola pueden ser una guía para aquellos que desean abrirse camino en el mundo de las startups y contribuir al crecimiento de otros. (I)