La diversidad sigue cobrando mayor atención alrededor del mundo. Conforme las empresas se vuelven más globales y la fuerza laboral más diversa, es necesario incluir a la diversidad como estrategia de la educación en los negocios.  No se puede subestimar la importancia de la diversidad en la educación debido a su significativa influencia en las organizaciones que mueven la economía de los Países.

Las escuelas de negocios ofrecen diversas promesas de valor de acuerdo con su realidad local, aunque comparten el reto común de la formación de líderes empresariales, profesionales y sobre todo humanos, en un contexto inevitablemente global. En este sentido, el fortalecimiento de conocimientos gerenciales y de habilidades humanas requieren de una honesta reflexión de formas de lograr la madurez de valores y virtudes para tomar decisiones de impacto en el entorno.

Pese a la imposibilidad de saberlo todo, estar al tanto de tendencias globales y de nuestra propia carrera, es un rasgo de orientación al logro y un acto de responsabilidad frente a los equipos de trabajo. Y aunque es poco probable dedicarnos 24-7 al desarrollo interno, el aprendizaje permanente permite el autocrecimiento y efectos multiplicadores en nuestro círculo de acción. Hay que prestar atención en el exterior y en el interior.

Actualmente, las tendencias globales enfatizan el potencial de la responsabilidad social corporativa, los objetivos de desarrollo sostenible, y otros marcos de referencia alineados al bienestar de las naciones que son parte del rediseño de metas políticas y empresariales, toma de decisiones directivas, y especialmente, decisiones individuales de desarrollo de carrera y estilo de vida.  Quizá por ello la diversidad es un tema de especial interés. 

Por un lado, es importante comprender que no existen efectos positivos o negativos inherentes la diversidad que ocurre a causa de varios factores de un sistema, por ejemplo, la diversidad en la educación cuyos resultados tienen que ver con la economía, cultura, políticas públicas, pobreza, corrupción, entre otros (Ramos, 2012).  En este caso su potencial está en la urgencia para cerrar las brechas que impiden una mejor calidad de vida.

Ahora, como concepto de variedad, desemejanza y diferencia (RAE, 2023), la diversidad es una característica más que evidente de los seres humanos desde su nacimiento a través de absolutamente todas las etapas de la vida. Por eso, el respeto a las diferencias de origen y pensamiento es un modo de fomentar oportunidades equitativas de desarrollo, precisamente porque allí reside el potencial de crear.

En la educación, uno de los objetivos de aprendizaje de mayor nivel es la creación y por eso a nivel de posgrados las acciones estratégicas se centran en el impacto de los programas para crear valor empresarial o profesional. Para lograrlo, el fomento de la creatividad es esencial porque es la capacidad de pensar individualmente para concebir nuevas soluciones que conlleven a la ideación grupal con el fin de inventar o renovar productos, procesos o modelos de negocios (Global Innovation Institute, 2023). 

La innovación necesita diversidad. Si bien la tecnología y la transformación digital son claves, la innovación necesita una cultura de innovación que necesita la conexión de aportes que necesitan la creatividad de equipos que necesitan ideas individuales típica y exclusivamente diversas. Según un análisis de Gabaldon y Gimenez (2020), tanto la diversidad externa (género, etnia o edad) como la profunda (experiencias, conocimiento, y creencias) influyen en la eficiencia de equipos e innovación, y, concretamente, su estudio concluye el efecto positivo de la diversidad de género en la innovación de servicios. 

La diversidad en la educación en negocios ofrece beneficios para estudiantes, profesores y empresas. Primero, prepara a profesionales para un entorno laboral global en donde los orígenes culturales son cada vez más variados.  Los graduados en negocios con una perspectiva holística cuentan con mejores herramientas de colaboración, comunicación y adaptación a contextos diversos y en constante cambio. No en vano estudios muestran mayor innovación y productividad de equipos diversos.

El segundo beneficio es que la diversidad impulsa el crecimiento económico porque las empresas se equipan con talento capaz de adaptarse a mercados cada vez más globales.  La inclusión de diversos orígenes y experiencias en la educación brinda a los futuros líderes las competencias para innovar productos y procesos de forma más eficiente a nivel mundial.

Otro beneficio de la diversidad en la educación empresarial es la creación de un entorno de trabajo inclusivo en donde el respeto a las diferencias individuales trasciende al concepto de tolerancia que poco o nada influye en verdaderas relaciones.  Un entorno inclusivo fomenta la participación, comunicación, satisfacción y desempeño de la gente.  La educación tiene el reto de crear oportunidades de aprendizaje más integrales que nacen de la unicidad del ser.

Los profesionales expuestos a diversas perspectivas desarrollan una mayor probabilidad de reconocer y abordar situaciones de inequidad o discriminación en los entornos laborales, lo que contribuye a un ambiente con valores compartidos y por tanto una cultura organizacional sólida y de buena reputación. Debido a ello, la diversidad en la educación en negocios fomenta una comunidad empresarial informada y empática.

La diversidad es una cuestión personal. Se pueden cultivar las virtudes propias o lecciones de infancia, y que frecuentemente anulamos porque nos hemos convencido de que las creencias nos definen. Solo basta con cerrar los ojos y recordar las primeras experiencias de los primeros años de vida en donde la inocencia nos permitía concebirnos como seres de igual valor, pese a la diversidad externa o profunda.  Está en cada uno maravillarse, o no, de esa riqueza. (O)