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Felipe Fiallo
Negocios
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El quiteño Felipe Fiallo vive en Italia. Piensa, crea y diseña productos sostenibles. Su portafolio incluye trabajos con Stella McCartney, Salvatore Ferragamo, Adidas y otras marcas globales. También lanzó una colección de zapatos físicos NFT.

24 Mayo de 2023 10.22

En la cédula de identidad, su nombre completo es Juan Felipe Enríquez Fiallo, pero en el mundo del diseño se llama Felipe Fiallo. Tiene 38 años, nació en Quito y en su niñez se mudó a Ibarra donde descubrió un talento para crear objetos. Luego de la secundaria estudió en Chile y allá diseñó un dron para la autoridad aeronáutica de ese país; emprendió en Ecuador, investiga de manera permanente y ahora es un crack del diseño de lujo en Italia.

Carismático, fan del buen café ecuatoriano y con las ideas claras, Fiallo se define como un diseñador-inventor-hacedor-investigador. Tiene 38 años y hoy en día estuvo radicado en Florencia, pero ahora vive en Milán, Italia, donde tiene como meta reinventar el diseño "made in Italy" utilizando materiales innovadores y sostenibles. "La industria en general tiene un gran desafío ante los pedidos del mercado. Hoy existe mucho discurso sostenible, pero pocos hechos de verdad. Por eso busco redefinir el lujo, generar una propuesta de valor fusionando biología, fabricación digital y el diseño de lujo". Fiallo compartió su experiencia y trayectoria durante una visita a Quito, en agosto pasado.

Conectar con él no fue complicado. El ecosistema emprendedor ecuatoriano se mueve rápido y un emprendedor siempre nos conecta con otro, y este con uno nuevo. Es un círculo virtuoso. La entrevista se concretó con unos pocos mensajes de WhatsApp. La primera pregunta cayó de manera espontánea: ¿Cómo era el niño que hoy es un diseñador de lujo?

"Nací en Quito y con mi familia nos mudamos a Ibarra cuando era niño. Siempre fui curioso, recolectaba insectos y un día, a manera de juego, empecé a elaborar velas de manera artesanal en casa. Mi mamá me hizo propaganda entre la familia y las amistades, y así tuve mi primer negocio, que se llamó Jalem Candles. Los moldes que usaba eran empaques plásticos, otros de metal, incluso escapes de autos. El juego se hizo algo más serio y aprendí sobre sistemas de enfriamiento. Llegaba del colegio y hacía las velas, con un receso para entrenar tenis. Tenía 13 años, aprendí a crear y me encantaba. Además, tuve una mini cadena de proveedores en el barrio y los clientes estaban en Ibarra, Quito, Guayaquil y Ambato. Lo más grave que me pasó fue una quemadura en las manos, pero nada más".

Jalem Candles operó hasta que Fiallo cumplió 17 años y se graduó del colegio. Se fue para Alemania y allá se enamoró del diseño de productos. "Vivía en Duisburg, cerca de Düsseldorf, y en la escuela supieron de mi gusto por el diseño y pude hacer una pasantía en un estudio de diseño". En esa misma temporada viajó a Dinamarca y conoció un par de fábricas de velas danesas, donde aprendió nuevos procesos que lo llevaron de regreso a su amor por las velas. "Elaboré algunas que vendía a familias alemanas en especial y me dejaban un ingreso".

Esa estadía en Alemania fue una primera aproximación de Fiallo con el Viejo Continente. En 2003 regresó a Ecuador y enseguida viajó a Chile, donde empezó a darle forma a su sueño de ser un diseñador de productos. "Quería formarme para apoyar al país. Estudié Diseño Industrial en la Universidad de Chile y me gradué con un proyecto de un avión no tripulado".

La historia de cómo Fiallo pensó en un dron está llena de anécdotas. En resumen, se puede decir que este ecuatoriano siempre se ha interesado por el uso de nuevos materiales y en trabajar entre los límites que separan la artesanía de la tecnología. "Sabía de materiales como la fibra de abacá. Pero mis profesores me dijeron que yo no estudiaba para ingeniero de materiales, sino para ser diseñador industrial y que querían ver mi producto". Una serie de hechos lo llevaron a la Facultad de Ingeniería Aeroespacial en la Universidad de Concepción. "Allí pensé en un avión no tripulado y la idea le encantó al director de mi tesis. Me facilitaron los materiales y con ese proyecto me gradué. De una clase de más de 100 alumnos solo nos graduamos dos".

El prototipo del avión no tripulado medía 2,20 metros de largo, se llamó Giant 5 y captó la atención de la Empresa Nacional de Aeronáutica de Chile. "Me llamaron para que trabajara con ellos y en principio acepté, pero luego decliné su propuesta. Sentía la necesidad de volver a Ecuador tras una larga temporada alejado de mi tierra". Fiallo había pasado del diseño de velas al mundo aeronáutico. Y estaban por venir más logros.

Durante la entrevista Fiallo muestra en su laptop algunos de sus trabajos. Fotografías y videos acompañan las explicaciones detalladas y precisas; se nota que está contento. También se toma su tiempo para hablar de los reconocimientos logrados. Uno de ellos viene de la publicación ícono de la moda: Vogue. Esta revista-institución lo catalogó en 2020 como Talento Vogue y el año pasado destacó uno de sus diseños de calzado como un 'top sustainable sneaker'.

Tras la experiencia en Chile, Fiallo se llenó de valor y fundó en Quito Reino Studios, una empresa de servicios de diseño y experimentación de materiales. Así empezaba una nueva etapa, con dos socios. "Diseño de mobiliario y marketing eran algunos de los servicios. Al mismo tiempo, necesitaba encontrar un propósito y empecé a entender que en Ecuador se podía alcanzar la calidad". Además, tuvo la oportunidad de investigar sobre el mundo de los artesanos ecuatorianos y conoció a personajes clave que fueron llenando su espíritu, siempre conectado con materiales naturales y tecnologías de punta. Uno de esos inspiradores fue Marcelo León, un joyero que le mostró el camino hacia el diseño de productos de lujo, con materiales naturales. "En ese momento dije quiero diseñar accesorios de lujo. Cerré Reino Studios y en 2018 hice mi maestría en el Istituto Marangoni, en Italia. A partir de allí me enfoqué en el lujo".

Las puertas se empezaron a abrir. Fiallo trabajó en un proyecto industrial para Stella McCartney que se presentó en 2020 en la colección primavera-verano. También estuvo en el Adidas Maker Lab. "Fue una beca de Adidas con el MIT para el desarrollo de textiles y materiales biológicos". Y en 2021 trabajó para Salvatore Ferragamo.

Hoy Felipe Fiallo ya es una marca y tiene un equipo de cinco personas repartidas en Italia, Chile y Rusia. "La marca busca redefinir el lujo, generar una propuesta de valor. Los premios y los reconocimientos son parte de un reto, de una responsabilidad de traer nuevas propuestas a un país como Italia. El diseño industrial tiene la magia de fusionar la parte lógica y la parte sensible. Mi mayor logro será romper paradigmas, crear una nueva estética con nuevos materiales y nueva tecnología. Mi visión del calzado a partir de experiencias".

La visión de este ecuatoriano empieza a materializarse. En el Salón del Calzado Micam, en Milán, fue reconocido como diseñador emergente y con ese aval acaba de lanzar en septiembre pasado su marca de sneakers ecofuturistas en formato físico. "Estoy invirtiendo 60.000 euros en esta primera colección de 3.000 piezas. Conseguí, gracias a Dios, a un inversionista ecuatoriano, quien aportará con el capital y la estrategia comercial".

Y en septiembre también llegó al metaverso, con ventas por 18.000 euros en la primera hora de la colocación de zapatos phygital NFT con cristales de laboratorio. El "drop" lo hizo junto con Futures Factory, empresa francesa cofundada por Alexandre Frih, desarrollador de Louis Vuitton y el arquitecto de Aura, el blockchain utilizado en LVMH. Esta es la historia que Felipe Fiallo vive con la pasión de un artista. (I)

*Esta entrevista fue publicada en la edición impresa No. 8 de octubre de 2022. 

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