Forbes Ecuador
31 Octubre de 2025 06.35

Pilar Rincón

El Calafate en tres días: qué hacer, dónde alojarse y cómo vivir la Patagonia en clave de lujo

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Desde los imponentes glaciares hasta el turismo rural premium, la naturaleza y la gastronomía patagónica: una guía curada para disfrutar -y no perderse nada- de uno de los destinos más atractivos del sur argentino.

A orillas del Lago Argentino, El Calafate se consolida como uno de los destinos más atractivos del sur. Fundada en 1927 como un pequeño puesto de correos, la ciudad pasó de ser escala de exploradores a convertirse en el punto de partida del turismo de alta gama en la región: hoy, el corazón de la Patagonia es también un punto de encuentro entre aventura y confort.

En tres días bien planificados se puede combinar lo mejor del destino: glaciares, estancias rurales y gastronomía. Este itinerario propone una manera posible -y comprobada- de vivir El Calafate en clave premium, con experiencias seleccionadas que equilibran naturaleza, descanso y lo mejor de la cocina patagónica.

Cómo llegar y dónde instalarse

Llegar al "fin del mundo" es más simple de lo que suena. Desde Buenos Aires parten vuelos diarios de Aerolíneas Argentinas, Flybondi y Jetsmart que aterrizan en el Aeropuerto Internacional Comandante Armando Tola luego de unas tres horas de viaje.

En esta temporada, Flybondi amplió su operación hacia el sur, con un incremento del 300% en sus frecuencias entre Buenos Aires y El Calafate -de 4 a 16 vuelos semanales- y nuevas rutas que mejoran la conectividad entre destinos patagónicos, permitiendo viajar sin pasar por Buenos Aires. A partir del 10 de diciembre se suma la conexión Córdoba-El Calafate, con vuelos los lunes y viernes y tickets desde $99.999 por tramo. Además, la aerolínea mantiene su ruta El Calafate-Ushuaia, que contará con cinco vuelos semanales durante el verano.

Esplendor by Wyndham El Calafate, el primer hotel boutique de la región, con vistas al lago y al cordón de montaña
Esplendor by Wyndham El Calafate. El primer hotel boutique de la región, con vistas al lago y al cordón de montaña, funciona como base ideal para recorrer la zona.

El arribo a El Calafate ya impone un cambio de ritmo: aire seco y esa sensación de estar lejos de todo, incluso del tiempo y la vorágine diaria. A pocos minutos del centro se encuentra Esplendor by Wyndham El Calafate, el primer hotel boutique de la región y una de las propiedades insignia de Turismo Doss, un grupo hotelero con 20 años de historia que hizo de El Calafate -con este emprendimiento y la estancia Cruz Aike- una de sus apuestas más fuertes en turismo de lujo.

Con vistas al lago y al cordón de montañas, el hotel cuenta con spa, piscina climatizada y un bar con vista panorámica al Lago Argentino, ideal para ver el atardecer después de las excursiones. Su restaurante El Glaciar y el bar del hotel ofrecen cocina de producto local y opciones más informales para disfrutar durante todo el día, sin necesidad de salir del hotel. 

Otro diferencial es que Esplendor by Wyndham El Calafate funciona además como base ideal para recorrer la zona: desde allí parten las excursiones al Parque Nacional Los Glaciares, las estancias rurales y los circuitos gastronómicos que definen la identidad del sur patagónico.

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Parque Nacional Los Glaciares. Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1981, protege una de las mayores reservas de agua dulce del planeta y alberga los glaciares Perito Moreno, Upsala y Spegazzini.

Día 1: Glaciares, fuego y estrellas

El primer día puede empezar con la parada inevitable: el Glaciar Perito Moreno, a menos de 80 kilómetros del centro. El camino atraviesa el Parque Nacional Los Glaciares y termina en las pasarelas que permiten ver, casi frente a frente, una de las pocas masas de hielo del mundo que aún avanza. El sonido de los desprendimientos y el cambio constante de luz sobre el frente del glaciar justifican por sí solos el viaje.

De regreso al hotel, la tarde invita al descanso o a disfrutar la vista del Lago Argentino desde la piscina cubierta de Esplendor by Wyndham El Calafate. "Quienes nos visitan descubren mucho más que un alojamiento: viven una experiencia profundamente conectada con la naturaleza y la identidad patagónica. Cada espacio del hotel fue pensado para transmitir calma, inspiración y una sensación única de estar frente a uno de los paisajes más imponentes del mundo", explica Mauro Pestoni, Gerente General del hotel. 

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Estancia Cruz Aike. Es uno de los proyectos emergentes en la región: permite conocer la vida rural del sur desde adentro, y en clave alta gama.

La cena propone un cambio de escenario: Estancia Cruz Aike, a 57 kilómetros de El Calafate, en plena Cuesta de Míguez. También propiedad de Turismo Doss, combina producción ovina y cocina al fuego en un entorno de 18.000 hectáreas de estepa patagónica. La estancia mantiene su actividad ganadera -con más de 3.500 ovejas- y al mismo tiempo abre sus puertas a grupos de visitantes interesados en conocer la vida rural del sur desde adentro, y en clave alta gama.

El espacio conserva el espíritu de las casas de campo patagónicas de principios del siglo XX, con objetos originales y un salón vidriado que se abre a la inmensidad de la estepa. La experiencia comienza con una breve caminata de bienvenida y un recorrido por la estancia, antes de pasar al menú de fuego de tres tiempos, donde el cordero patagónico, los vegetales de estación y los panes caseros se preparan a la vista, sobre brasas, en un entorno íntimo y cálido.

Cuando cae la noche, llega el turno de Manke, la propuesta de astroturismo que invita a mirar el cielo desde otra perspectiva. En un ambiente sin contaminación lumínica, los visitantes observan las constelaciones del hemisferio sur guiados por especialistas.

Día 2: Caminar sobre el hielo

El segundo día se puede destinar a una de las experiencias más emblemáticas del destino: la excursión Hielo y Aventura, que permite caminar sobre la superficie del Perito Moreno. La salida comienza temprano, con navegación por el Brazo Rico del Lago Argentino y una caminata guiada sobre el hielo, con crampones y vistas únicas del glaciar.

El recorrido, de dificultad media, permite adentrarse en grietas, túneles y formaciones naturales. La jornada finaliza con un infaltable: un vaso de whisky servido con hielo glaciar. Un cierre simbólico que resume el equilibrio entre aventura y disfrute que caracteriza al turismo en esta zona.

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Hielo y aventura. Una experiencia que permite caminar sobre el glaciar y descubrir, paso a paso, los matices de una de las masas de hielo más impresionantes del mundo.

Día 3: Navegación, historia... y la posibilidad de despertar frente al hielo

El último día es ideal para combinar naturaleza, historia y gastronomía. Desde el puerto de Punta Bandera parte la navegación hacia el Brazo Norte del Lago Argentino, entre témpanos desprendidos del glaciar Upsala. El destino es Estancia Cristina, fundada en 1914 por una familia inglesa y hoy convertida en uno de los circuitos más completos del Parque Nacional Los Glaciares.

Una de sus singularidades: es el único lugar con acceso terrestre exclusivo al mirador del glaciar Upsala, así como con acceso privado al Lago Argentino, lo que la vuelve privilegiada dentro del parque. Si el viajero elige quedarse allí, el lodge cuenta con 20 habitaciones distribuidas en cinco casas, con ventanales panorámicos hacia el valle glaciar y un programa todo incluido (comidas, bebidas no alcohólicas y excursiones).

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Estancia Cristina. Las actividades pueden incluir caminatas hasta el mirador de Upsala, travesías en 4×4 por antiguos valles o visitas guiadas al casco histórico, con objetos que remontan a las primeras décadas de la estancia.

El almuerzo, centrado en productos locales, complementa la estancia antes del regreso a El Calafate, aunque quien haya elegido pernoctar allí podrá despertar con sonidos del hielo, abrir la ventana hacia el glaciar y prolongar esta sensación única hasta el último aliento del viaje.

Tips para un viaje premium a El Calafate

Cuándo ir. La temporada alta se extiende de septiembre a abril. En verano, los días son más largos y las excursiones operan a pleno; en primavera y otoño, los paisajes cambian de color y hay menos visitantes.

Cómo llegar. Desde Buenos Aires hay vuelos directos diarios de Aerolíneas Argentinas, Flybondi y Jetsmart al Aeropuerto Internacional Comandante Armando Tola. El trayecto dura alrededor de tres horas.

Qué llevar. Ropa térmica, campera impermeable, calzado de trekking y lentes de sol. Aunque el viaje tenga foco en el confort, la Patagonia impone su propio código: práctico, sobrio y preparado para el viento.

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Esplendor by Wyndham El Calafate. En tres días bien planificados se puede combinar lo mejor del destino: glaciares, relax, estancias rurales y gastronomía patagónica. 

Reservas anticipadas. Las excursiones más exclusivas -como la cena y observación astronómica en Cruz Aike, caminata sobre el glaciar con Hielo y Aventura y navegación a Estancia Cristina- suelen requerir reserva con varias semanas de anticipación, sobre todo en temporada alta.

Bonus gastronómico. Probar el cordero patagónico, plato emblemático de la zona. La Tablita, a pocas cuadras del centro comercial de El Calafate, es un restaurante que nació en 1968 y se convirtió en una referencia obligada para disfrutarlo. También vale la pena visitar MAKO - Fuegos y Vinos, otro referente local que trabaja en clave farm-to-table bajo la cocina de Matías Villalba. Ofrece menús de degustación (3/5/7 pasos) con maridajes a medida y una cava de más de 200 etiquetas.
 

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