David Paredes Periodista
Ezequiel Bonilla y su esposa, Nancy Manjarrés, construyeron una empresa modesta en 1980. Unieron sus apellidos y crearon la marca Boman. Él era sastre empírico y ella era artesana. Entre ambos confeccionaban ropa casual en la sala de su casa, en el centro de Ambato. Con una máquina de coser y una visión emprendedora, armaron una red de distribución con sus amigos y familiares.
Sus chompas, pantalones y camisas se vendían en tiendas pequeñas de la capital de Tungurahua. La moda deportiva era ajena a su portafolio de productos. De vez en cuando se arriesgaban a crear uniformes para equipos barriales.
En su fábrica, en el sur de Ambato, se confeccionaban uniformes con diseños de otras marcas deportivas. Así conocieron a proveedores, textiles especializados y materias primas. Se metieron de lleno en el diseño gráfico y de modas. También se maquilaba productos de otras empresas de ropa casual.
En 2013 la segunda generación se hizo cargo de la empresa. Se arriesgaron a explorar un mercado que, hasta entonces, estaba dominado en el país por una sola empresa. Así se dedicaron al diseño y confección de indumentaria deportiva para equipos de fútbol profesional. Cambió de nombre a Boman Sports, que en 2024 registró ingresos por US$ 6 millones.
En ese mismo año, adquirieron los derechos de la marca italiana Reusch y salieron al mercado con sus propios diseños. El primer club de fútbol en vestir fue el Deportivo Quevedo.
Santiago Bonilla, el mayor de los hijos, se involucró en el fútbol. Se graduó como licenciado en Educación Física y, en 1998, fue el preparador físico del equipo de primera de Técnico Universitario. Ahora, es el gerente de la planta que instalaron en Cúcuta, ciudad fronteriza entre Colombia y Venezuela.
Diego, el segundo de los cuatro hermanos y gerente general de la firma, asegura que con Santiago en el fútbol profesional, descubrieron el negocio de las indumentarias deportivas. "Conocimos cuáles son los pormenores y las necesidades de un equipo de primera (...) Rompimos el monopolio con diseños personalizados y calidad en nuestras prendas. Nos codeamos con marcas como Adidas, Puma, Lotto y Umbro",
Actualmente, la empresa tiene representación en Ecuador, Colombia y Venezuela. Cuenta con dos plantas de producción y una satélite. Viste a 14 clubes profesionales en la región y emplea a 111 colaboradores entre los tres países.
En Ecuador tiene 15 tiendas en Quito, Guayaquil, Cuenca, Loja, Latacunga, Ambato, Riobamba, Guaranda y Portoviejo. En Colombia está en Cúcuta, Neiva y Manizales. Sus fundadores fallecieron entre 2020 y 2021.
Han vestido a Macará, Técnico Universitario, Olmedo, Delfín, Liga de Portoviejo, Fuerza Amarilla, Deportivo Quito, Mushuc Runa y Gualaceo SC. También diseñaron la indumentaria de equipos de baloncesto de la Liga Nacional.
La segunda planta la montaron en Colombia
En 2023 cruzaron la frontera con una propuesta diferente para el mercado colombiano. Los hermanos Bonilla se reunieron con la dirigencia del Cúcuta Deportivo, un club centenario de ese país, y presentaron un catálogo completo de 53 prendas.
"Empezamos a vender las chaquetas, las pantalonetas de juego, las bermudas y camisetas de concentración, la indumentaria de entrenamiento, la chompa de frío y de lluvia, y la maleta. Hicimos souvenirs como latas de cerveza, jarros personalizados y cuadernos. La innovación nos permitió entrar a ese mercado", dice orgulloso el empresario ambateño.
Las ganancias les permitieron montar una planta de producción y distribución en Colombia. Invirtieron US$ 1 millón en infraestructura y maquinaria en el segundo semestre de 2023. Ahora también cuentan con una planta satélite instalada en Manizales.
En ese país visten a cinco equipos: Cúcuta Deportivo, Deportivo Pasto, Atlético Huila, Once Caldas y Deportes Quindío.
Las telas son importadas desde Brasil. "Antes de sacar una colección diseñamos nuestras telas con tramas y alto relieve. Con esos detalles enviamos a Brasil y de allá nos mandan esa materia prima".
Este ejecutivo explica que la venta de camisetas depende del momento que vive el club en el campeonato. Si es protagonista, elaboran hasta cinco tandas que se confeccionan con 3.500 metros de tela cada una. Cada lote produce hasta 4.800 unidades. Esto sin contar las ediciones especiales.
En Venezuela visten a cuatro equipos
Su paso en Colombia hizo que equipos de Venezuela se interesaran por Boman Sports. En ese país visten, desde 2024, a Deportivo Anzoátegui, Portuguesa FC, Real Frontera y Deportivo Táchira. Este último es el que cuenta con más hinchada en ese país.
La empresa ambateña invirtió US$ 250.000 para auspiciar al Táchira y tener la licencia de marca por una temporada. Esto les da libertad creativa para diseñar y proponer merchandising.
"Lo de Táchira es un caso de estudio. Es la experiencia más linda que hemos tenido, porque hemos mandado camisetas hasta Indonesia. Hay venezolanos en todo el mundo. Es la primera vez que vendemos camisetas a casi todos los continentes".
Con este mismo equipo entraron en el mercado con una oferta diferente. Le ofrecieron al hincha la oportunidad de adquirir todas las prendas que utilizan los futbolistas. A eso le agregaron prendas exclusivas como pijamas y sacos navideños. Abrieron la tienda Aurinegra física y online.
Las camisetas y el resto del catálogo se diseñan en Ambato. Para el proceso creativo conversan con los directivos, visitan las ciudades sede y recogen íconos e historias. Toda esa investigación la trasladan a la tela y a los detalles que decoran la indumentaria.
Para Colombia y Venezuela, las prendas se maquilan en la planta de Cúcuta. Se instalaron ahí como punto estratégico para atender esos dos mercados.
Bonilla aseguró a Forbes Ecuador que, en 2026, tendrán un nuevo club de Medellín. Además, entrarán a Centroamérica, una vez que firmaron acuerdos con tres equipos de la Liga de Fútbol de República Dominicana.
"En Boman Sports tenemos pasión y las cosas las hacemos con amor. Cada prenda es hecha con el cariño y el cuidado que requieren las instituciones deportivas. Tienen lo que pretenden de nosotros". (I)