En junio de este año, decidió que estaba lista para cumplir otro de sus sueños y empezó a buscar opciones para estudiar una maestría que abarcara todo lo que implica la industria de la moda. Su primera opción fue el Istituto Marangoni, cuya sede principal está en Milán, Italia. Empezó a investigar, sabía que era casi imposible, pero estaba dispuesta luchar hasta el final, como lo hizo cuando hace 17 años casi fallece en un accidente de tránsito cuando con sus compañeros del colegio festejaban su último año de bachillerato. Ella sufrió un fuerte golpe en el cerebro, fue revivida por los paramédicos con electroshocks y sometida a múltiples cirugías, los doctores decían que si pasaba la primera noche sería un milagro. El primer milagro pasó, Cordovez seguía viva y luchando. Pasó 23 días en coma, dos meses hospitalizada y varios años de duras terapias de recuperación.
“Justo el rato que estaba investigando, salió el primer aviso de que se abrían las maestrías y posibilidades de conseguir una beca en el Istituto Marangoni, solo se otorgan dos becas del 50 % por ciclo de estudio y era justo lo que yo necesitaba para mi sueño, estaba hecha a mi medida”.
Luego de un engorroso trámite de aplicación que la tenía con los nervios de punta, la anhelada respuesta llegó. Había sido aceptada para estudiar Global Master for lluxury bussiness profesiónals y Polimi graduate school of Management. La maestría es semipresencial, lo que se ajusta a las necesidades y deseos de la diseñadora ecuatoriana. Clases en línea y presenciales las cursará en tres ciudades europeas a las que tendrá que viajar por 10 días cada vez en diferentes períodos: Milán en noviembre, Paris en marzo y Londres en junio.
Las clases en línea empezaron a finales de septiembre y este viernes 4 de noviembre emprendió vuelo hacia Milán en Italia, ahí pasará una semana visitando industrias y diferentes sectores relacionados con la industria de la moda. La maestría dura en total año y medio, mientras los últimos seis meses serán dedicados al proyecto final.
En los últimos 15 años, Cordovez ha vendido cerca de 1.000 joyas en Ecuador, Colombia y EE.UU. elaboradas en oro y plata, combinadas con piedras semipreciosas, joyas con poder, sofisticadas que atraen, no solo por su belleza, sino también por su esencia. Cada pieza ha sido un reto, su deseo de ser joyera fue una parte clave de su recuperación. “Una de las primeras joyas que hice tiene mi mami, años después me enteré de que ella había comprado el anillo en una exposición que hice con mis compañeras de clase. Para nosotras es muy importante y valioso por lo duro que fue hacerlo, es plata con tres piedras semi preciosas. En sus colecciones también utiliza como materia prima elementos de computadoras y celulares.
Su esfuerzo por hacer joyería sostenible ha sido reconocido. En 2017 estuvo entre los mejores proyectos de Manejo de Residuos Sólidos del Premio Latinoamérica Verde. En 2019 participó en la categoría consumo responsable y este año fue incluida en la categoría Economía Circular. María José Cordovez quiere volar lo más lejos posible, no tiene claro cuál será el siguiente paso en su vida profesional, pero está segura que un montón de puertas se le abrirán en un futuro cercano. (I)