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Andres Larrea
Liderazgo
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Andrés Larrea Savinovich, de 33 años, un abogado quiteño-guayaco, logró conseguir un puesto en el Singapore International Arbitration Centre (SIAT), el segundo lugar más importante en el mundo arbitral. Ahora trabaja con los árbitros que conocía a través de sus libros y está tan feliz que en Singapur se sorprenden de ver a este ecuatoriano.

28 Febrero de 2023 16.09

"Todas las noches que veo el Marina Bay Sands, desde mi habitación, me siento súper agradecido, me pellizco, y digo 'wow', no puedo creer que esté aquí, en Singapur". El día que Andrés Larrea Savinovich recibió la carta de aceptación del Singapore International Arbitration Centre (SIAC) sabía que cumpliría su sueño de trabajar en el segundo lugar más importante del mundo arbitral y el centro preferido en Asia-Pacífico. A finales de junio de 2022 le llegó la propuesta para el puesto de deputy counsel en esa institución, con más de 30 años de historial de arbitrajes

Larrea se especializó en arbitraje internacional, que es un mecanismo alternativo para resolución de conflictos comerciales, internacionales o de inversiones. Y fue escogido entre más de 100 abogados aplicantes de todas partes del mundo para una vacante que había en la secretaría del SIAC. Pasó un estricto y riguroso proceso de selección, cada que tenía entrevistas vía zoom se quedaba despierto toda la madrugada, esperando la hora. Pero siempre estuvo feliz, las 13 horas de diferencia entre Quito y Singapur eran nada. Luego de cinco meses de proceso llegó el sí. Compró el pasaje, armó dos maletas y a finales de julio de 2022 estaba trabajando en el SIAC y buscaba dónde instalarse para vivir. 

Sin conocer a nadie, sin amigos y sin saber dónde vivir, se aventuró porque era completar el camino que empezó desde los 18 años. A esa edad, mientras estudiaba en la Universidad de las Américas (UDLA), comenzó en el Estudio Jurídico Tobar ZVS, en la capital. Después descubrió el derecho arbitral, se apasionó, siguió una maestría en Canadá, y, de regreso al país, buscó ser calificado como secretario de arbitraje, lo logró en cuatro centros que están ligados a cámaras de la producción en Quito. En cuatro años fue secretario en 64 casos. 

Había querido ser abogado como su padre, ya fallecido, y como su hermano. Renunció a su trabajo de 12 años, con la nostalgia de dejar el estudio donde aprendió y recibió mucho apoyo.  "Y, literal, estaba al otro lado del mundo". Ahora de 33 años, es uno de los 60 colaboradores en el SIAC, y en la secretaría, donde labora, hay 17 abogados calificados en Estados Unidos, China, Malasia, Vietnam, Indonesia, Nepal, India. "Al ser el primer ecuatoriano en formar parte del SIAC, y el único latinoamericano en el equipo, cumplo, además, la función de ofrecer nuestros servicios a la comunidad hispanohablante y puedo ser un punto de conexión entre América Latina y Asia", dice orgulloso.

Singapur es el país más rico del mundo y de los más caros. Larrea empezó a vivirlo en cuanto llegó. Buscaba una suite económica cerca de su trabajo. Pero los precios podrían superar los US$ 3.500 en un sitio diminuto para una persona. Además, por tratarse de una isla, todos los productos se importan y eso también dispara todo. Así que tuvo la suerte de encontrar un espacio en el departamento de un científico estadounidense, quien vive hace 18 años en ese país, y le enseñó cómo movilizarse, dónde coger el metro, dónde comer, le presentó a sus amigos. Y comenzó su proceso de adaptación en un mundo tan competitivo. 

"Estoy súper cómodo y tengo una vista espectacular". La habitación de Andrés da al Marina Bay Sands, un complejo monumental de edificios, considerado el casino independiente más caro del mundo, calculado en más de US$ 5.700 millones. Tiene tres torres hoteleras de 55 pisos y una plataforma voladiza al aire libre, similar a un barco, de 340 metros de longitud. "Esto puede sonar un poco cursi, pero cuando lo veo todas las noches recuerdo cuando estaba en Ecuador, y decía 'quiero trabajar en Singapur', estoy acá y agradezco a Dios por haberlo logrado". Dice –sonriendo– que tiene de frente ese edificio, que es el emblema de esa economía global, como los quiteños tienen al Panecillo, guardando las proporciones. Él nació en Guayaquil, pero desde los 2 años su familia se trasladó a vivir a Quito, así que tiene una mezcla de la sal quiteña y la astucia guayaca. 

Explica que el SIAC tiene 800 casos activos, usuarios de más de 100 países y cuenta con más de 500 árbitros expertos de 40 jurisdicciones. "Las disputas que manejamos o los conflictos que vemos son de distinta naturaleza, como energía, marítimo, comercial, corporativo, construcción, en general es la institución favorita de los usuarios de Asia-Pacífico, y Singapur se ha convertido, junto con Londres, en el lugar más importante del mundo para la práctica del arbitraje internacional, y el SIAC es una de las razones de aquello".

"Trabajar en el SIAC en Singapur me hace sentir como estar en las grandes ligas. Además, tengo acceso y puedo conocer a árbitros de todas partes del mundo, desde mis jefes hasta árbitros que conozco en reuniones profesionales, a muchos de ellos los había conocido a través de sus libros sobre arbitraje que había leído, los admiro y nunca pensé que iba a conocerlos", dice. 

No oculta su emoción –en la entrevista vía zoom– cuando cuenta los detalles de su llegada a Singapur. Recuerda que estaba tan contento que sus colegas y sus jefes se sorprendían de verlo. Le preguntaban ¿por qué estaba tan feliz? Y cuando conocía nuevos abogados siempre le decían 'hemos escuchado de Ecuador, especialmente de Galápagos, pero nunca hemos conocido a un ecuatoriano, ¿qué tipo de comida les gusta? ¿qué hacen en tú país?'.

Por lo menos, cuando la Tri le ganó al anfitrión, en el debut del Mundial de Fútbol Catar 2022, conocieron algo más de dónde venía. "Para mí eso ha sido interesante, además de aprender en mi trabajo, puedo representar a Ecuador y a Latinoamérica en una industria tan competitiva como es el arbitraje en un país tan importante como Singapur, que digan es el primer ecuatoriano que conozco con seguridad y espero que vengan muchísimos. Siempre bromeo con la gente y les digo que si conocen a un ecuatoriano en Singapur, me avisen para llamarlo y hacernos amigos. Y si con esta entrevista, alguien lee y es abogado en Singapur, que me avise para salir a comer". Sonríe. 

"Me dicen oye: ¿Qué hace un abogado ecuatoriano trabajando en Singapur?  Y esa era la pregunta que me hacía en Canadá, cuando estudiaba la maestría allá, y conocía a un uruguayo, argentino o un chileno y le decía ¿Qué haces trabajando en Canadá como abogado? Además, porque cuando uno es abogado, en teoría, solo puede trabajar en el país donde estudio porque las leyes son diferentes. Entonces, preguntaba ¿Cómo te pueden contratar para ser un abogado ecuatoriano en Singapur? Y es porque en esta área del arbitraje internacional al tratarse de derecho internacional, no necesita tener una ley particular, porque en realidad estos conflictos se resuelven en distintos países del mundo. Las partes pueden decir quiero resolver la disputa en Singapur, París, Nueva York, Londres". 

¿Cuál es el siguiente escalón? "Dentro del mismo equipo del SIAC, hay un puesto de abogado senior, dentro del lugar donde estoy, entonces ese es un poco mi meta, seguir creciendo en la compañía, seguir subiendo escalones, con nuevas y más responsabilidades, tener casos complejos". (I)

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