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Soñar con el #hambrecero es maravilloso, pero formar parte de la lucha para que ese sueño ocurra, es indescriptible. La conmemoración del Día Internacional Humanitario es una oportunidad para llamar a las voluntades, ingenios y recursos del sector privado a ser agentes del cambio que esperamos ver en el mundo.

07 Septiembre de 2022 10.19

En las últimas semanas se ha discutido ampliamente la situación económica en EE.UU. Los indicadores macroeconómicos han sido tema recurrente de análisis por parte de especialistas y periodistas de fuentes de negocio. 

Algunos efectos comienzan a sentirse en América Latina y  hoy quisiera centrarme en el impacto, desde mi perspectiva,  más grave y duradero de todos: el hambre generalizada  y la importancia que tiene adelantarnos a las potenciales  consecuencias que puede traer, no sólo para esta generación, sino para la venidera. 

El tamaño del reto -

Nuestra memoria colectiva nos advierte sobre el golpe que sufren las personas en situación de vulnerabilidad frente a contextos económicos similares en las últimas décadas. La recesión del 2008 y el alza de precios de alimentos y materias primas exacerbaron la crisis alimentaria. La FAO estimó que la población subnutrida se incrementó en 6 millones de personas, llegando a 53 millones en América Latina hacia la primera parte del 2008. Solo en el 2020, la pandemia COVID 19 aumentó la cantidad de personas en situación de hambre, la cual, estimada por la FAO, llegó a los 52.3 millones, y para el 2021 se elevó a 56.5 millones en la región. Según la UNICEF, nuestra región vio un aumento crítico de casi el 70% de la población que sufre hambre entre 2014 y 2020. Es decir, Latinoamérica ha perdido décadas de lucha contra el hambre. 

La organización de ayuda alimentaria de las Naciones Unidas va más allá de la coyuntura económica. Es decir, reconoce que los conflictos, las perturbaciones climáticas, las pandemias e inestabilidad han generado una "combinación mortal" para afrontar el hambre en los próximos años. Esta situación ha llevado al Representante Regional de la FAO, Julio Berdegué, a hacer un llamado urgente:

“La situación es extremadamente grave. En sólo dos años, trece millones de personas han caído en el hambre. Y cuatro de cada diez personas viven con inseguridad alimentaria, mientras que todavía tenemos que prepararnos para los impactos de la crisis alimentaria actual”

Frente a una situación ya complicada, y con la historia reciente tan presente, llega el momento de poner bajo la lupa las acciones y actores que se necesitan para afrontar la nueva ola de hambruna que se aproximaría,  afectando a nuestra región. Más allá de simplemente resaltarlos, es hora de asumir un rol activo, dejar de ser espectadores y formar parte de las acciones que urgen activarse  contra el hambre, para que la suma de voluntades, bajo un mismo propósito, engrandezca el impacto que podemos generar.

Rienda suelta a soluciones radicales para combatir el hambre -

La historia también nos recuerda que frente a las crisis de hambre más potentes, también surgen inmensas iniciativas en las que organizaciones, de todos los tamaños, sedes, giros de negocio, y más, realizan donaciones, comunidades que activan acciones caritativas y de individuos que participan, según sus posibilidades, para aliviar el hambre. 

Sin embargo, frente a retos como los que se proyectan, la coyuntura nos llama a hacer más que simplemente “aliviar” el hambre. El momento llama a liderazgos visionarios que trasciendan a sus sectores y construyan nuevas soluciones que nos permitan soñar con un futuro sin hambre. 

Liderando con el ejemplo, el Programa Mundial de Alimentos lanzó el año 2017, una alianza con Singularity University, con la visión de “dar rienda suelta al poder de la tecnología y la revolución de la data para el bienestar”. El empresario y fundador de Singularity University, Peter Diamandis compartió la visión de “integrar una red poderosa de empresarios innovadores y pensadores radicales junto con los expertos más conocedores en el campo de la alimentación” para identificar y apoyar innovaciones escalables.

Este es apenas un ejemplo de cómo, a través de la innovación y la colaboración audaz podremos luchar colectivamente, como sociedad, contra el hambre. 

Todos podemos ser solidarios

Este Día Mundial de la Solidaridad es un gran momento para  preguntarse si podemos prevenir esta crisis y cuál será el frente del que nos haremos cargo hoy. Las preguntas que, en lo individual y como parte de Betterfly, que propongo a quienes me leen hoy son ¿cómo podemos ayudar?, ¿cómo nos hacemos cargo? 

Este es un llamado a actuar desde nuestras áreas de especialización y conocimiento. Cuestionarnos y analizar el  cómo creamos alianzas y colaboraciones innovadoras que permitan, por ejemplo, a las empresas participar activamente para  apoyar a los bancos de alimentos de sus países; a los agricultores, empoderar a las familias a tener soberanía alimentaria en sus hogares,  a los educadores, a encontrar mejores maneras de construir nuevos hábitos para prevenir la desnutrición crónica infantil; caminos para apoyar las labores de médicos y enfermeras que atienden a pequeños y madres con carencias indescriptibles, es que cierre el día habiendo aportado y participado, de alguna manera, para que menos personas vayan a la cama sin haber comido. 

Este Día Mundial de la Solidaridad, queremos celebrar el impacto de algunos de nuestros aliados regionales y locales que despliegan un compromiso constante para hacer frente al hambre.

A continuación comparto algunas de las causas con las que trabajamos desde Betterfly y con las que estamos profundamente comprometidos para colaborar, visibilizar y continuar innovando para afrontar juntos la nueva ola de hambre que se viene.

  1. Leche para Haití

Haití es el país más pobre de América Latina y su población sufre problemas severos de alimentación, afectando directamente al desarrollo de niños y niñas.

Leche para Haití es una fundación chilena que desde hace más de 10 años ayuda a combatir la superación de la desnutrición infantil a través de un trabajo en terreno en la ciudad de Puerto Príncipe y sus cercanías. 

En lo que va del año los usuarios de Betterfly han contribuido con más de 50.000 donaciones a esta causa logrando la meta para  cubrir el tratamiento de 65 niños/as por un periodo sostenido de 6 meses, que es el tiempo promedio necesario para sacar a un niño/a de la desnutrición. 

  1. Alimenta la Solidaridad

Alimenta la Solidaridad es una organización social que busca generar soluciones sostenibles a la crisis humanitaria que atraviesa Venezuela desde 2016. Hasta la fecha llevan más de 11 millones de platos de comida servidos, beneficiando a más de 18.000 niños menores de 5 años que asisten a los 274 comedores en comunidades, en 15 estados del país. Nuestra meta  conjunta es donar 12.000 platos de comida necesarios para el funcionamiento del comedor "Abuelita Rosa" apoyando directamente a 50 niños y niñas durante un año en Venezuela.

Estas e incontables causas más,  merecen nuestra admiración, reconocimiento y especialmente todo nuestro apoyo. 

Un trabajo multisectorial orquestado y estratégico es indispensable  para la construcción de sociedades más incluyentes y equitativas. Desde Betterfly hemos declarado un compromiso global para seguir innovando nuestra oferta y acompañar a las personas a transformarse en la mejor versión de sí mismos y, en el proceso, seguiremos creando puentes entre la tecnología y el propósito para traducir el auto-cuidado de nuestros usuarios en un impacto positivo para las personas y comunidades que enfrentan un reto tan duro como el hambre.

Soñar con el #hambrecero es maravilloso, pero formar parte de la lucha para que ese sueño ocurra, es indescriptible. La conmemoración del Día Internacional Humanitario es una oportunidad para llamar a las voluntades, ingenios y recursos del sector privado a ser agentes del cambio que esperamos ver en el mundo. (O)

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