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El cerebro como interfaz: la próxima revolución tecnológica

Diego Buenaño

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Es emocionante considerar el impacto significativo que estas tecnologías tendrán en nuestra vida diaria, desde la forma en que trabajamos hasta la manera en que nos entretenemos, y sobre todo, su impacto crucial para las personas con diversidad funcional.

20 Octubre de 2023 11.36

En las últimas décadas, la industria del cine ha mostrado un interés creciente por evidenciar, y en ciertos casos hasta maximizar, las posibilidades que se generan cuando se usan dispositivos computacionales conectados al cerebro humano. Esta interacción se ha vuelto casi normal en las producciones cinematográficas, y se utiliza en una variedad de propósitos, desde la rehabilitación de pacientes con discapacidades hasta la creación de superhéroes.

Una Interfaz cerebro-computadora (BCI, por sus siglas en inglés) es un sistema que permite interpretar las señales neuronales que emite el cerebro y trasladarlas a un dispositivo externo para traducir esa intencionalidad mental en acciones tangibles. 

Existen dos tipos principales de BCI:

  • BCI invasivas: Estas BCI utilizan electrodos que se implantan quirúrgicamente en el cerebro.
  • BCI no invasivas: Estas BCI utilizan sensores que se colocan en la superficie del cuero cabelludo o en los ojos.

Las interfaces cerebro-computadora tienen un gran potencial para mejorar la vida de las personas con discapacidad. Pueden utilizarse para controlar dispositivos, como sillas de ruedas, prótesis y sistemas de comunicación. También pueden utilizarse para mejorar la rehabilitación y el tratamiento de enfermedades neurológicas. Además, son útiles para actividades del día a día, como escribir, jugar o incluso operar drones con solo un estímulo mental.

En los últimos 5 años, varias empresas han realizado avances significativos en el campo de las interfaces cerebro-computadora. Estas empresas han trabajado en el desarrollo de BCI implantables y no invasivas para una variedad de aplicaciones, que incluyen la rehabilitación de pacientes con discapacidad, el tratamiento de enfermedades neurológicas y la creación de nuevas experiencias de realidad virtual y aumentada. 

Algunos ejemplos de empresas que han trabajado en BCI en los últimos 5 años incluyen:

OpenBCI: es una empresa de tecnología que desarrolla BCI no invasivas. La empresa ha hecho que las BCI sean más asequibles y accesibles para una gama más amplia de usuarios. Esto ha tenido un impacto significativo en el campo de las BCI, permitiendo a los investigadores y desarrolladores probar nuevas aplicaciones de BCI de manera más rápida y fácil.

Kernel: Es una empresa que desarrolla BCI implantables que se basan en la tecnología de electrodos ópticos. La empresa ha realizado avances significativos en el desarrollo de BCI que son más precisas y fáciles de usar que las BCI tradicionales.

Mindmaze: es una empresa que desarrolla BCI no invasivas que se utilizan para la rehabilitación de pacientes con discapacidad. La empresa ha desarrollado un sistema de BCI que ayuda a los pacientes con lesiones cerebrales a recuperar la función motora.

NeuroSky: es una empresa que desarrolla BCI no invasivas que se utilizan para el control de dispositivos y el entretenimiento. La empresa ha desarrollado un sistema de BCI que permite a los usuarios controlar dispositivos con la mente, como sillas de ruedas y videojuegos.

Neuralink: Fundada por Elon Musk, Neuralink está desarrollando una BCI implantable que permita a las personas controlar dispositivos con la mente. La empresa ha realizado varios avances significativos en los últimos años, incluido el desarrollo de electrodos más pequeños y flexibles que se pueden implantar en el cerebro sin cirugía invasiva.

En Ecuador, el proyecto liderado por el Ingeniero en Telecomunicaciones Carlos Abad, de la Universidad de Las Américas (UDLA), es un ejemplo destacado de la innovación y la interdisciplinariedad que caracterizan a esta institución de educación superior. El primer prototipo de esta silla de ruedas controlada con el pensamiento utilizando tecnología BCI, representa un hito en la asistencia a personas con discapacidad física. Uno de los aspectos más destacados de este proyecto es su bajo costo y alta autonomía. La silla de ruedas cuenta con una batería de alta capacidad que garantiza un funcionamiento continuo, lo que la hace accesible para un amplio espectro de personas con discapacidad.

El avance logrado en el ámbito de las Interfaces Cerebro-Computadora (BCI, por sus siglas en inglés) es realmente notable. Tanto las empresas como los investigadores están dedicando grandes esfuerzos para desarrollar tecnologías que puedan asistir a personas con discapacidades y mejorar la calidad de vida en general. Es emocionante considerar el impacto significativo que estas tecnologías tendrán en nuestra vida diaria, desde la forma en que trabajamos hasta la manera en que nos entretenemos, y sobre todo, su impacto crucial para las personas con diversidad funcional. (O)

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