La inteligencia artificial (IA) ha emergido como una fuerza transformadora en diversos sectores de la sociedad, y la educación no es una excepción. A medida que la tecnología continúa evolucionando rápidamente, las instituciones académicas se enfrentan a la necesidad de adaptarse y prepararse para los cambios disruptivos que la IA está trayendo consigo. Por un lado, la IA ofrece un amplio abanico de oportunidades para mejorar la calidad de la educación, desde la personalización del aprendizaje hasta la automatización de tareas administrativas. Sin embargo, la IA presenta desafíos significativos no solo para el futuro de la academia, sino que a su vez plantea preocupaciones éticas y morales para las nuevas generaciones. No obstante, la IA tiene el potencial de transformar la forma en que se enseña y se aprende, Por esta razón, es necesario trabajar en la actualización de sistemas y objetivos académicos con el fin de promover un aprendizaje significativo y humano en la sociedad

El furor actual en torno al uso de herramientas de IA está generando preocupación a nivel social y humano, y se compara con la histeria que ha acompañado a la mayoría, si no a todas, las revoluciones tecnológicas en Occidente. Por un lado, la IA ha demostrado su capacidad para mejorar la eficiencia operativa en instituciones educativas y de esta manera optimizar la experiencia estudiantil, Jeffrey Selingo, en su artículo sobre IA, habla de que esta tecnología ayudará a controlar los costos operativos, las admisiones y los servicios estudiantiles. En la Universidad Estatal de Arizona, por ejemplo, la IA está siendo utilizada para mejorar las descripciones de los cursos y facilitar la búsqueda de información para futuros estudiantes, además, de ayudar en áreas como la asistencia financiera y la gestión administrativa. Aunque la mayoría de los usos actuales de la IA se centran en mejorar la eficiencia y la experiencia estudiantil, su potencial para reducir la mano de obra es un tema por explorar en el futuro. 

El debate en el ámbito académico se centra en el impacto de la IA generativa en la enseñanza, el aprendizaje, la investigación y la evaluación educativa. Actualmente, se considera que la IA representa una amenaza para la academia, ya que tiene la capacidad de automatizar tareas que tradicionalmente estaban consideradas como las mejores estrategias para incrementar el aprendizaje en los estudiantes. Existe, sin embargo, el temor de que las máquinas sustituyan a los humanos en la generación de conocimiento y la transmisión de información. A pesar de ello, existen autores que sugieren que el desarrollo de IA puede constituirse en una excelente oportunidad para revitalizar la educación. 

En este contexto el rol del profesor muchas veces es ambiguo, los académicos, en especial, son aquellos expertos que identifican los "espacios en blanco" en el conocimiento humano y contribuyen al avance de la sociedad, tal y como lo menciona Hollis Robbins en su artículo, How Will Artificial Intelligence Change Higher Ed?, es comprensible el miedo que surge por la aparición de nuevas tecnologías. En el año 1440 cuando la imprenta surgió, sembró el miedo y el pánico entre la minúscula parte de la población europea que sabía leer y escribir. La imprenta llevó a la alfabetización masiva, que luego fue considerada responsable del terror durante la Revolución Francesa. El debate actual sobre el uso de la IA pone sobre la mesa las polémicas pasadas sobre la influencia de la revolución tecnológica y las huellas que han ido dejando en la historia de la humanidad. 

A lo largo de la historia, el ser humano ha logrado adaptarse a una nueva realidad cada vez que lo necesitaba. Cuando las calculadoras se generalizaron, las escuelas primarias pasaron a traducir problemas del mundo real en formulaciones matemáticas, en lugar de entrenar a los estudiantes para resolver operaciones aritméticas. Cuando las búsquedas en Internet se generalizaron, las universidades enseñaron a los estudiantes a citar correctamente las fuentes en línea. Si bien, se ha planteado prohibir el uso de la IA en la educación, sin embargo, la realidad es diferente, los graduados universitarios se encontrarán en sus lugares de trabajo con funciones automatizadas por la IA. No nos podemos olvidar que la función principal de la educación superior no solo es enseñar habilidades útiles, sino certificar la empleabilidad de los estudiantes. (O)