A unos 90 minutos al sur de Nápoles y de la popular Costa Amalfitana, está la región del Cilento. Aunque recibe menos turistas, es igual de hermosa. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y combina mar, arena y antiguos templos griegos.
Entre el Parque Arqueológico de Paestum y las playas del Mediterráneo, rodeadas de pinares, se levanta el Savoy Hotel & Spa. Es uno de los pocos hoteles en la zona. Está dentro de un parque nacional protegido, donde no permiten construir nuevos alojamientos.
A solo 30 minutos del aeropuerto de Salerno, este hotel familiar forma parte de Preferred Hotels, la cadena hotelera independiente más grande del mundo. Eso asegura una experiencia de lujo. Como la zona no tiene tanta fama como la costa amalfitana, los precios son mucho más accesibles.
El hotel lo fundó Giuseppe Pagano en la década del 80 y hoy lo gestiona la segunda generación de la familia. Justo al lado está el Esplanade Boutique Hotel, un cuatro estrellas que también pertenece a los Pagano.
Alojamiento

Inspirado en la fuerte conexión de la zona con la antigua Grecia, el diseño del Savoy tiene un exterior encalado, columnas de estilo contemporáneo y jardines frondosos.
El vestíbulo impresiona por su tamaño y elegancia. Da la sensación de estar entrando a un hotel mucho más grande, aunque en realidad es un hotel boutique, con apenas 44 habitaciones, suites y villas.
La decoración tiene un aire costero, fresco y retro, con una paleta de rojos, verdes y azules. Los muebles combinan madera y mármol. Hay habitaciones clásicas con baños revestidos en mármol italiano y vista al bosque, otras con terraza, espacio al aire libre y áreas de estar, y suites con baños grandes y terrazas techadas.
Gastronomía

La región del Cilento es la cuna de la verdadera Dieta Mediterránea, basada en alimentos de origen vegetal, grasas saludables y mariscos. En las décadas del 50 y 60, el reconocido cardiólogo Ancel Keys estudió los hábitos alimenticios de la población local para entender los secretos de su longevidad. A partir de esos estudios, describió esta forma de comer como la "Dieta Mediterránea", y provocó un cambio a nivel mundial.
Esa misma lógica está presente en cada plato del hotel. Tienen un huerto propio y colmenas, que alimentan la cocina con productos frescos. Además, la granja y bodega San Salvatore 1988 —propiedad de la familia Pagano y muy cerca del hotel— también abastece con mozzarella de búfala, yogur, aceite de oliva y vino. Todo premiado.

Las propuestas del hotel incluyen el Bistrot Olivella, donde el menú se basa en productos del huerto y recetas tradicionales del Cilento. Para almorzar o cenar junto al mar, el Beach Club 93 es ideal. Está a pocos pasos del hotel, sobre la playa, y sirve mariscos frescos —también crudos— y pizzas hechas por el pizzero de la casa.
Para una comida especial, el Ristorante Tre Olivi, con una estrella Michelin, es la joya gastronómica del hotel. Es un homenaje al olivo y a la Dieta Mediterránea. Desde 2024, está bajo la dirección del chef alemán Oliver Glowig. Vive en Italia hace años y trabajó en lugares como el Grand Hotel Quisisana de Capri con Gualtiero Marchesi, el Capri Palace Hotel & Spa y el Hotel Aldrovandi Villa Borghese en Roma.
La experiencia en Tre Olivi va de la huerta a la mesa. Todo está pensado: los muebles de madera de olivo, los aromas, los sabores. Hay carta y dos menús degustación (desde 160 €), acompañados por vinos del propio viñedo del hotel. Entre los platos destacados de un menú reciente: anchoas con ricotta de búfala, pasta y papas con langosta azul, y pollo con aroma de hojas de higo y anguila ahumada. Las combinaciones que crea el chef Glowig sorprenden y tienen mucho sabor.
Si preferís alojarte frente al mar, el Beach Club 93 del hotel tiene tres villas privadas sobre la playa. Cada una tiene una terraza grande y pileta propia. Para los huéspedes, el club de playa queda a pocos minutos a pie del edificio principal, aunque también se puede ir en el transporte gratuito del hotel.
El club cuenta con una pileta de agua salada con hidromasaje, reposeras bajo sombra, gazebos privados y un bar de playa donde sirven tragos y comidas. La playa es ancha, de arena, y casi no hay gente.
Bienestar

El spa del Hotel Savoy, de diseño elegante, es un refugio de calma ubicado bajo el hotel. Tiene tres piletas a distintas temperaturas, una cueva de sal, una sala de hielo, un hammam turco y un sauna.
Los tratamientos apuntan al bienestar integral. Los masajes se hacen con una mezcla exclusiva de aceite de oliva y el perfume de mora blanca, un aroma típico del Cilento.
El antiguo sitio de Paestum

Después de una expedición a Paestum en 1787, el filósofo alemán Johann Wolfgang Goethe escribió: "Esas ruinas bien conservadas solo se pueden comprender al verlas con los propios ojos". Más tarde, Friedrich Nietzsche dijo: "Es como si un dios hubiera construido acá su casa con enormes bloques de piedra".
Todo el mundo escuchó hablar de Pompeya, la ciudad romana mejor conservada del mundo. Está a una hora del Cilento y vale la pena visitarla. Pero si te alojás en esta región, tenés muy cerca otro sitio arqueológico impresionante, también declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Aunque no tiene la fama de Pompeya, el yacimiento de Paestum es aún más antiguo. Lo fundaron colonos griegos en el siglo VI a. C. y lo llamaron Poseidonia. Después pasó a manos romanas.
En Paestum todavía quedan restos romanos de una ciudad posterior, pero el mayor motivo para visitarlo son sus tres templos griegos completamente intactos. Están entre los mejor conservados del mundo. El más antiguo se construyó hacia el 550 a. C.
Hay mucho para ver, por eso conviene recorrer el sitio con una guía como Silvia Braggio, que ofrece visitas por toda la zona desde los años 90.
Los tres templos, de estilo dórico, están dedicados a Atenea y a Hera —la esposa de Zeus— y se construyeron en un período de 100 años, entre el 550 y el 450 a. C. Dos de ellos, los de Hera, se pueden recorrer por dentro sin ningún tipo de restricción.
Rodeada de un paisaje imponente y cerca del mar, Paestum también tiene el Museo Arqueológico Nacional. Allí se exhiben objetos funerarios, vasijas y otros hallazgos encontrados en la ciudad, en las necrópolis cercanas y en el santuario dedicado a Hera.
Una de las piezas más sorprendentes del museo es la "Tumba del Buceador", una tumba griega pintada del año 480 a. C. A diferencia de la mayoría de las tumbas de la época, que eran simples, esta tiene frescos coloridos tanto en las paredes interiores como en la tapa. Muestra escenas de la vida griega, y en uno de los extremos aparece un hombre lanzándose al agua. Se cree que esa imagen representa el paso del alma hacia el más allá.
Es el único ejemplo conocido de pintura funeraria griega de ese período.
Cómo llegar
British Airways acaba de sumar una ruta estacional con tres vuelos directos por semana desde Londres Gatwick a Salerno. Operan de mayo a octubre, los lunes, jueves y sábados. También hay vuelos diarios desde Londres al Aeropuerto Internacional de Nápoles durante todo el año. Desde allí, el Cilento queda a unos 90 minutos.
Nota publicada por Forbes US