¿Qué podemos aprender del desarrollo tecnológico en India?
Varios son los factores que han impulsado el desarrollo tecnológico en este país, las políticas gubernamentales, la disponibilidad de mano de obra calificada, la rápida adopción de nuevas tecnologías tales como la inteligencia artificial, la ciberseguridad, la computación en la nube, el Big Data entre otras. En los últimos años, la India ha logrado posicionarse globalmente por los servicios que brindan sus principales empresas en el área de las TIC y, particularmente llama la atención su creciente avance en la industria del software.
En las últimas dos décadas los CEOs de las principales empresas de tecnología a nivel mundial han sido de origen indio, Sundar Pichai CEO de Google, Satya Nadella CEO de Microsoft, Parag Agrawal CEO de Twitter, Arvind Krishna CEO IBM. Existen varios factores que explican este fenómeno, sin embargo, en este espacio queremos resaltar, a manera de una buena práctica a imitar, la importancia que en este país le han dado a la formación de profesionales en el ámbito de la Ingeniería.
Los Institutos Indios de Tecnología (IIT), fundados en los años 50, se han convertido en la catapulta para que muchos jóvenes puedan alcanzar el sueño de llegar al ecosistema tecnológico de la India conocido también como India Tech. Este ecosistema es considerado un mundo paralelo que ha llegado a convertirse en uno de los principales factores del desarrollo económico del país. Tan sólo cuatro empresas (TCS, Infosys, HCL y Wipro) líderes del área alcanzan una plantilla conjunta de más de un millón de personas y si se lo pudiera medir como un país independiente su PIB estaría al nivel de grandes potencias europeas.
El objetivo aspiracional de muchos jóvenes indios es aprobar los exámenes de ingreso a los IIT, para luego obtener una carrera de ingeniería que les permita posicionarse en el ecosistema tecnológico del país o migrar, generalmente a EE. UU. o Gran Bretaña, para continuar con sus estudios de maestría e insertarse en las multinacionales de tecnología.
Un modelo particularmente interesante es el de la comunidad de Patwatoli, un pueblo de menos de 1500 familias, la mayoría dedicadas al trabajo textil ya sea como pequeños empresarios o como jornaleros, con escasos márgenes de beneficio económico que apenas les alcanza para sobrevivir. Sin embargo, esto no ha sido un obstáculo para que los jóvenes de esta localidad tengan una tasa de aprobación muy elevada para el ingreso en los IIT. Ellos realizan un proceso de preparación muy exigente acompañados por tutores particulares lo que significa que en muchos casos la familia tenga que invertir los ahorros de su vida o hacer grandes préstamos para cubrir la preparación para el examen. La consigna en esta localidad es lograr esta hazaña contra viento y marea, y que cada familia en Patwatoli tenga a algún miembro que esté estudiando o se haya graduado en una de las carreras de ingenierías que ofertan los IIT.
Posiblemente desde nuestra trinchera no podamos hacer mucho en torno a definir políticas gubernamentales que apunten a fortalecer el ecosistema tecnológico del país. Sin embargo, les desafío a establecer un reto al estilo de la comunidad Patwatoli. Tal vez, es muy ambicioso pensar en que en el país se promueva el reto de tener un ingeniero en cada familia, sin embargo, si podemos trabajar en un reto que implique la formación en STEM entre nuestros jóvenes. La Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la UDLA, trabaja permanentemente con colegios de la ciudad para fomentar el desarrollo de estas habilidades entre los estudiantes. Al momento tenemos un proyecto de laboratorios STEM que se orienta a brindar un espacio práctico para que los estudiantes puedan trabajar de forma vivencial en la aplicación de los conceptos de Biología, Química, Física, Telecomunicaciones, Acústica y Sostenibilidad. (O)
