Trabajó 26 años en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y los últimos cuatro se desempeñó como representante en Ecuador. Juan Carlos De la Hoz inició su trayectoria en el multilateral en Washington, enfocado en temas sociales. Luego fue a México como jefe de operaciones, pasó a Brasil donde, según explica el reto fue canalizar los recursos directos a las ciudades y el trabajo se cumple con una visión territorial. Barbados fue un nuevo destino. En cada uno de esos países De la Hoz se forjó en el manejo de recursos destinados al desarrollo.
En Ecuador lideró el relacionamiento del BID con clientes en el sector público y privado a fin de apoyar al desarrollo de estrategias y proyectos que fortalezcan a las instituciones, construyan resiliencia y promuevan estabilidad social. El 29 de agosto de 2025, en una entrevista concedida en su último día como representante del BID, este colombiano nacido en 1965 conversó con Forbes Ecuador para analizar un balance de su gestión en el país.
¿Cómo evalúa sus cuatro años en Ecuador?
Ha sido muy satisfactorio y muy exitoso para el Grupo BID y para mí, en lo personal. Nos ha tocado una época, no solo en Ecuador, turbulenta, con cambios políticos, con incertidumbres económicas y el BID está en un proceso al que llamamos de impact plus, de aumento del impacto, porque estamos elevando el capital de la parte de financiamiento privado, es un aumento importante. También hay un incremento de la capacidad de colocación de la parte pública y creo que los ciudadanos esperan que el aumento de financiamiento venga con mayor impacto, que podamos rendir mejores cuentas y que se mejore la vida de la gente.
¿Cuánto ha crecido el financiamiento que canaliza el BID?
En el caso del financiamiento privado, el trabajo de BID Invest comenzó en 2016 y yo creo que en esa época no se colocaban más de US$ 2 billones y ahora estaremos llegando a los US$ 10 billones, en toda la región. Casi se ha quintuplicado la colocación. Pero no es un tema de monto, que sí es importante, se trata más de influencia, de la capacidad de generar resultados e impacto. Creo que a los ciudadanos les interesa que exista financiamiento, que el valor del dinero invertido se note en la vida de la gente.
¿Por dónde se están moviendo todos estos recursos, todo ese capital que llega a través del BID aquí en el país?
Hemos sido pioneros en el tema de energía. Y siempre alguien podría decir, 'bueno, pero hubo apagones el año pasado'. Quizás habría sido peor sin todo lo que se ha invertido en el país; somos el principal financiador en redes de transmisión, en subestaciones, en repotenciación de plantas que estaban con problemas. El país ha mejorado su capacidad de transmisión y se ha cambiado la regulación, por eso ahora se permite más inversión del sector privado, porque ningún país tiene la capacidad de inversión pública para todo lo que se necesita. Ahora la regulación también permite inversión en transmisión y hemos innovado con una garantía que se aprobó recientemente para facilitar que se inviertan más o menos un billón de dólares de operadores privados para generar 800 megavatios. Eso debería entrar a la red en unos dos años, máximo tres. Es el primer paso y creemos que el Gobierno va a sacar otras subastas para generación fotovoltaica, eólica, de pronto algunas pequeñas hidroeléctricas y todas partirán de la innovación de tener una garantía pública, que nunca se había hecho, para facilitar la inversión privada en energía renovable o no convencional.
¿En qué otros sectores han canalizado recursos?
Están los canjes de deuda con la Corporación Financiera de Desarrollo Internacional de los Estados Unidos (DFC por sus siglas en inglés) y otros bancos y aliados como The Natural Conservancy, que tiene la novedad que aprovecha la biodiversidad del país, es un activo natural. Esto permite generar una transacción financiera que disminuye el stock de deuda del país y los recursos van a ir específicamente a temas que tienen indicadores como conservación de océanos, conservación de especies marinas y, en el caso del biocorredor amazónico, conservación de bosques y de agua.
¿En la experiencia del BID hay proyectos que se asemejen a esos casos?
Solamente uno, en Barbados. De hecho, yo era representante allá cuando se empezó esta idea, esta discusión. Tienes agua, tienes océanos, creo que hay un interés general en conservarlos y es una manera de transformar la conservación en una transacción que le permite al país disminuir su deuda y esos ahorros dedicarlos a conservación, lo que se llama la conversión de deuda por naturaleza.
¿Qué se dice de Ecuador en las reuniones del BID? ¿Cómo nos miran?
Que está haciendo algunas reformas que son importantes. Existe preocupación por el tema de seguridad claramente y eso genera preguntas, pero lo más interesante es que nos preguntamos cómo ayudar. Nosotros no podemos ayudar con compra de armamentos, ni en el combate directo, entonces se dio también una innovación porque es la primera vez en la historia del BID en que hemos tenido un préstamo para prevención del tema de flujos financieros ilícitos, en crear centros de convivencia y paz para que se prevenga el tema del reclutamiento de jóvenes. También hay un componente grande de la unidad de inteligencia financiera de la Unidad de Análisis Financiero y Económico (UAFE) para darle más capacidad y poder rastrear por dónde están entrando los flujos ilícitos. Entonces, eso es pionero.
¿Puede ser que esta experiencia en Ecuador se la replique en otros países?
Sin duda. Hace un año, por ejemplo, hubo una cumbre de seguridad en Guayaquil. Ecuador tomó el liderazgo en una discusión basada en que el crimen es transnacional y que las soluciones tienen una connotación regional. A esa cumbre vinieron los ministros del interior de casi todos los países y se creó una alianza para el desarrollo y la seguridad que sigue operando La primera reunión fue el año pasado en Barbados y lo que busca es darle continuidad a la discusión sobre el crimen transnacional. Nos pareció estupendo que Ecuador tomara la presidencia pro tempore inicial y la alianza sigue en funcionamiento. Eso se convierte en una articulación entre los países.
¿Cuáles son los nuevos proyectos del BID en Ecuador?
Un gran rezago de la región es que los países no crecen. Entonces, sin crecimiento es difícil generar más empleo, más estabilidad, seguridad y entonces cada cierto tiempo tienes una crisis fiscal. Entonces le hemos propuesto al Gobierno una agenda de crecimiento para encontrar los factores que realmente detonan el crecimiento y cuáles son los cuellos de botella sectoriales y transversales. Estamos trabajando, con el liderazgo del Ministerio de Economía, con Producción y con la Secretaría de Planificación, para con el sector privado, la academia y la sociedad civil identificar cinco, siete, ocho temas y crear algunas mesas para tener una hoja de ruta, con expectativas de acciones cada año, durante los próximos 15 años.
¿Qué hacer y cuándo? ¿Qué recomienda usted?
Hay que mejorar la habilidad para que las empresas puedan venir e invertir. Estamos trabajando con el Ministerio de Producción en una ventanilla única de inversión, para que el inversionista pueda abrir una empresa rápido, que sepa cuál es la regulación nacional, sepa cuáles son los permisos y que haya una sola ventanilla para que pueda resolver los trámites. Hay otros ejemplos para mejorar la regulación para inversión en energía o inversión en otros sectores. Entonces, la idea es tener un catálogo y de cosas que sean viables. Hay mucha normativa secundaria que se puede hacer desde los ministerios con acuerdos o con el propio presidente y eso es un acuerdo entre expertos, que genera crecimiento y crea un horizonte de cuánto puede crecer el país.
¿Cuáles fueron dos o tres momentos cruciales en la gestión de BID en Ecuador?
Creo que cuando se hizo la cumbre de seguridad en Guayaquil mucha gente afuera estaba muy ansiosa porque había una crisis de seguridad y además una sensación de inseguridad que no había en el país hace 10 años. Significó poder convocar a los ministros de la región y que esa cumbre pudiera dar pie a esta alianza regional liderada por Ecuador. También fue importante cuando se aprobó el primer canje de deuda para Galápagos, porque se abrió una posibilidad de contar con recursos crecientes para temas de mantener la biodiversidad, la conservación durante 20 años. Como son temas tan innovadores, a veces toma más tiempo. Y otro tema fue aprobar la garantía para la inversión privada de energía, especialmente ante la crisis del año pasado por el estiaje, por la sequía y cómo buscar una forma en que el país tenga resiliencia energética y además que se pueda conectar mejor. (I)