La CIPEM eleva la vara en beneficio de Cuenca y el austro del país
Pedro Maldonado Ordóñez Editor
Pedro Maldonado Ordóñez Editor
La industria cuencana está en evolución constante y hoy confirma que está más robusta. Juan Pablo Malo, presidente del Directorio de la Cámara de Industrias Producción y Empleo (CIPEM), y Sofía Arce, directora Ejecutiva del mismo gremio, conversaron con Forbes Ecuador y destacaron lo logrado por el gremio, la capital azuaya y sus empresas.
Ambos directivos hacen memoria y cuentan que el sector productivo de Cuenca y Azuay se potenció a partir de los años 90. En esa década y en los primeros años de este siglo surgieron con fuerza distintos sectores como el cárnico, el de muebles, entre otros. "Ahora hay una tendencia hacia el crecimiento de los servicios". Arce menciona, por ejemplo, que los servicios hospitalarios crecieron en los últimos diez años en promedio en ventas 13,3%. "Ya no somos una cámara solamente de industrias, es una cámara que engloba todo lo que genera producción y empleo".
También destacan que existen muchas potencialidades en el sector de servicios que va a ser alimentado por el sector de la manufactura. "El sector hospitalario no puede crecer si no existen elementos para la construcción, como puede ser cemento, plástico, tubería plástica o cerámica", detalla Arce.

Malo se suma a lo dicho y asegura que el sector manufacturero le ha dado una base sólida a la actividad económica de esta región. "Los servicios incluso destacan en la parte académica que es muy robusta".
Los voceros del gremio resaltan la historia de la CIPEM. Recuerdan, por ejemplo, como en 1936 un grupo de cuencanos con visión de futuro buscó un cambio que lleve a Cuenca de un centro artesanal a convertirse en un polo de desarrollo. "Esos empresarios enfrentaron la crisis del sombrero de paja toquilla y pensaron una ciudad que tenga como base la manufactura. Fue una manera de salir de una crisis que sentó las bases para lo que es Cuenca en la actualidad". Ese año se fundó lo que hoy es CIPEM, un gremio que cree en su ciudad, sus habitantes y sus empresas. "Siempre hemos visto hacia adelante preguntándonos qué más hacer para garantizar desarrollo y empleo en la región", añade Malo.
Ahora, con la mirada puesta en el futuro, la CIPEM acaba de presentar el clúster de energía para impulsar el desarrollo de energías sostenibles y eficientes; además alista otro clúster de servicios hospitalarios. ¿Por qué? La decisión obedece a un análisis pragmático elaborado por el gremio con apoyo del Incae, una de las escuelas de negocios más prestigiosas de América Latina. "El sector hospitalario en Cuenca se ha desarrollado en una forma y en unas funciones de profesionalismo y de inversión que son interesantes verlas. Probablemente puede terminar siendo un polo de desarrollo en ese fin como lo es Cleveland en Estados Unidos, con las debidas diferencias", explica Malo.
En el tema de energía sostenible la decisión pasa por el potencial que tiene la ciudad y la provincia de Azuay en la generación de distintas fuentes de energía. "Cuando hablamos de energía no es solo eléctrica, sino también térmica a un costo razonable y en términos disponibles".

Tanto Arce como Malo coinciden en que Cuenca enfrenta retos como el combate a la informalidad, los costos de operación, las capas burocráticas, la conectividad vial, entre otros. Pero también destacan el espíritu de sus empresarios y la buena reputación que tiene la capital azuaya.
La directora ejecutiva menciona la calidad de vida, un sector empresarial e industrial fuerte. "Si hablamos de manufactura el salario mínimo en el sector industrial es de US$ 800. Eso genera unas condiciones distintas que permiten tener una mejor calidad de vida".
Arce agrega la presencia de cuatro universidades que forman buenos profesionales para un sector empresarial pujante. Además, está una sociedad que se interesa por el buen desarrollo de la ciudad, esto es con planificación y zonas de recarga hídrica protegidas, así como espacios de desarrollo. El turismo es otro sector potente: ha crecido un 10% en los últimos años porque es una actividad bien planificada. "Estamos pensando en turismo de eventos, de convenciones, que puede ser muy interesante para la ciudad y puede dejar réditos interesantes y generar más empleo".
En la CIPEM resaltan que en estos casi 90 años de historia, los empresarios cuencanos saben que la manufactura es el camino para transformar materias primas en productos con alto valor agregado. Eso permitió que una zona compleja por su geografía ofrezca productos que cruzan las fronteras. "Esos mismos empresarios tuvieron y tienen la tenacidad para hacerlo bien. Por eso sectores como línea blanca, cerámica plana, neumáticos, mueblería o cárnicos están exportando. Y esa exportación nos pone la vara mucho más alta y el reto mucho más arriba".
La CIPEM reconoce lo logrado en estos casi 90 años, sabe que aún tiene retos y confía en que sus afiliados mantengan esas ganas de progresar. En el empresariado cuencano hay una cualidad muy importante y que le diferencia. "Somos capaces de competir en el mercado y de compartir buenas prácticas en el día a día".
¿Y ahora que la CIPEM está por cumplir 90 años hacia dónde se proyecta el gremio? Malo responde: "Tenemos que ser muy pragmáticos y enfocarnos en el origen que tuvo la cámara, que es encontrar progreso y salir de cualquier tipo de crisis que nos embargue. Cuenca es una ciudad que ha sabido desarrollarse de la mano de gente comprometida, con industria. Tenemos que seguir empujando para encontrar nuevos sectores de desarrollo". (P)