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ia y cambio climatico
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Es crucial recordar que la inteligencia artificial no constituye una solución milagrosa para abordar el cambio climático, sino más bien una herramienta que puede colaborar en la construcción de un futuro más resistente ante este desafío.

12 Febrero de 2024 06.17

Frente a la amenaza del cambio climático, la humanidad necesita soluciones urgentes. Científicos, ingenieros y expertos de diversos campos están llamados a usar su conocimiento para combatirlo. En este contexto, la inteligencia artificial (IA) puede ser una herramienta poderosa que aporte al logro de este objetivo. No cabe duda de que esta tecnología tendrá un impacto significativo en la búsqueda de soluciones al cambio climático y en la transformación de la forma en que producimos y consumimos energía. 

Para Jim Bellingham, director ejecutivo del Institute for Assured Autonomy de la Universidad Johns Hopkins, “El cambio climático es un sistema complejo con una enorme cantidad de variables que responden a un planeta vivo que está en constante cambio”. En este escenario, el empleo de la IA para analizar grandes conjuntos de datos se vuelve una herramienta crucial para impulsar acciones y políticas basadas en modelos predictivos objetivos. 

El estudio de MaxImpact las fábricas y edificios son responsables de un consumo de energía exorbitante. Alrededor del 70% de la electricidad generada en el mundo se destina a alimentar estos espacios, pero un 60% de esa energía se desperdicia. Esta cifra alarmante se traduce en un impacto ambiental significativo, con emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático. 

IntenCity es el edificio insignia de Schneider Electric ubicado en Grenoble, Francia, que ilustra perfectamente una visión de los edificios del futuro: totalmente digitales, sostenibles y centrados en las personas. Este proyecto es una muestra palpable de cómo la interacción de varias tecnologías de frontera puede generar resultados que contribuyan a mitigar el cambio climático. El edificio utiliza un sistema de gestión inteligente de la energía que aprende y se adapta a los patrones de uso del edificio. Miles de sensores monitorizan en tiempo real el consumo de energía y las condiciones ambientales, la IA analiza los datos y ajusta automáticamente la iluminación, la climatización y otros sistemas para optimizar la eficiencia energética. Los empleados pueden personalizar su entorno de trabajo a través de una aplicación móvil.

La IA emerge como un aliado crucial en la búsqueda de una industria más limpia y eficiente. Desde la fabricación hasta la logística, la IA está desempeñando un papel cada vez más importante en la reducción del consumo de energía. La robótica inteligente y la visión artificial están revolucionando los procesos, minimizando el trabajo manual, identificando defectos de manera temprana y reduciendo el desperdicio de materiales y emisiones. La IA permite a los proveedores de logística y cadena de suministro optimizar las rutas y las capacidades de carga. También puede ayudar a las empresas de transporte a reducir el desperdicio de combustible mediante el análisis de los patrones de tráfico y el despliegue de vehículos donde se requieran. 

A nivel individual, la IA también puede desempeñar un papel fundamental en el incremento de nuestra resiliencia a los efectos del cambio climático al ayudarnos a identificar los factores de riesgo y desarrollar planes para mitigarlos.

En el informe “How AI Can Be a Powerful Tool in the Fight Against Climate Change” elaborado  por BCG y BCG GAMMA, se presentan tres líneas en las que se puede avanzar en el uso de la IA para mitigar el cambio climático:

Adaptación y resiliencia. La adaptación al cambio climático es una tarea fundamental para los responsables políticos y el público, ya que aumenta la resiliencia a los efectos tanto de las tendencias climáticas a largo plazo como de los fenómenos meteorológicos extremos. La IA es muy adecuada para ayudar a proyectar los peligros relacionados con el clima, ya sea mejorando las proyecciones a largo plazo de eventos localizados, como el aumento del nivel del mar, o mejorando los sistemas de alerta temprana para fenómenos extremos como huracanes o sequías. 

Mitigación. Uno de los usos más críticos de la IA es la medición, reducción y eliminación de emisiones y efectos de gases de efecto invernadero (GEI). Más del 60% de los líderes de los sectores público y privado ven el mayor valor comercial para sus organizaciones en la reducción y medición de emisiones. Según BCG, el uso de la IA puede impulsar reducciones de entre el 5% y el 10% de las emisiones de GEI, o de 2,6 a 5,3 gigatoneladas deCO2e si se aplica a nivel mundial.

Fundamentos. La IA respalda la investigación y educación climática, promoviendo la comprensión de riesgos y fomentando el intercambio de conocimientos. Este impulso fortalece los esfuerzos hacia la mitigación, adaptación y resiliencia ante el cambio climático.

Es crucial recordar que la inteligencia artificial no constituye una solución milagrosa para abordar el cambio climático, sino más bien una herramienta que puede colaborar en la construcción de un futuro más resistente ante este desafío. (O)

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