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Restaurante Kuboi Quito - Ecuador
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Alexandra Caro y Erick Mier son los propietarios de un restaurante muy particular y divertido. Kibou trajo a Ecuador el concepto kaitenzushi con una inversión de US$ 75.000. Su meta a largo plazo es que el sushi gire por todo el país.

01 Septiembre de 2023 13.20

Visitar la esencia de Akihabara, el corazón de Tokio, ya es posible en Quito. Hace siete días Kibou abrió sus puertas con una propuesta de kaitenzushi, única en la ciudad. El equipo de Forbes Ecuador visitó sus instalaciones para constatar por qué las redes sociales no dejan de hablar de este nuevo concepto. ¡Y es inconfundible!

Nos encontramos con muchas luces y mucho color. El espacio es pequeño, propio de un emprendimiento que está apostando por el país y por traer cosas nuevas. Tiene capacidad para 20 personas en el interior y ocho en el exterior. Apenas ingresamos saludamos a BlueBot, un robot mesero importado desde China. Tiene algunas funciones, pero la más importante es entregar mochis, un pastel japonés realizado en base a granos de arroz. Se pasea con mucha soltura por todas las mesas, que están distribuidas para que pueda transitar sin problema y sobre todo para que los comensales puedan tomar los platos de la banda transportadora, el eje central del restaurante.

Nos recibió Alexandra Caro, quien inició este sueño con su esposo Erick Mier. Nació en Colombia y llegó al país hace cuatro años para trabajar en una empresa nacional. Es bacterióloga de profesión, especialista en gerencia comercial y estrategia de ventas. Toda su vida estuvo vinculada a compañías que distribuyen reactivos y equipos de laboratorio clínico. Sin embargo, con la llegada de su hija tuvo que despedirse de esto. “Conocí a quien sería mi esposo y quedé embarazada. Tuve una gestación complicada y de alto riesgo, por lo que tuve que dejar mi trabajo. Con esta situación, tratamos de emprender sin éxito. En uno de los controles médicos, en Colombia, vimos un restaurante con esta temática y dijimos por qué no”.

Restaurante Kuboi Quito - Ecuador
Fotos: Pavel Calahorrano Betancourt

Así nació la idea de traer esto a Ecuador. Hace un año comenzaron con los preparativos, realizaron un estudio de mercado, analizaron otros países como México, Brasil, Japón y Canadá. Armaron un plan de negocio y se lanzaron al agua. “Buscamos un lugar céntrico que no tenga este tipo de comida a sus alrededores y -después de dormir a nuestra nena- conversábamos sobre cómo vamos a conseguir el dinero o cómo será la decoración”.

Sin duda lo hicieron muy bien. Kibou significa esperanza en español y era lo único que necesitaban, de acuerdo con Caro, de 43 años. El local tiene un samurái en el techo, rodeado de carteles “colorinches” en japonés que dicen: bienvenido, gracias, buen provecho. Luces de neón cuelgan del tumbado y los espejos no podían faltar. También, cuenta con un espacio destinado para videojuegos (como debía ser) y en las paredes hay imágenes de animes famosos.

“Encontramos unos arquitectos que captaron la idea y creyeron en nosotros. Fueron dos meses de diseño y el reto más grande fue conseguir la banda transportadora. Vimos algunos proveedores en México, pero encontramos un ingeniero mecánico ecuatoriano que se arriesgó a construir una propia para nosotros”. Este es el core del negocio. La comida gira en la banda y durante una hora puedes consumir todo lo que quieras. Este concepto apareció en Osaka en la década de los 50's y es un equivalente a la comida rápida de pescado crudo.

Para aquellos que no les gusta el “all you can eat” pueden solicitar platos a la carta. “El chef Hugo Herrera nos ayudó a crear el menú y nos asesora con la comida”. Su apuesta es ambiciosa y todo el ambiente, la música, el olor… crean un complemento perfecto. El sueño de estos emprendedores es expandirse a otros puntos de la ciudad y del país. Gracias a la gran afluencia han contratado a más personal y hoy tienen un equipo de seis personas. Las meseras usan trajes típicos y todo lo que brilla tiene su magia, hasta el baño es perfecto para tomarte una foto y subir a Instagram.

Su monto de inversión fue de US$ 75.000 dólares. En unas semanas extenderán los horarios de atención para mejorar la experiencia de sus clientes, amantes de esta cultura. (I)

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